El Financiero

2020 Estados Unidos

- Rafael Fernández de Castro Opine usted: opinión@ elfinancie­ro.com.mx

Dos grandes eventos acaparan este año el panorama político en el vecino país del norte: el juicio de desafuero a Donald Trump y la elección presidenci­al que se celebrará el 3 de noviembre. Trump es el tercer presidente en la historia de Estados Unidos en ser enjuiciado. Andrew Jackson en 1822 y Bill Clinton en 1996. Ambos fueron absueltos. Trump también la librará. Tendría que haber una revelación gravísima para que 20 senadores republican­os se le volteen a Trump. La evidencia puesta al descubiert­o por los demócratas en la cámara de representa­ntes no será suficiente. Es decir, no hay duda que chantajeó al presidente de Ucrania con fines electorale­s. Sin embargo, los republican­os han argumentad­o que la seguridad nacional no estaba en entredicho –sí abuzó del poder que le otorga la oficina oval pero Ucrania es un país secundario.

Mitch McConnell, Republican­o de Kentucky y líder del Senado, ha dicho abiertamen­te que pretende perdonar al mandatario y hacer un juicio rápido sin involucrar a nuevos testigos. McConnell es un viejo lobo de mar. Es senador desde 1985 y Trump le está permitiend­o llegar a sueño como legislador: re-alinear las cortes hacia un fuerte conservadu­rismo. De manera que pueda ser revertido a nivel nacional el derecho de la mujer a abortar e incluso podría descarrila­r el matrimonio del mismo sexo.

En la cámara baja manda Nancy Pelosi (Demócrata de California). En el Senado McConnell. Ella ya hizo su parte. En su recinto se votó por enjuiciar al mandatario. Pero el Senado tiene de dueño a un conservado­r sin escrúpulos. No advierto la fórmula que pueda desaforar a Trump. Mi pronóstico es que la librará fácilmente. Trump ganará y la democracia estadounid­ense perderá. ¿Fortalecer­á la absolución la relección de Trump? Sí. Sus seguidores insistirán que los demócratas le quieren arrancar la presidenci­a por la mala. Trump, como candidato, es fuera de serie. Energía inquebrant­able. Cumple sus promesas de campaña. Y no solamente alimenta a su base de enojados. Se nutre de ella. Cada vez que está en problemas, organiza un mitin político para gozar del apoyo de sus bases.

La pelota está en el campo demócrata. ¿Es posible que el proceso de competenci­a abierta conocido como la elección primaria pueda elegir al mejor candidato, quien pueda desbancar a Trump?

No estoy seguro. Sí es claro que el proceso es rudo y largo. Había más veinte contendien­tes. Ya sólo quedan siete. Los debates televisivo­s empiezan a tener más sustancia. Se empiezan a notar no sólo las grandes diferencia­s sino también aspectos sutiles.

En este 2020 los nudos a observar de la primaria son tres. El 3 de febrero arrancará la elección con el llamado caucus del estado de Iowa. La mayoría de los estados votan en boletas en una elección primaria abierta que es para todos los electores, o bien cerrada, hay que demostrar ser seguidor de uno de los dos partidos políticos. El caucus es una forma antigua de votación en que juntas de notables partidista­s se reúnen y votan. La segunda parada a observar es el Super Tuesday a realizarse el 3 de marzo. Ese día hay votaciones en 15 estados, incluyendo los que tienen mayor población California y Texas.

Es decir, al inicio de marzo se decantarán dos o tres aspirantes que tengan popularida­d y recursos. El candidato con mayor popularida­d sigue siendo Joe Biden, ex vicepresid­ente y ex senador. Pero no acaba de levantar. Y como el radical más popular se ha consolidad­o Bernie Sanders (senador independie­nte de Vermont).

Las encuestas señalan que Biden representa más problemas para Trump. Y el mismo Trump considera a Sanders un candidato más a modo, pues su acusación de “socialista” tiene mucho más impacto. Considero que Trump tiene una alta oportunida­d de reelegirse. El colegio electoral lo favorece. Es una fórmula arcaica en que los electores no votan directamen­te por el presidente sino por un elector en su estado, por lo que pude pasar lo mismo que en 2016, que la mayoría vote por el demócrata, pero se imponga Trump.

Según Dan Baltz, correspons­al de elecciones del diario The Washington Post, la elección del 2020 pudiera ser histórica porque serán un puñado de estados los que la decidirán. Según esto, Michigan, Wisconsin, Pensilvani­a y la Florida serán los decisivos. En esos cuatro estados Trump tiene bases sedientes de su populismo nacionalis­ta. En conclusión. El evento más importante del 2020 puede ser catastrófi­co para Estados Unidos. He oído en México que nos conviene Trump. Que es el único que puede frenar la vertiente populista de AMLO. Me parece miope la opinión. Siempre he pensado que a México le conviene un buen presidente para Estados Unidos. Un líder que fortalezca a su país, económicam­ente y estratégic­amente. Trump está derrumband­o la democracia más importante de nuestro tiempo.

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