EL IZQUIERDISTA GIAMMATTEI, A LA CABEZA; SERÁ EL NUEVO PRESIDENTE.
El médico de 63 años lideraba las preferencias con 59 por ciento de los votos, según el Tribunal Electoral de ese país
El primer gran reto: atajar el gran flujo de migrantes que salen hacia Estados Unidos
La segunda ronda electoral para la elección presidencial en Guatemala finalizó con un alto nivel de abstencionismo, que podría romper récord, y con Alejandro Giammattei, del partido de centroderecha Vamos, a la cabeza, con 59 por ciento de los votos, hasta el cierre de edición, según el Tribunal Supremo Electoral de Guatemala. Con baja afluencia de votantes, los guatemaltecos acudieron a las urnas para elegir a su próximo presidente. La rival de Giammattei es la exprimera dama, Sandra Torres, del partido Unidad Nacional de la Esperanza, quien estuvo casada con el expresidente Álvaro Colom (2008-2012), pero tiene una carrera propia como empresaria, en la que dirigió una compañía textil. Durante su campaña, Torres prometió mejorar la educación, la sanidad y la economía. También propuso un plan anticorrupción, aunque ella y su partido han sido acusados por la fiscalía de financiarse ilícitamente en las elecciones de 2015. Giammattei, que aspira por cuarta ocasión al puesto, pues con anterioridad buscó la alcaldía de la Ciudad de Guatemala en 1999 y 2003, y compitió en las elecciones presidenciales de 2007, 2011 y 2015, era el favorito en las dos últimas encuestas y representa a la derecha conservadora con el partido Vamos. El médico de 63 años quiere imponer mano dura contra el crimen y reintroducir la aplicación de la pena de muerte; se opone férreamente al matrimonio homosexual y al aborto, y defiende los valores tradicionales. Guatemala celebró la primera ronda de las elecciones generales el 16 de junio, pero ningún candidato consiguió los votos necesarios para asumir el cargo.
El ganador de estos comicios asumirá el cargo el 14 de enero y tendrá entre sus retos atajar el gran flujo de migrantes que salen hacia Estados Unidos.
El gobierno del presidente saliente, Jimmy Morales, firmó el pasado 6 de julio un acuerdo con Estados Unidos que obligaría a salvadoreños, hondureños y otros migrantes a pedir asilo en Guatemala si cruzan al país en su ruta hacia Estados Unidos. El próximo presidente tendrá que implementar el acuerdo de “tercer país seguro”, que aún tiene recursos legales que salvar en el país, que podría reducir el número de migrantes que llegan a la frontera estadounidense. Además de la migración, el nuevo gobierno también deberá enfrentar la desnutrición crónica de unos 800 mil niños menores de cinco años, un 90 por ciento de impunidad en el sistema de justicia, y los temas que preocupan a la población como la delincuencia, el desempleo, los crecientes costes de la vida y la arraigada corrupción.
Cabe recordar que tres de los últimos cuatro presidentes electos fueron detenidos tras su mandato por corrupción. Jimmy Morales decidió no renovar el mandato de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), una comisión anticorrupción de la ONU, tras verse acusado de incumplir las normas de financiamiento electoral. La comisión finaliza en septiembre, tras 12 años de trabajo en el país y de desarticular más de 60 estructuras del crimen.