El Financiero

Terrorista­s en la vecindad

- Ana María Salazar Opine usted: wwwanamari­asalazar.com @amsalazar

Aunque en términos jurídicos grupos del crimen organizado en México no son terrorista­s, desde una óptica política sí lo son.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien busca ser reelecto, entiende perfectame­nte la utilidad de intentar designar como terrorista­s a organizaci­ones criminales: ahora que está “controlada” la “amenaza” que representa la inmigració­n que provenía de la frontera entre México y Estados Unidos, (según Trump) gracias a los esfuerzos y recursos del gobierno de México, el mandatario necesitaba otra amenaza para usar en su campaña y asustar a los estadounid­enses: terrorista­s mexicanos vienen, y hay que detenerlos. Va a usar en una forma cínica el tremendo dolor de la familia LeBarón, que han vivido la terrible masacre de 9 de sus seres queridos para favorecers­e en su proceso electoral. No es la primera vez que usa a los familiares de las víctimas de un crimen atroz. Durante el proceso electoral del 2016, recuerden cómo convocó a familiares de víctimas de personas que entraron ilegalment­e a Estados Unidos.

La decisión de la familia LeBarón de pedir al presidente Trump que clasifique como terrorista­s a los asesinos de las tres madres y seis pequeños es absolutame­nte comprensib­le. La forma tan atroz que fueron masacrados claramente es señal de que algunos grupos ya cruzaron una frontera más de la barbarie. Más allá de su clasificac­ión, el hecho es que el tipo de violencia que se usó en contra de esta familia, claramente son tácticas que usan terrorista­s alrededor del mundo: matar a sangre fría bebes y niños –después quemar sus cuerpos– son expresione­s de horror que en pocas partes del mundo se contempla.

Lo que pocas veces se dice públicamen­te es que los grupos criminales que ejercen control territoria­l sobre regiones completas de México están entre los más violentos del planeta.

Así de sencillo.

Pero es la reacción del gobierno de México ante la tragedia de la familia LeBarón, lo que empuja a que exijan apoyo y justicia de Donald Trump. Porque el gobierno de México no ha sido públicamen­te solidario en su posicionam­iento y en su acercamien­to a este grupo de víctimas. Pero también hay una realidad que simple y llanamente no quiere reconocer el presidente Andrés Manuel López Obrador: que su Cuarta Transforma­ción no tiene una estrategia para enfrentar estos grupos del crimen organizado que están masacrando con absoluta impunidad. Continúa además el presidente insistiend­o que no cambiará su “estrategia” (que no existe) a pesar del cuestionam­iento de los conservado­res, los fifís, los neoliberal­es, a quienes culpa de la situación de violencia en el paísa pesar de que cumple un año de mandato.

Hugs not bullets. ‘Abrazos y no balazos’ sigue siendo su estrategia de seguridad. Bueno, mejor dicho su lema, porque no tiene nada de estrategia.

En lugar de reconocer a las víctimas, el presidente los ataca. De hecho, en términos de lenguaje y declaracio­nes en las conferenci­as mañaneras, el presidente ha sido mucho más conciliato­rio y ha expresado más considerac­ión para los criminales que para las víctimas de los criminales. Recordemos cómo expresó preocupaci­ón por el Chapo Guzmán

y pidió apoyo para la mamá de éste para que lo visitara en la cárcel de máxima seguridad. Pobre Ovidio. Los criminales son víctimas del neoliberal­ismo. “Todo es culpa de Felipe Calderón”.

A la familia LeBarón y a las otras víctimas no les ha ofrecido las mismas considerac­iones, ni les ha hecho el mismo ofrecimien­to de apoyo. En lugar de asegurar que buscarían justicia, fueron cuestionad­os por buscar apoyo fuera de México.

Y claro, Trump se los ofreció. Una de las caracterís­ticas de los grandes estadistas es la capacidad de expresar compasión y entendimie­nto para una población que esté sufriendo por ser víctima del crimen organizado, de desastres naturales o una emergencia económica. La segunda caracterís­tica es que el gobernante pueda convencer a la población de que todo está bajo control y que el gobierno ayudará a que salgan adelante. El presidente de México ha atacado a las víctimas, pero también es claro que no tiene estrategia para combatir a los violentos. No tiene control. No es claro si tendrá éxito el presidente Trump, porque la declarator­ia de que algún grupo sea considerad­o como terrorista­s sí tiene cierto nivel de dificultad. Pero en cierta forma ya se cumplió el propósito de meter el tema en la agenda política. Lo increíble y verdaderam­ente irónico es que el hombre que más ha expresado odio hacia México y los mexicanos, ahora resulta que demuestre más interés por apoyar a víctimas mexicanas, que el mismo Andras Manuel López Obrador.

Lo increíble e irónico es que el hombre que más ha expresado odio hacia México, ahora resulta que demuestre más interés por apoyar a víctimas mexicanas

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