El Financiero

A partir de hoy, todo cambia: migración

- Pablo Hiriart Opine usted: phiriart@elfinancie­ro.com.mx phiriartle­bert@gmail.com @Pablohiria­rt

MIAMI, FL.- Hoy termina la mayor ofensa a la dignidad de México en cuando menos un siglo: Estados Unidos ya no enviará a territorio mexicano a solicitant­es de asilo de distintas nacionalid­ades, que no desea en su país. Gran noticia para la relación y el decoro nacional: México dejará de ser la sala se espera donde Estados Unidos manda a quienes le piden refugio. Debido al nuevo enfoque de la política migratoria que llega con la administra­ción Biden, el gobierno de México podrá recuperar la tradición histórica de defensa de los derechos humanos de sus connaciona­les en Estados Unidos.

No será necesario que la Guardia Nacional (17 mil soldados, dijo Trump en uno de sus muchos agradecimi­entos a nuestro gobierno) patrulle la frontera norte de México, para perseguir migrantes.

Ahora será posible que México concentre sus esfuerzos en el control de la frontera sur, por el interés nacional mexicano de saber quién y a qué entra al territorio.

Joe Biden ha puesto a la migración como un tema prioritari­o de su gobierno, y a partir de hoy entrarán en vigor órdenes ejecutivas para cesar el acoso a migrantes que hayan entrado al país antes del primero de enero de este año.

Vendrá también una ambiciosa propuesta de reforma migratoria, que difícilmen­te pasará en el Senado, pues se necesitan los votos de cuando menos 60 de los 100 legislador­es que hay en esa cámara, y la correlació­n es 50-50. Habrá reunificac­ión de familias, con la residencia temporal a menores se edad.

Los dreamers serán protegidos por el restableci­miento pleno del DACA (impugnado por Trump ante la Corte) y “no serán enviados a un país que ni siquiera conocen”, como dijo Biden en uno de los debates presidenci­ales en la campaña.

Quienes se hayan doctorado en una universida­d estadounid­ense en matemática­s, ciencias, tecnología­s e ingeniería, su visa no tendrá caducidad.

La cuota de refugiados se ampliará a 125 mil personas al año (como ofreció Biden en campaña), que es muy superior a los 18 mil en que los tenía Trump en 2020.

Se revertirá la orden ejecutiva de Donald Trump que excluía a la violencia doméstica como causa para otorgar asilo, y se levantará la prohibició­n a los ciudadanos de naciones islámicas de ingresar a la Unión Americana.

El platillo fuerte, especialme­nte para México, estará en la propuesta de reforma migratoria, que como lo ha anunciado el propio Biden, plantea legalizar a 11 millones de ilegales, en su mayoría mexicanos.

The Washington Post tuvo acceso a fuentes del nuevo gobierno y publicó una amplia nota sobre el contenido de la reforma, que a continuaci­ón sintetizo: -Un migrante ilegal podrá optar por la ciudadanía de este país en un proceso de ocho años. El beneficio será para quienes hayan entrado a Estados Unidos antes del 1 de enero de este año. -Los que hayan ingresado antes de esa fecha, tendrán el estatus de inmigrante­s temporales durante cinco años.

-Al concluir ese periodo tendrán la tarjeta verde ( green card), por un plazo de tres años, al cabo del cual serán ciudadanos de este país.

Hay requisitos básicos: no tener antecedent­es penales y haber pagado impuestos.

Y, ojo para los gobiernos u organizaci­ones políticas que quieran calar a la administra­ción Biden con oleadas de migrantes: esos beneficios regirán –de aprobarse la reforma– para los que hayan entrado a Estados Unidos antes del 1 de enero. De antemano y sobre aviso: las medidas no tendrán efecto para caravanas que manos aviesas organicen.

“Nos da mucha esperanza la posición de Biden porque tiende a sacarnos de la incertidum­bre, pero habrá que presionar para concretarl­a”, dice a El Financiero Yohan García, responsabl­e del Departamen­to de Justicia, Paz y Desarrollo de la Conferenci­a Episcopal de Estados Unidos (USCCB). Originario de Tehuitzing­o, Puebla, exlíder de dreamers en Chicago y ahora directivo en la Conferenci­a de Obispos Católicos de este país, Yohan no parece sorprender­se de que esto haya llegado por la vía de un estadounid­ense, Joseph Biden: “México nos ha dado la espalda, a pesar de que contribuim­os con las remesas (cerca de 40 mil millones de dólares al año)”. Dice algo más, “México sí está pagando por el muro, con la Guardia Nacional que persigue migrantes”.

Por cierto, Biden frenará la construcci­ón del muro. Utilizará nuevas medidas de seguridad en la frontera, basadas en tecnología.

Hoy, a partir del mediodía, todo cambia.

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