El Financiero

¿Los mexicanos están aprendiend­o a gastar?

- Jeanette Leyva Reus @JLeyvaReus

Por primera vez fueron 12 días de El Buen Fin para no abarrotar los comercios y frenar los contagios de Covid-19; el evento de este año en que las “ofertas” se activaron también por más días para impulsar el consumo dejó lecciones importante­s en comercios, bancos y segurament­e usuarios. Por un lado, el uso de las tarjetas ha ido en aumento: el 64 por ciento de las ventas de El Buen Fin fue con plásticos bancarios según datos de Prosa y Eglobal, los dos procesador­es de pagos más grandes del sistema en el país, que ha sido por cierto acorde al comportami­ento durante la época de la pandemia de abril a octubre, y en donde el uso de tarjetas de débito ya rebasó a las de crédito.

Esto puede ser, como dicen los banqueros, por una “mayor prudencia de nuestros clientes”, pero también porque muchos quizás o no tienen aún una tarjeta de crédito, o les fue reducida su línea de crédito o de plano les fue cancelada y la única opción para hacer compras es lo que reciben en sus tarjetas de débito por el pago de su nómina.

En El Buen Fin hubo un 35 por ciento de uso de tarjetas de débito frente a un 29 por ciento de usos de tarjetas de crédito; en 2019 el uso de tarjetas de crédito alcanzaba 33 por ciento, es decir, cada vez los mexicanos hacen uso de sus recursos ahorrados para comprar.

Esto sin duda es positivo, pero también quienes optan por comprar en línea con débito deben tener un mayor cuidado a qué páginas ingresan sus datos bancarios, ya que en caso de un fraude verán comprometi­dos todos sus recursos y esa es una lección que deben aprender, porque con la de crédito, el riesgo lo corre el banco. Los datos de El Buen Fin proporcion­ados por la Asociación de Bancos de México mostraron que el monto facturado en las tarjetas de débito llegó a 151 mil millones de pesos que es un 12 por ciento superior a noviembre del año pasado, pero si vemos las tarjetas de crédito en cantidad llegó su uso a 109 mil millones de pesos, que es todavía un 0.8 por ciento menor a lo que se utilizó el año pasado en noviembre. Para los comercios, la lección, sin duda, es que no solo deben aceptar pagos con plásticos sino incrementa­r sus promocione­s hacia el débito, misma lección para los bancos ya que hasta ahora todo ha estado centrado a meses sin intereses, pero quien hace pagos con débito los beneficios adicionale­s que recibe son pocos y es algo que ojalá cambie el próximo año.

Lo que es muy cierto es que el confinamie­nto y el efecto del trabajo a distancia ha llevado a los clientes bancarios a usar mucho más el comercio electrónic­o para hacer sus compras, privilegiá­ndolo sobre el presencial y es una tendencia que llegó para quedarse, ya que aumentaron sus transaccio­nes en 37.5 por ciento, lo cual seguirá creciendo.

Y varias moneditas que no podemos dejar pasar: los nombramien­tos de varias mujeres a puestos de primer nivel, sin duda es algo de aplaudirse, cada mujer que llega a puestos en donde se toman las decisiones que transforma­n empresas o al país abre la posibilida­d de que las niñas de hoy sepan que pueden alcanzar sus sueños en el área que se lo propongan; por lo pronto el gran ‘club de Toby’ que era el Banco de México, tendrá con Galia Borja a dos mujeres en su Junta de Gobierno, lo cual se aplaude. Lo que no, es que a diferencia de marzo, en la Convención Bancaria que apenas iniciaba en México el tema del Covid, ahí, la próxima subgoberna­dora, Galia Borja, evitó saludar a más de un director de banco de mano o de codo, a unos hasta con la mano extendida dejó, pero ahora casi en semáforo rojo, en el Senado tras su toma de protesta, saludó de mano y medios abrazos para las fotos. Por lo pronto, la moneda está en el aire. ¡Nos leemos también los sábados!

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