Rosario la soberbia
De todo el gabinete de Enrique Peña Nieto, Rosario Robles era la más altanera y prepotente, y solía reclamar con tonos subidos las críticas que se hacían sobre sus excesos y señalamientos de probables desvíos de recursos. “No hay nada que pueda probarse”, me increpó una vez llena de furia. Las cosas saldrán a la luz pública en su momento, le dije. Ella se sentía protegida por Peña Nieto, quien desoía las quejas del entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray, por el mal manejo del presupuesto en Desarrollo Social, apoyada también por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. El martes Robles generó la noticia política del día al buscar el criterio de oportunidad en la Fiscalía General para “hablar con toda la verdad”. Varios abogados consideran que al haber hecho un daño al erario, no se aplica ese criterio porque resultaría probablemente en impunidad. Pero mientras eso se discute, generó escándalo el señalamiento que hizo uno de sus abogados que acusaría a Videgaray de haber desviado recursos para campañas electorales, como la presidencial de 2018. Aunque ella desautorizó los dichos, no negó lo señalado por su abogado. Robles está en la cárcel por una manipulación del debido proceso por parte de la Fiscalía General y de un juez de control con claro conflicto de interés. Pero el delito por omisión por el que la detuvieron, se agravó con otros dos más que al entrar en el terreno de la delincuencia organizada, no es
Varios abogados señalan que por daño al erario no se aplica el criterio de oportunidad
Se acogió a esa figura por una cadena de errores cometidos por ella y sus abogados