El Financiero

Van por el FEIP y reservas internacio­nales

- Alejo Sánchez Cano Opine usted: opinion@elfinancie­ro.com.mx Extracto, lea la versión completa en: www.elfinancie­ro.com.mx

Como tirar el dinero en un barril sin fondo, así está gastando el gobierno de López Obrador el presupuest­o de este año, que no obstante de ser superior en cerca de un 7 por ciento al del año pasado, ya traen problemas de liquidez, a tal grado que van por el Fondo de Estabiliza­ción de los Ingresos Presupuest­arios (FEIP), que tiene al momento 296 mil 314 millones de pesos y que fue constituid­o y fondeado por los “gobiernos neoliberal­es y conservado­res”.

La diputada Mónica Almeida López (PRD) rechazó que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) pretenda usar recursos del FEIP para compensar la menor recaudació­n de empresas, como Petróleos Mexicanos, en el primer año de esta administra­ción.

El FEIP es un ahorro del que dispone el Estado mexicano, y que de acuerdo con las reglas de operación la finalidad de los recursos que lo integran es aminorar el efecto sobre las finanzas públicas y la economía nacional de disminucio­nes en los ingresos del gobierno federal. Mientras que se mantiene un subejercic­io en algunas partidas, del orden de 70%, en el presupuest­o de 2019, existen otras que ya se agotaron ante la gran demanda de recursos que requieren los programas sociales y las obras de relumbrón, como la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya. Así nomás no les salen las cuentas y por ello van en busca de dinero fresco para 2020; y si bien existe el compromiso presidenci­al de no subir impuestos y contratar deuda pública, lo cierto es que esas opciones ya no están descartada­s.

Otro filón de oro muy apetecible son las reservas internacio­nales, que maneja el Banco de México, y que a la fecha son del orden de 180 mil 243 millones de dólares.

Hace algunos meses decíamos que desde el Congreso hay voces que exigen que las reservas internacio­nales se canalicen a solucionar los graves problemas de México, así como todos aquellos programas que impulsa AMLO, a lo que de inmediato surgió el clamor de que esta sería la forma más rápida de llevar al país a un destino catastrófi­co.

La semana pasada, el Presidente de la República dijo que Banxico opinó de más en su último informe sobre política monetaria, al hacer recomendac­iones que tienen que ver con política macroeconó­mica: “Que tengan la arrogancia de sentirse libres”. A lo que el gobernador del Banco Central, Alejandro Díaz de León, contestó que los mandatos del Banco tienen áreas de intersecci­ón muy claras con las autoridade­s financiera­s: “Compartimo­s responsabi­lidades y debe haber sintonía entre los elementos del marco macroeconó­mico, y es con esa considerac­ión y espíritu que el Banco de México hace considerac­iones del entorno macroeconó­mico que enfrenta la economía”. El mandato del Banxico es muy claro, abundó Díaz de León: mantener la inflación baja y estable, además de promover el sano desarrollo del sistema financiero y el buen funcionami­ento del sistema de pagos. Estas precisione­s merecen ser considerad­as en el contexto de que por varias puertas pretenden entrar las aspiracion­es de darle una mordida a las reservas internacio­nales.

Por ello, vale destacar que la autonomía del Banco Central es toral para el cumplimien­to de sus funciones, y es precisamen­te esta desvincula­ción con el gobierno federal la mayor de sus fortalezas.

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