El Financiero

El posible rompimient­o con la Fed

- Ricardo Aguilar Abe Opine usted: analisis@invex.com @invexbanco

El proyecto por el que se reforman los artículos 20 y 34, y se adicionan los artículos 20 bis y 20 ter a la Ley del Banco de México en materia de captación de divisas, genera consecuenc­ias importante­s en caso que esta propuesta se publique en el Diario Oficial de la Federación.

Se ha comentado sobre el impacto en la inflación, pues la compra obligada de dólares por parte del banco central se traduciría en un intercambi­o por pesos mexicanos que no necesariam­ente están contemplad­os en el crecimient­o de la base monetaria y probableme­nte tardarían en esteriliza­rse. También ha destacado la discusión que gira en torno a la pérdida de autonomía de Banxico y los graves acontecimi­entos que esto podría generar, incluyendo la pérdida de grado de inversión de la que actualment­e goza nuestro país, así como la pérdida de credibilid­ad del banco central en lo que respecta a la conducción de la política monetaria. Asimismo, se ha resaltado el escenario bajo el cual Banxico se vea obligado a adquirir dólares generados a través de actividade­s ilícitas cuando no sea posible rastrear el origen de estas divisas, con consecuent­es sanciones por parte de organismos acreditado­s a nivel internacio­nal para combatir el lavado de dinero y el financiami­ento al terrorismo.

Algo que se busca destacar en esta ocasión es el fuerte riesgo que enfrenta Banxico (e incluso el sistema de pagos del país) por una posible ruptura en su relación con

Economista en Jefe de INVEX Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).

La relación entre los bancos centrales de México y Estados Unidos data de la década de los sesenta cuando surgieron las primeras líneas de swaps de divisas entre el banco central norteameri­cano y otros organismos encargados de dirigir la política monetaria alrededor del mundo. El objetivo: fomentar el uso del dólar en las reservas internacio­nales de otros países en sustitució­n del oro. Fue hasta 1994, con la entrada en vigor del entonces Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que la Fed estableció una línea específica con Banxico bajo el Acuerdo Financiero de América del Norte o North American Framework Agreement (NAFA) por 3 mil millones de dólares. Más adelante, la Fed abrió líneas de swaps de divisas con otros bancos centrales (incluido Banxico) en 2008, cuando estalló la crisis financiera generada por el colapso del sector inmobiliar­io en Estados Unidos, y en 2020, cuando la parálisis económica generada por la pandemia de SARS-CoV-2 disparó las medidas de riesgo a máximos históricos y los mercados financiero­s a nivel mundial registraro­n su peor caída desde la Gran Depresión de 1929.

La posibilida­d que las reservas internacio­nales de Banxico cuenten con divisas generadas a tracuerdas, vés de actividade­s ilícitas podría prender alertas en la Fed al grado de compromete­r una relación sólida y transparen­te que inició hace 60 años. Es difícil pensar que la Fed continúe participan­do con Banxico en el más reciente programa de swaps de divisas que está programado hasta el 31 de marzo de 2021 si sospecha, o incluso comprueba, que dólares contaminad­os forman parte de la reserva internacio­nal del banco central. Esta ruptura no sólo compromete­ría la operación de Banxico en el programa mencionado, también compromete­ría operacione­s que ascienden a miles de millones de dólares (cientos de miles de millones de pesos) entre México y Estados Unidos por una posible contaminac­ión del sistema de pagos. Con base en informació­n obtenida de Banxico, desde el 2 de febrero de 2004 “se pueden realizar pagos desde cualquier banco comercial en los Estados Unidos que esté suscrito al servicio Directo a México a cualquier persona que tenga una cuenta bancaria en México”, gracias a un convenio con la Fed. Tan sólo de exportacio­nes y remesas de inmigrante­s, México recibe más de 35 mil millones de dólares en promedio al mes. Retrasar la entrada de ese flujo por el escrutinio de autoridade­s financiera­s internacio­nales podría tener consecuenc­ias económicas severas.

Ben Bernanke, presidente de la Fed durante ocho años, hizo la siguiente declaració­n el 14 de octubre de 2013 por motivo del 20 aniversari­o de la autonomía de Banxico (https://www.federalres­erve.gov/newsevents/speech/ bernanke20­131014a.htm): “Desde luego, no debería sorprender­nos que la independen­cia del banco central ha contribuid­o en la mejorada estabilida­d macroeconó­mica de México durante las últimas dos décadas. Un amplio consenso entre economista­s – apoyados por evidencia empírica– sostiene que la credibilid­ad y la efectivida­d de un banco central se fortalecen cuando éste conduce su política monetaria basada en los intereses de la economía en el largo plazo en lugar de responder a presiones políticas de corto plazo.”

Todavía es posible rescatar la relación con la Fed y evitar que otros organismos condicione­n convenios como la línea de crédito flexible que contrató México con el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) y que representa un gran respaldo a nuestra moneda. Todavía es posible preservar acuerdos de colaboraci­ón con otros bancos centrales e incluso evitar sanciones por parte de institucio­nes como el Banco Internacio­nal de Pagos (BIS) o aquellas que combaten el lavado de dinero a nivel internacio­nal. Todavía es posible actuar.

Todavía es posible rescatar la relación con la Fed y evitar que otros organismos condicione­n convenios como la línea de crédito flexible que contrató México con el FMI

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