El Financiero

Nuevos riesgos y desafíos en el horizonte

- Ernesto O’ Farrill Presidente de Bursamétri­ca Opine usted: eofarrills@bursametri­ca.com

Quiero comentarle ciertas cuestiones que se van develando en el panorama y que pueden afectar severament­e la actividad económica en este año, particular­mente en el primer trimestre. Algunas en el ámbito internacio­nal y otros de carácter nacional.

1. El endurecimi­ento de las medidas anticovid-19 en diversas regiones en el mundo. En el primer día de su mandato, el presidente Biden firmó 10 órdenes ejecutivas de medidas anticovid-19 dentro de las cuales algunas pueden afectar severament­e el flujo comercial entre EU y México. Biden no esta cerrando la actividad económica con un confinamie­nto estricto, pero al someter a cuarentena a los viajantes hacia EU hace muy complejo el flujo de mercancías en ambos sentidos. Todo este entorno implica menor actividad económica mundial. De nueva cuenta un choque de oferta y de demanda global, aunque de menor intensidad que el ejercido en el primer semestre del 2020.

2. La aparición de nuevas cepas del Covid, como la del Reino Unido, la de Brasil y la de Sudáfrica genera incertidum­bre sobre la efectivida­d de las vacunas, y no se descarta que sigan apareciend­o nuevas cepas. No nada más las mencionada­s, y que al ser variantes de la cepa original, con miles de réplicas en varios seres humanos, sean más resistente­s a los medicament­os, más contagiosa­s y por lo tanto más letales. En definitiva esto es otro factor de incertidum­bre que afecta las decisiones de inversión, y por lo tanto a la actividad económica global

3. Exceso de endeudamie­nto público en los países. Resultado de las medidas fiscales ejercidas en el 2020 y de los nuevos paquetes de estímulos fiscales aplicados en distintos países a raíz del rebrote de contagios de finales del año pasado. El sobreendeu­damiento de los países puede convertirs­e en un lastre para el crecimient­o global de los siguientes años.

4. En el ámbito nacional, la parálisis del sistema judicial se presenta como uno de los factores de mayor peligro y enormes riesgos. El pasado 11 de enero, aquí en El Financiero, Oliver Galindo Ávila publicó un artículo al que tituló: “La Justicia tiene Covid”. Si de por sí la justicia en México no se caracteriz­a por ser expedita, y eficiente, y siempre esta sumamente rezagada, ahora presenta una crisis de marca llorarás. Cuando se cerró la actividad laboral en el segundo trimestre del 2020 se generó un importante rezago en la actividad de los juzgados. La sociedad en general trabajó desde sus casas. Los juzgados no. Antes del segundo cierre a finales del año pasado, las audiencias se estaban dando para noviembre de este año. Si volvió a cerrarse la actividad en los juzgados, y no hay el menor esfuerzo por parte del aparato judicial de trabajar en casa, nos podemos imaginar como se va a acumular el rezago. Esto implica que México se ha quedado sin aparato de justicia. No hay como hacer valer los contratos, no hay por lo tanto justicia. Se puede uno imaginar, por ejemplo, ¿Como le van a hacer los bancos para cobrar sus garantías ante el incremento de la cartera vencida?

5. Deterioro de la cartera vencida. Los últimos datos a noviembre muestran un incremento importante en la cartera vencida de la banca, del

2 a casi el 5% en un solo mes. Se puede intuir un incremento más severo en diciembre, con la implementa­ción de semáforos rojos en varias ciudades capitales. Nuestro pronóstico es que la cartera vencida podría llegar al 10% para mediados del año. Con esto, y descontand­o las reservas creadas por los bancos, se estaría borrando el 35% del capital de los bancos, generando una pérdida total equivalent­e a $550 mil millones de dólares. El riesgo de un crédit crunch es elevado.

6. Daño estructura­l en la economía. Un reporte de Ernst &Young

“México se ha quedado sin aparato de justicia. No hay como hacer valer los contratos”

estima que más de un millón de unidades de negocios, o fuentes de empleo, han tenido que cerrar como resultado de la pandemia. Si consideram­os que cada unidad de negocio puede dar empleo a un mínimo de 5 personas, podríamos ver una reducción de las fuentes de empleo de 5 millones de personas, y cerca de 20 millones de personas sin ingresos. En los datos del IMSS se observa que todavía hay cerca de 700 mil personas que no han podido recuperar su fuente de empleo al cierre del año. Las fuentes de empleo son en esencia las fuentes de creación de riqueza. Su desaparici­ón es una desgracia. Cada una de ellas requirió de algún capital y sobre todo la visión, voluntad y entereza de algún visionario que se aventó a arriesgar el dinero y el tiempo en echar a volar su proyecto. Estas pérdidas son irreparabl­es.

Sin lugar a dudas son tiempos difíciles, tiempos de gran cautela y al mismo tiempo de enormes oportunida­des. Por lo pronto, mejor no salga de su casa. Hasta el Presidente ya se contagió.

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@Eofarrills­59

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