Carta a Olga Sánchez Cordero
He tenido la oportunidad de hablar con usted varias veces, en entrevistas en distintos medios de comunicación y también cuando hemos coincidido en algunos eventos. En lo público y en lo privado ha comunicado que su vocación, más allá de alguna carrera política o de lealtades ciegas a jefes inmediatos, es proteger las causas de las mujeres y las niñas, niños y adolescentes. Con pasión desbordada nos has repetido: “esos son mis temas”, “nadie ha puesto tanta atención como yo lo he hecho”, “no es de ahora, es de hace décadas, ahí está como testigo mi trabajo en la Suprema Corte”. Hoy ocupa una de las oficinas más importantes del país, su puente de comunicación con el Presidente está a una llamada de distancia y su posición la obliga a comprometerse con las víctimas. ¡Urge que impulse el Proyecto 26!
Hoy llega a su escritorio oootra carta por parte de la Red por los Derechos de la Infancia en México, e insisto en el “otra” porque desde el 6 de enero han buscado hablar con usted, han querido que se comprometa, y lo único que han encontrado es silencio inexplicable, una constante inacción e indiferencia.
En enero pasado REDIM solicitó al Presidente y a la Secretaría de Gobernación crear un nuevo proyecto prioritario de esta administración para desarrollar una estrategia nacional para prevenir y frenar la violencia armada en contra de niños, niñas y adolescentes, la han denominado #Proyecto26. Así lo consignan desde inicios de año: “Niñas, niños y adolescentes se volvieron invisibles para esta nueva administración al no formar parte de ninguno de los 25 proyectos estratégicos que presentó Andrés Manuel López Obrador, los cuales apuestan a estimular el consumo interno, desarrollo de infraestructura nacional y programas asistenciales para los segmentos de población adulta más empobrecidos.
En ese sentido, #Proyecto26 es una oportunidad para construir alternativas basadas en la comunidad, el fortalecimiento de las instituciones de infancia, la participación de la niñez y juventud en la prevención de la violencia, y especialmente importante avanzar en la construcción de paz en los territorios más conflictivos, será necesario hacerse acompañar de expertos internacionales y sociedad civil; para ayudar a definir los tramos de responsabilidad institucionales a nivel federal, estatal y municipal en la prevención y atención de las violencias contra la niñez”.
Sé que es una persona que lee todos los días los periódicos, y seguramente se habrá encontrado en los últimos siete días con los siguientes titulares:
- “Dos menores, de 7 y 13 años de edad, son asesinados con arma blanca por adolescente” - “Iztapalapa, Cuauhtémoc y Gustavo A. Madero, territorios de riesgo para adolescentes”
- “Niños ejecutados o enrolados en el crimen, nuevo grado de terror” - “La impunidad alcanza al 97% de los niños y adolescentes cuando son víctimas de un hecho delictivo”
- “Más de 2,950 reportes de desaparición en CDMX”
- “Restos en la maleta abandonada en la colonia Guerrero pertenecen a joven de 14 años” - “Tienen 15 años los detenidos por abandonar una maleta con un cuerpo en CDMX” Quedan cuatro años de gobierno, las niñas, niños y adolescentes siguen siendo carne de cañón del crimen organizado, ya no son “víctimas colaterales” – usando el lenguaje de ustedes los políticos–, el crimen organizado ya los ve como objetivos y los está matando.
Haga algo, secretaria, escuche, atienda y actúe de la mano de la Red por los Derechos de la Infancia en México y decenas de organizaciones más que velan por el futuro del país. Que su legado sea ese, el de proteger a las víctimas. Ojalá convenza al Presidente de la necesidad de ese #Proyecto26.
Las niñas, niños y adolescentes siguen siendo carne de cañón del crimen organizado