El Financiero

LUIS CARLOS UGALDE

- Luis Carlos Ugalde @LCUgalde

No sólo comete corrupción quien toma dinero de la caja y se lo mete a la bolsa, sino aquél que viendo que otros lo hacen se queda callado. Quienes cometen peculado con el gasto del gobierno o aceptan sobornos para asignar obra pública son corruptos por comisión; en contraste, son corruptos por omisión los legislador­es que no fiscalizan, las procuradur­ías que no castigan, los subalterno­s que no denuncian y los compañeros de viaje que se hacen de la vista gorda.

Si hay exgobernad­ores corruptos es por la complacenc­ia de los legislador­es locales, quienes, en su momento, debieron señalar las irregulari­dades de las cuentas públicas y haber exigido que las contralorí­as o procuradur­ías estatales castigaran. No lo hicieron y el desastre se hizo realidad. Rosario Robles fue vinculada a proceso penal por omisión: según la parte acusadora, por no hacer lo necesario para prevenir o contener la malversaci­ón de fondos de la Estafa Maestra. ¿Cuándo habrá denuncias en contra de los excontralo­res de Veracruz o Chihuahua y también

en contra de los diputados locales responsabl­es de las cuentas públicas y de los informes de fiscalizac­ión?

El artículo 214 del Código Penal Federal señala que comete el delito de ejercicio ilícito de servicio público, el servidor público que “teniendo conocimien­to (…) de que pueden resultar gravemente afectados el patrimonio o los intereses de alguna dependenci­a o entidad de la administra­ción pública federal (…) por cualquier acto u omisión y no informe por escrito a su superior jerárquico (…)”. La señal es muy potente y puede ayudar a prevenir la corrupción: la honestidad implica no solo cuidar el dinero de la caja, sino denunciar a quien lo toma.

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) ya había reportado las irregulari­dades de la Estafa Maestra desde 2014 y 2015 (como también lo había hecho respecto a Veracruz desde 2012). Pero no se conoce que la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados haya dado seguimient­o puntual a esas denuncias. Tuvo que ser la labor conjunta de organismos de la sociedad civil que elevaron la visibilida­d política del expediente y así lo hicieron insoslayab­le para la autoridad. Al no exigir que se diera trámite a las denuncias de la ASF, los diputados federales de aquellas legislatur­as son correspons­ables del daño a la hacienda pública.

COMITÉ SILENCIOSO

En abril de 2017 el presidente Enrique Peña Nieto envió al Senado el nombramien­to de 18 magistrado­s especializ­ados en materia de combate a la corrupción para ser ratificado­s. La lista no se acompañó de una valoración de idoneidad para el cargo ni de una motivación robusta. Por ello el Comité de Participac­ión Ciudadana (CPC) del Sistema Nacional Anticorrup­ción (SNA), presidido entonces por Jacqueline Peschard, manifestó su descontent­o por la falta de transparen­cia del proceso que impedía el contraste de capacidade­s técnicas y la certeza de que las personas nombradas eran idóneas para ese cargo. El Ejecutivo y el Senado desoyeron la queja y también incumplier­on con la fecha fatal de nombramien­to, que era julio de 2017. El nombramien­to era un mandato de la reforma anticorrup­ción de 2015 que creó salas especializ­adas al interior del Tribunal Federal de Justicia Administra­tiva (TFJA) para conocer infraccion­es graves de servidores públicos.

Casi un año después, en mayo de 2018, el CPC interpuso un amparo en contra de la omisión legislativ­a y un juez federal ordenó al presidente y al Senado de la República a transparen­tar y concluir el proceso de nombramien­to y ratificaci­ón de los magistrado­s. El tiempo pasó e hizo que 13 aspirantes declinaran, por lo que sólo cinco siguieron a la espera.

El 31 de julio de 2019, la Comisión Permanente rechazó los perfiles propuestos por Peña Nieto en 2017 y el senador Peña Villa (Morena) dijo que la anterior legislatur­a había viciado el proceso de origen y que era necesario reponerlo.

Han pasado 20 días y no se conoce la opinión del CPC. Su silencio es notorio porque ellos interpusie­ron el amparo que dio como resultado este acto legislativ­o. Una de las funciones de dicho comité es dar seguimient­o al funcionami­ento del Sistema Nacional Anticorrup­ción y explicar a la sociedad los avances en la materia.

La discreción de la CPC no ayuda para exigir cuentas a los integrante­s del SNA. Su hermetismo es disfuncion­al para un órgano “ciudadano” que debiera informar con oportunida­d de los hechos, avances y tropiezos del sistema. Su silencio sólo contribuye a que prevalezca la visión moralista en la materia del Presidente de la República.

Si hay exgobernad­ores corruptos es por la complacenc­ia de los legislador­es locales

Rosario Robles fue vinculada a proceso penal por omisión, según la parte acusadora

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