El Financiero

Dos negocios financiero­s para estos días de la 4T

- Jonathan Ruiz Opine usted: jruiz@ elfinancie­ro.com.mx facebook @RuizTorre @ruiztorre

Para quienes andan nerviosos… “ahora puedes ser dueño de las mejores compañías del mundo”. ¿Hay una mejor manera de bajarle a la presión de ajustes drásticos en las reglas del juego en México? Esa de comprar con una “app” acciones de empresas internacio­nales es la promesa de una empresa que lo ofrece a quienes quieren empezar a invertir desde, digamos… 3 mil 800 pesos o unos 200 dólares.

Aparte, otra organizaci­ón apuesta a la revolución de la Cuarta Transforma­ción que propone el presidente Andrés Manuel López Obrador. A que por primera vez el crecimient­o económico podría sembrarse en otro lado, pues hay un presidente que pone el sureste del país por delante, lo que suena a contracorr­iente para una nación en la cual el “progreso” típicament­e se asocia con el norte y el centro geográfico­s.

Ambas son compañías que operan en la sangre de la economía: el sector financiero.

La primera es Dvdendo, a cargo de Gabriel Montoya, conocido por éxitos como “aprende inglés más rápido” con Open English o “certifícat­e en desarrollo web

¡llévate 8 cursos por el precio de 1”, de Next University. Basada en Miami, la empresa nacida en 2017 empezó a operar este año en Latinoamér­ica con la oferta de apertura de cuentas de individuos que quieran invertir en las bolsas del mundo, por medio de esos “combos” de acciones o bonos llamados Exchange Traded Funds o ETFs, que incluyen empresas dueñas de las marcas grandes del mundo en un paquete. Apple, Facebook o Google entran en las opciones.

A los inversioni­stas, la empresa ofrece el respaldo de autoridade­s estadounid­enses por sus ahorros hasta por un valor de 500 mil dólares. Hoy presume de rendimient­os ya aplicados de alrededor del 8 por ciento anual en cuentas que en Estados Unidos promedian unos 170 dólares y en México, unos 500. En el país vecino, el público de habla hispana es su principal cliente, en el país del aguacate, son principalm­ente clasemedie­ros.

La empresa que pretende llegar en dos años a un millón de usuarios desde los aproximada­mente 50 mil actuales, nació con el apoyo primordial y fondeo de 3.25 millones de dólares encauzados por firmas como Ideas y Capital, de Ricardo Elizondo y Dila Capital, de Alejandro Diez Barroso.

La otra es GCG o Grupo Consultor Galindo, de Javier Galindo, una de esas firmas que subyacen en el contexto petrolero. Emergió en Campeche al inicio de esta década en el marco del boom de inversión de los yacimiento­s de Cantarell y Chicontepe­c y por la necesidad que empresas proveedora­s de Pemex tienen de financiami­ento. GCG es el bróker que les ayuda a conseguirl­os. Entrenado por Bancomer en matemática­s financiera­s, antes de empezar su negocio, Galindo aprendió de riesgo durante los noventa colocando créditos para esa firma, luego emigró a California en donde entendió el funcionami­ento de los préstamos hipotecari­os y regresó en 2002 cuando detectó errores que a la postre derivaron en la Gran Recesión. Estuvo en Banorte en donde entendió el negocio petrolero, lo que luego sirvió para crear GCG.

Pasada la “noche” del semiabando­no de las inversione­s en Pemex del sexenio de Enrique Peña Nieto, Galindo percibe la reciente y creciente necesidad de empresas que ya operan los 111 contratos que concedió la Comisión Nacional de Hidrocarbu­ros durante las Rondas petroleras. También, de otras compañías que ofrecen ya servicios para la construcci­ón de la refinería de Dos Bocas en Tabasco y el resurgimie­nto de las exploració­n y producción de crudo en aguas someras impulsadas por la administra­ción de López Obrador. Ahí puso la mira.

También en los servicios que empiezan a ofrecerse de manera acelerada en otras zonas de la Península de Yucatán, como en Mérida, en donde crecen actividade­s de petroleras especializ­adas en aguas profundas. Como he escrito antes, existe una nueva ola de miedo a las inversione­s por parte de mexicanos. La duda es si el miedo es a invertir en lo de siempre o a in invertir en todo, porque siempre hay opciones para quien sepa adaptarse. No todos saben buscar.

Director General de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero

“Existe una nueva ola de miedo a las inversione­s por parte de mexicanos. La duda es si el miedo es a invertir en lo de siempre o a in invertir en todo”

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