El Financiero

El candidato peronista critica a Jair Bolsonaro

- BUENOS AIRES AGENCIAS

El opositor kirchneris­ta Alberto Fernández, el favorito para ganar las elecciones generales del 27 de octubre en Argentina, tildó de “racista, misógino y violento” al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro; consideró a Donald Trump “un mal líder para el mundo” y admitió que “es muy difícil” defender al venezolano Nicolás Maduro.

En una entrevista al canal de cable Net TV, la primera tras su triunfo en las primarias del domingo que definieron los candidatos para las presidenci­ales de octubre, el dirigente dio algunas pistas de cuál puede ser su vínculo con Brasil, Estados Unidos y Venezuela y adelantó que revisará el reciente acuerdo firmado entre Mercosur y la Unión Europea (UE).

“Respetaré la institucio­nalidad brasileña, pero en términos políticos yo no tengo nada que ver con Bolsonaro”, sostuvo Fernández, quien está acompañado en la fórmula por la exmandatar­ia Cristina Fernández de Kirchner.

“Celebro enormement­e que hable mal de mí un racista, un misógino y un violento, un tipo que celebra la tortura sobre Dilma Rousseff”, la exmandatar­ia brasileña (20112016) y dirigente izquierdis­ta que fue detenida y sometida a tormentos durante el régimen militar en Brasil. Bolsonaro, amigo cercano de Mauricio Macri, presidente de Argentina, afirmó que de ganar el peronismo Rio Grande do Sul se llenaría de migrantes argentinos.

Fernández también se refirió a otro aliado de Macri, el presidente de EU, Donald Trump, que “para el mundo no es un buen líder”, dijo. Sobre Venezuela, indicó que tiene un régimen autoritari­o, que se hace difícil defenderlo.

Sin duda, agregó, “es un gobierno de origen democrátic­o porque la gente votó, pero en su ejercicio ha cometido muchos abusos”. Es urgente, concluyó, “recuperar la institucio­nalidad en Venezuela y (el presidente Nicolás) Maduro no la está garantizan­do. La solución a ese conflicto no es correr detrás de Trump y llenar de marines a Venezuela”.

Con excepción de Beto O’Rourke (que permaneció en El Paso, donde nació y reside, para visitar a las víctimas del tiroteo), todos los aspirantes a la candidatur­a demócrata convergier­on el fin de semana en la Feria Estatal de Iowa. Es un estado clave porque allí será la primera elección interna el tres de febrero. Cada cuatro años aparecen los precandida­tos para sacarse la foto comiendo los tradiciona­les hot dogs capeados y admirando la escultura de una vaca en tamaño natural, confeccion­ada con mantequill­a de la región. Les ponen una tribuna donde tienen oportunida­d de dirigirse a los asistentes y dado que es un estado eminenteme­nte agrícola, ninguno dejó de reprobar los daños que los productore­s han sufrido por la guerra de tarifas iniciada por el presidente Donald Trump. En realidad, van para mostrar “estilo” y pocos lo consiguen.

De los cuatro que están adelante en las encuestas, Joe Biden resultó el peor. Eleganteme­nte ataviado, como si fuera a un torneo de golf, sólo estuvo un rato; nunca fue a ver a la vaca y chupando un cono de helado dijo “I am a ice-cream man”, queriendo hacerse simpático. Rodeado de fotógrafos, Bernie Sanders también pareció muy distante: pocas veces se detuvo a platicar con la gente. Elizabeth Warren cuando menos se dejaba tomar selfies, daba autógrafos y, con su apasionami­ento caracterís­tico, discutía sus propuestas con quien podía. Kamala Harris, cuya estrella va en ascenso, le dio muchas vueltas a la feria, asó hamburgues­as y compartió su receta favorita de las chuletas de cerdo (chile ancho, ajo molido, sal, pimienta y pimentón). Destacó por su naturalida­d y por no echar rollos. De los que van muy atrás, algunos simplement­e disfrutaba­n: John Hinkeloope­r no salió de la carpa de las cervezas, tal vez nostálgico porque en una época las producía. Tulsi Gabbard recorría puesto por

puesto con su acostumbra­do saco rojo, a pesar del calorón. Tom Steyer, cuya causa es el cambio climático, rechazaba las botellas de plástico con agua y prefería ir a los bebederos. Con todo y sus botas vaqueras, Steve Bullock se deslizó varias veces sobre un costal en la resbaladil­la gigante. Amy Klobuchar sólo sonreía cuando le preguntaba­n si la feria de su estado era mejor que esa. En todo caso, compró nuggets de queso frito, que son la especialid­ad de Minnesota. Andrew Yang, que promete dar a cada ciudadano un cheque mensual de mil dólares, regalaba vasos con limonada y levantaba una pierna de pavo en señal de victoria. Bill de Blasio ganó un cochinito de peluche en un juego, lo que motivó que gritara “¡Esto es un presagio de lo que vendrá. Todo es posible. Tengo el poder del cerdo ahora!”

LES FUE COMO EN FERIA

Algunos tuvieron contratiem­pos. Tim Ryan fue severament­e criticado porque dejo comer a su hijo de cinco años toda clase de frituras y golosinas. A Michael Bennet lo bajaron de los papalotes voladores muy mareado y luego se lastimó en los cochecitos chocones. Jay Inslee tuvo que interrumpi­r su discurso, en que alababa el esfuerzo de los granjeros, cuando una cabra se soltó. Julián Castro llevó a sus niños a ordeñar una vaca (a tres dólares cada exprimida) pero luego rompieron en llanto porque no se las quiso comprar. A la salida se ensució los zapatos con excremento y puso cara de enojado, pero rápidament­e explicó que era porque “es difícil sonreír en estos días”. Kirsten Gillibrand, muy propia; con zapato bajo, vestido floreado, sombrero de paja y bolsa de lona con el letrero políticame­nte correcto (“las madres demandan acción contra las armas de fuego”), casi se desmaya cuando en una elección simulada, en la que cada quien coloca un grano de maíz en el frasco correspond­iente al candidato que más le simpatiza, su hijo de once años lo puso en el de la señora Warren.

Dos que todavía tienen alguna posibilida­d, desaprovec­haron la oportunida­d. Pete Buttigieg parecía un niño; nunca dejó de brincar y bailar. Cae bien, pero siendo el más joven del pelotón, muchos lo ven poco serio para ser presidente. Cory Booker, que es vegetarian­o, estaba completame­nte fuera de lugar, comiendo pepinillos en una feria de ganaderos.

Lo que sí, ninguno tuvo la ocurrencia de acercarse al stand de tiro al blanco y salir fotografia­do con un rifle en las manos.

“Feria Estatal de Iowa, estado clave porque será la primera elección, el tres de febrero”

“Ninguno tuvo la ocurrencia de acercarse al stand de tiro al blanco y salir fotografia­do”

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