¿Es necesario mayor estímulo monetario?
En su pasada reunión del 12 de noviembre, la Junta de Gobierno del Banco de México decidió mantener la tasa de referencia en 4.25% y los integrantes expresaron que estaban haciendo una pausa en la trayectoria descendente de la tasa básica. Al conocer el comunicado y la minuta de la sesión se tiene una idea más clara de los argumentos que llevaron a los miembros de la Junta a tomar esa decisión. La mayoría de ellos consideró adecuado hacer esta pausa hasta confirmar la trayectoria de la inflación hacia el objetivo de 3% y advirtieron que las futuras decisiones dependerán de la evolución de los factores que inciden en la inflación. Sin embargo, se destaca que uno de los vicegobernadores difirió totalmente de esta decisión. El dr. Jonathan Heath recomendó recortar la tasa en 25 puntos base adicionales y continuar con las reducciones hasta donde sea posible, al argumentar que la expectativa de recuperación será débil, difícil y prolongada, e invitó a evitar sobrerreaccionar si la inflación
Presidente de Bursamétrica se ubica temporalmente en una décima de punto porcentual por arriba del rango de variabilidad. Además, enfatizó la necesidad de utilizar más la política monetaria ante la dificultad de instrumentar mayores estímulos fiscales, incluso cuando se anticipa una baja sensible de la inflación en noviembre. ¿Usted por que postura se inclina, por la argumentación de la mayoría o por esta última opinión? Personalmente coincido con Jonathan, y creo que se quedó corto. Yo me inclinaría por una reducción aún más rápida y amplia. Déjeme agregarle otros argumentos: Cuando se tomó la decisión de la Junta de Gobierno, la inflación anualizada se ubicaba en 4.09%, ligeramente arriba del máximo tolerable por parte del Banco. Unos días después, la inflación registra 3.40% anual. En una muestra de 75 bancos centrales, la media de la tasa de referencia es de 3%.
Estamos en medio de un rebrote mundial en los contagios de Covid, y en particular en EU se observa una velocidad de contagios francamente descontrolada. El presidente Trump no está haciendo nada al respecto. Ante esto, es un riesgo creciente que veamos una nueva contracción en el PIB americano en el primer trimestre. JP Morgan lo estima en el 1% anualizado. Bursamétrica cree que fácilmente pudiera ser del -3% anualizado. En México, en varias ciudades estamos viendo también una aceleración en los contagios. En la Ciudad de México acabamos de ver más de 12 mil contagios en un solo día. Claudia Sheinbaum declaró que estamos al borde del semáforo rojo. La autoridad no quiere volver a cerrar la economía. ¿Cómo hacerlo si la economía informal ha alcanzado el 70% de la población económica activa, y no hay recursos ni manera de apoyar a la gente? Así que tampoco se descarta un escenario de varias ciudades en semáforo rojo en el primer trimestre.
Irene Espinosa hablo en la convención de la AMIB y analizó a detalle el paquete de medidas que Banxico implementó desde abril, destacando que el conjunto de instrumentos y facilidades implicaba una expansión potencial del crédito de hasta 800 mil millones, y que a la fecha solo se han utilizado 190 mm. Esto explica porque Banxico no ha emitido nuevas medidas. El riesgo en el sistema financiero va subiendo de intensidad. Esto también fue advertido por Juan Pablo Graf, presidente de la CNBV quien destaco la fortaleza del sistema financiero en su conjunto ante esta crisis y en las fases de extrema volatilidad. Los mercados han operado de manera ordenada, y hasta ahora no se observan focos rojos en cuanto a los índices de capitalización de los distintos intermediarios. En Bursamétrica planteamos que si con una segunda recaída en la actividad económica la cartera vencida de la banca llegara al 10%, descontando las reservas ya creadas, se podría estar gestando una pérdida en el capital de los bancos equivalente al 45%, con lo que se corre el riesgo de generar una contracción del crédito más severa, que a su vez puede inducir a una mayor cartera vencida. Hace unas semanas, el secretario de Hacienda, Herrera, les llamo la atención a los bancos por no estar prestando, a pesar de las facilidades del Banco Central, a lo que los banqueros respondieron que están actuando con responsabilidad, y que las empresas y las familias no están tomando crédito por prudencia. Me parece que lo que está faltando en esta ocasión es una mayor presencia de la banca de desarrollo, como tradicionalmente ha sucedido en las crisis. Pero definitivamente, ante la ausencia de medidas de tipo fiscal, va siendo indispensable una política monetaria mucho más expansiva, y la innovación de mecanismos por parte del sector privado y bursátil para apoyar a las empresas y a Pemex.