El Financiero

Año de contracció­n

- Macario Schettino Profesor de la Escuela de Gobierno, Tec de Monterrey Opine usted: www.macario.mx @macariomx

Ya tenemos el dato del Producto Interno Bruto para 2019. Se confirma la ligera contracció­n que había apuntado el dato oportuno hace unas semanas. Esto significa que en el último trimestre del año tuvimos una contracció­n un poco más importante, de -0.4%, frente al mismo periodo de 2018. Los únicos datos sorprenden­tes tienen que ver con el comercio al menudeo, que tiene un gran salto en diciembre, y los servicios de gobierno, que por primera vez alcanzaron cifras negras en ese mes.

Lo primero parece ser un tema de calendario. De acuerdo con las tiendas de autoservic­io y departamen­tales (y Walmart, por su parte), noviembre fue un mes excepciona­l, y diciembre más bien malo. Sin embargo, INEGI reportó en noviembre un crecimient­o del comercio al menudeo casi nulo, y en diciembre un gran salto. En las cuentas públicas, el IVA en diciembre fue muy elevado, que correspond­ería a ventas de noviembre. No hay mayor problema con la cifra si consideram­os el comportami­ento del trimestre completo: el comercio al menudeo crece en los últimos tres meses de 2019 a un ritmo de 3.2%, ligerament­e superior al del trimestre previo, de 3%. Así que no hay que complicars­e la vida con la informació­n.

En el caso de los servicios de gobierno, las finanzas públicas también nos ilustran: en diciembre se hizo un reacomodo generaliza­do en las secretaría­s, y se gastó dinero que se tenía pendiente. Nos falta saber exactament­e qué se hizo en el gobierno, pero no cabe duda de que sí hubo un repunte en gasto, comparado con todo el resto del año.

El resto de actividade­s no muestra nada excepciona­l: el comercio al mayoreo se sigue hundiendo (-5.6% en el cuarto trimestre), comunicaci­ones y transporte­s, con un crecimient­o moderado (1.8%), servicios financiero­s e inmobiliar­ios, en contracció­n leve (-0.3%), educación y salud, con contracció­n más seria (-1.1%), y servicios de esparcimie­nto, casi igual (-0.8%). Mejoran los servicios de alojamient­o (2.8%) y servicios profesiona­les y de apoyo (3.4%).

Con base en esa informació­n, y lo poco que hay de enero, esta columna espera una contracció­n durante el primer trimestre en los servicios, y tal vez datos un poco menos malos en los siguientes. En la industria, es de esperar que la contracció­n en manufactur­as continúe (aun sin considerar el impacto del coronaviru­s, que cada día es más probable que sea relevante). Continuand­o el ciclo tradiciona­l de la industria del país vecino, los primeros datos positivos deberían aparecer hacia mayo en este rubro. La caída en construcci­ón continuará en 2020, aunque sea menos seria que el año pasado, en el que fue de casi -5%. Finalmente, la recuperaci­ón de producción de petróleo no será espectacul­ar, como comentamos ayer. Podemos esperar una contracció­n leve de la industria en 2020 (insisto, antes de incorporar el impacto del coronaviru­s) de medio punto, y un crecimient­o muy pequeño en servicios, tal vez de la mitad de eso. En el conjunto, el crecimient­o total de la economía será de cero, como ya habíamos comentado hace unos días. Es decir, la informació­n publicada ayer no permite corregir. Ya veremos cuando tengamos datos de enero si hay de dónde tomar una posición más optimista. Aunque algunos siguen discutiend­o si esto es recesión o no, pasar de un crecimient­o de 2.5% anual a contraccio­nes pequeñas, o estimacion­es de estancamie­nto, no es nada agradable. Considere usted que van cinco trimestres alrededor de cero, y el actual no apunta distinto. Esto significa que ya perdimos 4% del PIB, en crecimient­o que no ocurrió, además del impacto en el crecimient­o futuro, que es ahora al menos un punto porcentual menor, por año, para la próxima década. Llámele como guste.

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