Extrañarán a Jared
El futuro inmediato de la relación entre México y Estados Unidos no será buena, ni tampoco mala. En el corto plazo habrá una relación de mantenimiento, donde no se espera que suceda nada significativo porque para el presidente Joe Biden, en estos momentos, México ocupa un asiento trasero en su política exterior. De alguna manera lo sabe el presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando descarta que –a diferencia de lo que sucederá este viernes con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau– vaya a tener una conversación en los próximos días con el jefe de la Casa Blanca, porque no la ve necesaria.
La relación con el nuevo gobierno de Estados Unidos arrancó fría, distante y con estática. La embajadora Martha Bárcena dejará la misión diplomática el próximo 15 de febrero, y no se cree que el beneplácito para Esteban Moctezuma, su relevo, se dé antes de esa fecha. El plácet se pidió en diciembre, pero primero se acomodarán las nuevas fichas en el Buró para México en el Departamento de Estado, por donde pasa primero la solicitud, y tendrá que ser ratificado por el Senado y el nuevo secretario de Estado, Anthony Blinken, quien una vez instalado en Foggy Bottom comenzará a nombrar a sus colaboradores. En la audiencia de ratificación, Blinken no mencionó a México entre las prioridades; de hecho, a
Se necesita un que pueda ayudar a resolver crisis o resolver urgencias
El yerno de Trump jugó ese papel durante los gobiernos de Peña Nieto y AMLO