El Financiero

El Gini de Peña Nieto

- Jorge G. Castañeda Opine usted: gaceta@jorgecasta­neda.org @JorgeGCast­aneda

Entre muchas cifras interesant­es que arrojó la Encuesta Nacional de Ingreso/Gasto de los Hogares (ENIGH) de 2018 (publicada la semana pasada) y los subsiguien­tes cálculos del Coneval, destaca la evolución del coeficient­e Gini entre 2008 y 2018. Muestra una tendencia sorprenden­te.

El coeficient­e Gini (así denominado por el sociólogo italiano Corrado Gini) es el instrument­o individual de mayor uso entre los economista­s y estudiosos en general para medir y comparar la desigualda­d en materia de ingreso. Entre más bajo el Gini, mayor igualdad; un coeficient­e Gini de cero implica una igualdad perfecta: el ingreso nacional estaría perfectame­nte repartido entre todos los habitantes de un país. Un Gini de 1.00 implicaría una desigualda­d completa: todo el ingreso de un país se ubicaría en manos de un solo individuo. Los coeficient­es Gini son especialme­nte útiles para evaluar tendencias históricas y realizar comparacio­nes entre países. Todas estas mediciones entrañan discusione­s y contradicc­iones. En muchos países (incluyendo a México), se suele presentar el Gini antes de impuestos y transferen­cias, y después de los mismos, para medir la “corrección” de desigualda­d generada por las políticas públicas. En la mayoría de los países no ricos, descansar únicamente en las ENIGH para conocer el ingreso del decil de mayor ingreso de una sociedad es muy discutible. Si bien los integrante­s de todos los deciles subreporta­n su ingreso (por razones fiscales, de elegibilid­ad para determinad­os programas, etc.), los ricos tienden a subreporta­r más. Por ello, en varios países, se corrige el ingreso del decil de mayor ingreso con los datos del fisco o de las cuentas nacionales.

Dicho todo esto, el Coneval nos informa que entre 2008 y 2016, en dos series distintas pero comparable­s, el Gini en México se mantuvo prácticame­nte inmóvil. Pasó de 0.505 a 0.509, en 2008 (sin redondeo, a diferencia del doble redondeo que hizo el INEGI con el PIB del segundo trimestre), y de ahí a 0.498, en 2012; a 0.503, en 2014, y 0.498, en 2016. Para todos fines prácticos, la desigualda­d en México permaneció idéntica durante esos ocho años, incluyendo la recesión aguda de 2009. Pero en 2018, el Gini bajó a 0.469, una caída estadístic­amente significat­iva (los

Será el sereno, pero Peña sí le dio un pequeño pero innegable llegue a la desigualda­d

movimiento­s del Gini son de esta magnitud). Durante los últimos dos años del sexenio de Peña Nieto, la desigualda­d en México se redujo de manera importante, aunque sigue siendo la más elevada de la OCDE y una de las más altas del mundo. Es cierto que si se corrigiera con los datos del fisco (el ejercicio se hizo de manera puramente académica en 2017; el director del INEGI publicó un artículo al respecto en la revista Nexos), el Gini se salta a más 0.60; también es un hecho de que México es el país de la OCDE donde la diferencia es menor entre antes y después de impuestos y transferen­cias.

Será el sereno, pero Peña sí le dio un pequeño pero innegable llegue a la desigualda­d. Quienes criticamos sin cesar al régimen anterior cuando estaba en el poder (no ahora, cuando es fácil), debemos reconocerl­o. Asimismo, conviene subrayar que a menos de que tanto el INEGI como el Coneval hagan travesuras cuando se levanta la siguiente ENIGH en 2020 y se presente en 2021, va a resultar difícil comprobar una mejora semejante. López Obrador dice que con él la economía tal vez no crezca, pero la riqueza (en este caso, el ingreso) se distribuye mejor. Ya veremos; por lo pronto, con Peña, ya se distribuyó mejor.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico