El ‘manual del desastre’, por AMLO
Mientras se devanan los sesos los expertos en torno al status de la economía, unos dicen que hay recesión; otros, desde el gobierno, triunfantes, anotan que es estancamiento, las perspectivas para el otro año se tornan negativas, merced a un gobierno que le ha apostado a todo menos a reactivar la economía, ya que de un crecimiento del PIB que se traía en el sexenio pasado del 2.4 promedio, ahora, por pésimas decisiones de AMLO, ha caído a cero.
Cuando observamos que el presidente de la República se jacta de ser un experto en economía, como lo dice en su reciente libro, mismo que por cierto, no lo ha leído con detenimiento, ya que en él postula que hay que apostarle al campo, cuando en la realidad, se lo ajusticiaron en el presupuesto 2020; se pensaría que en esta materia, el país estaría en buenas manos, pero en la realidad se ha demostrado con hechos lo contrario. López Obrador ha escrito también el ‘manual del desastre’ que contiene la guía de cómo echar a perder la economía de un país en 10 meses. AMLO abrió la caja de Pandora desde que tomó posesión, ya que ordenó llevar a cabo una consulta inconstitucional para justificar la cancelación de la construcción del aeropuerto de Texcoco, obra que llevaba un 30 por ciento de avance.
Las consecuencias de esa irresponsable decisión todavía no son cuantificables, ya que no solo se perdió la inversión inicial y los costos derivados de la cancelación, además del pago de los bonos respectivos, sino que dañó la confianza en el país. Esta pérdida de credibilidad entre los inversionistas, ha tenido un daño irreparable, no solo por provocar que los capitales busquen otras regiones del mundo, sino por meter a la economía en una inercia perdedora para el próximo lustro. Lo que ocurre en Pemex es otro punto de ese ‘manual del desastre’ que echó andar AMLO y que ha encaminado al país hacia la recesión económica: Primero, se nombraron a dos funcionarios incompetentes, Rocío Nahle y Octavio Romero, quienes han incidido notablemente en sembrar la catástrofe que se avecina. Luego, se apostó por una opción perdedora con la construcción de la refinería de Dos Bocas; seguimos con el desplome de la producción petrolera; continuamos con el nimio rescate presupuestal y posteriormente, la cancelación de los farmouts que pone a la empresa productiva del Estado al borde de la degradación de su deuda por parte de las calificadoras internacionales. La lista de errores contenidos en el ‘manual del desastre’ es vasta, pero encuentra otra expresión en el manejo patrimonialista del presupuesto 2020, que tan solo con el criterio del señor que despacha en Palacio Nacional, se elaboró sin ponderar diversas variables que necesariamente tendrían que haberse considerado para apuntalar el crecimiento económico, la generación de empleos, el combate a la inseguridad pública y la incorporación de sectores marginados al círculo virtuoso de la productividad; en lugar de ello se prefirió engrosar el ejército electoral sin darles oportunidad de superación. (Continuará)