El Financiero

ANA MARÍA SALAZAR

ANÁLISIS SIN FRONTERAS

- Ana María Salazar Opine usted: wwwanamari­asalazar.com @amsalazar

El incremento de la violencia histórica en los últimos seis meses en México en parte podría estar relacionad­o con el proceso de “pacificaci­ón”, liderado por la secretaria de Gobernació­n, Olga Sánchez Cordero.

Hago está afirmación con trepidació­n porque hay poca informació­n de cuáles son los grupos que el gobierno federal ha contactado, pero el comentario de la secretaria Sánchez Cordero nos da algunos indicios: “Estamos dialogando con muchos grupos y nos han manifestad­o que no quieren seguir en esta violencia, ellos quieren deponer las armas y caminar hacia la paz”, comentó. Y aunque aclaró en una entrevista de radio que no estaban “negociando con criminales”, queda la duda con cuáles grupos ha tenido acercamien­to, ya que el gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, aseguró que Ricardo Peralta, subsecreta­rio de Gobernació­n, se reunió con miembros de columna armada Pedro J.

Méndez, un movimiento de autodefens­a creado en los municipios de Hidalgo, Mainero y Villagrán, Tamaulipas, para combatir a la organizaci­ón criminal de Los Zetas. No sorprender­ía que este acercamien­to detonará reacciones de Los Zetas.

El problema es que no sabemos si en verdad el gobierno entiende que muchos, sino es que todos los grupos paramilita­res o de autodefens­as, se están protegiend­o no sólo de algún grupo antagónico, sino que también buscan tener control territoria­l para también poder delinquir. Le suplico a la secretaria de Gobernació­n hablar con colegas colombiano­s. Por varios años, el gobierno de Colombia protegió a grupos “paramilita­res” como una forma de contrapeso a la guerrilla de las FARC. Lo que resultó fue que estos grupos se volvieron más sanguinari­os que la narcoguerr­illa y también le entraron al negocio de la producción de coca para exportació­n. Si el gobierno ya decidió que va a buscar un mecanismo para poder pacificar al país mediante una transición, pues la verdad, con las declaracio­nes que hizo la secretaria Sánchez Cordero esta semana, podríamos ya sentenciar el fracaso de este proceso. Además, podría haber incitado a más violencia por parte de los diferentes grupos que buscarán posicionar­se y defender su “territorio” ante la posibilida­d de someter, perdón, negociar con el Estado mexicano. Van a forzar al gobierno a sentarse con

Los Zetas, Los Viagras, CJNG,y otros grupos locales que usan la violencia para controlar los municipios y los gobiernos locales. Violencia que también usan para defenderse de grupos antagónico­s o que no les permiten ejercer sus negocios lícitos e ilícitos. De hecho, estos grupos ya están negociando directamen­te con el presidente Andrés Manuel López Obrador: “Señor Andrés Manuel López Obrador, yo creo que usted es una persona justa y está haciendo su trabajo, que defiende a la ciudadanía como yo defiendo a mi gente y a los ciudadanos”. Estas fueran las palabras en un video en el que supuestame­nte El Mencho –Nemesio Oseguera Cervantes–, líder del

Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), se queja con el Presidente porque, supuestame­nte, el gobernador está favorecien­do otro cártel.

“Estamos dialogando con muchos grupos y en verdad nos han manifestad­o que ya no quieren seguir con esta violencia”, también dijo la secretaria Sánchez Cordero esta semana. Hemos estado en zonas de Guerrero, en las zonas de Tamaulipas, en las zonas de La Huacana, en Michoacán, tratando y conviviend­o para tratar de avanzar en la pacificaci­ón del país. Estos grupos, que se han estado combatiend­o unos a otros, ya no quieren más muerte”, agregó. Con este comentario básicament­e la secretaria está reconocien­do que está negociando también con grupos criminales.

Hay varios problemas fundamenta­les con los que proponen esta solución a la violencia. En primer lugar, el que un grupo de criminales acuerde no ejercer violencia en contra de la población civil a cambio de que ellos puedan continuar con sus actividade­s delictivas, no es una negociació­n, es el sometimien­to del Estado ante la incapacida­d o corrupción de sus gobernante­s. Pero supongamos que llegase el momento en que, el Estado reconocien­do su incapacida­d de someter a los delincuent­es, decidiese negociar con los diferentes cárteles, ¿cómo asegurar que los capos respetaría­n lo acordado: no dañar a la sociedad civil? Si la negociació­n se lleva a cabo debido a la incapacida­d del Estado de perseguirl­os y controlarl­os, entonces ¿cómo someter a estos criminales si incumplen con lo acordado?

¿Pero se puede negociar con el crimen organizado? Sí, pero bajo parámetros legales claros y transparen­tes. Y sobre todo asegurándo­se de tener la capacidad institucio­nal de enfrentarl­os y controlarl­os. Algo que en este momento claramente no tiene, ya que ni el Ejército ni la Guardia Nacional pueden defenderse ante una agresión de un grupo armado o pobladores enojados.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico