Pymes, ¿de evasoras fiscales a delincuentes organizados?
Atorados con la idea de que la economía no camina, pasamos por alto algo que pudiera ser un problemón en la economía y para la confianza de los empresarios.
El primer capítulo de esta serie ha concluido: ya es un hecho la LEY NACIONAL DE EXTINCIÓN DE DOMINIO.
La sola presunción de que usted tuvo algo que ver con un hecho delictivo de carácter “organizado”, en contra de las disposiciones legales de manera sistemática, puede abrir la posibilidad de que sus propiedades puedan pasar a las manos de la autoridad.
Otra presunción, la de inocencia, no aplicará. Puede usted estar esperando, en prisión por supuesto que se haga justicia sobre un asunto que a usted se le imputa en materia fiscal, digamos, mientras su propiedad haya sido ya puesta a la venta.
El segundo capítulo pudiera ser concretado en septiembre porque al menos en el Senado de la República hay varios legisladores que han comprometido su palabra de que sacarán adelante lo necesario
para que la venta de facturas sea considerado un delito grave que incluso a los participantes se les tipifique como parte de la DELINCUENCIA ORGANIZADA. Específicamente son tres legisladores que han puesto la carne en el asador de una iniciativa que bien requiere un análisis detallado antes de que el tema acabe convirtiéndose en un juego de arbitrariedades abrumador.
Se trata de una iniciativa con proyecto de decreto que reforma y adiciona diversas disposiciones de la LEY FEDERAL CONTRA LA DELINCUENCIA ORGANIZADA, DE LA LEY DE SEGURIDAD NACIONAL Y DEL CÓDIGO NACIONAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES.
Juegan en la intentona tres versiones para hacer los cambios que permitan que un evasor fiscal pudiera pasar a ser considerado de simple evasor fiscal a partícipe de actividades relacionadas con la delincuencia organizada.
Por un lado está la iniciativa de ALEJANDRO ARMENTA MIER del grupo del partido MORENA; juega también la iniciativa del senador SAMUEL GARCÍA SEPÚLVEDA del partido MOVIMIENTO CIUDADANO y la iniciativa de MINERVA HERNÁNDEZ RAMOS del partido ACCION NACIONAL.
Estos representantes del Senado han recibido diversas visitas de especialistas y representantes de organismos profesionales o empresariales para evitar que en una imprecisión la interpretación del cambio en la ley pudiera dar a lugar que un evasor fiscal “natural” o “accidental” pueda ser clasificado como perteneciente a la delincuencia organizada.
De ahí a perder su propiedad sin que prive con claridad la determinación de la justicia de que efectivamente cometió esos delitos, hay un muy pequeño tramo. Usted sabe que en momentos de crisis, situación a la que están muy acostumbradas las empresas pequeñas, cuando la economía está “atorada” como ahora lo está, es MUY COMÚN que, sobre todo las pequeñas empresas tener que disponer del recurso para el pago de impuesto para otros menesteres y argumentar a la autoridad fiscal de que usted no vendió o que no recibió dinero o que algo hizo por lo que no tiene por qué pagar impuestos.
Indebido pero algunas Pymes amañan sus cuentas ante “DOLORES” para reducir su carga fiscal. El recurso que debió haberse pagado al fisco se usa para pagar a proveedores, para comprar materia prima, alguna maquinaria o bien simple y sencillamente para pagar a sus empleados.
La iniciativa de castigar al máximo a quienes de manera sistemática disponen de actividades para hacerse de recursos simulando actividades empresariales con el beneficio que ello les representa y el daño patrimonial al Gobierno Federal o bien a los estatales es totalmente plausible. Hay que cuidar no obstante que en un descuido exista pie a una interpretación que involucre a empresas que nunca han participado en delitos de manera intencional y sistemática como para que “en una de esas” se les obsequia la clasificación y en un abrir y cerrar de ojos les pasan a retirar sus propiedades o activos. Solo resta que los legisladores afinen sus textos y eviten que haya vacío alguno que permita que lo que señalo en renglones anteriores suceda.
DE TIN MARIN.,. Corrijo... en la columna del viernes publiqué detalles del Premio Entrepreneur México 2019 organizado por la revista que usted conoce y Facebook. Ahí publiqué mal el nombre del responsable de la publicación y excelente amigo GENARO MEJÍA PÉREZ a quien ofrezco disculpa. Obviamente no era mi intención.