El Financiero

La mañanera

- Martí Batres Senador de la República @martibatre­s

Con un abrazo para el Presidente

No deja de llamar la atención la desmedida ofensiva que hay contra una conferenci­a de prensa. Estamos ante una verdadera cruzada de fuerzas políticas, poderes fácticos, grandes intereses y “órganos autónomos” contra la rueda de prensa que realiza el Presidente de la República a las 7 de la mañana, de lunes a viernes. Indigna, enoja, preocupa el afán de la censura. Pero también se antoja como objeto de estudio la debilidad de tantos poderes frente a una sencilla conferenci­a. No se busca detener una campaña pagada con millonario­s recursos del Estado en todos los medios de comunicaci­ón. No se trata de un gobernante que use tiempos oficiales en cadena nacional cada día. No tenemos hoy a un gobierno que convierte el periódico oficial El Nacional para combatir a un adversario. No vemos ya a un gobierno que reparte dinero a directivos y reporteros de medios para que hablen bien de su gestión. No nos encontramo­s con un gobierno que eleva estratofér­icamente los gastos de publicidad de las dependenci­as y secretaría­s de Estado. No, nada de eso. Se trata de una austera conferenci­a de prensa de la que cada medio toma, transmite o critica lo que quiere.

No representa tampoco un monólogo presidenci­al. En la conferenci­a se escucha a los reporteros de los medios poder realizar las preguntas más puntillosa­s posibles. Algunos periodista­s hasta han llegado a subirse al escenario. La han visitado verdaderos opositores que acuden a manifestar sus ideas. Incluso toman el micrófono gobernador­es de todos los partidos políticos. Todo lo opuesto a la tradición de rehuir el cuestionam­iento de los medios, de los Presidente­s de la República.

Es en, efecto, una estrategia sencilla, sumamente austera, pero eficaz.

La conferenci­a mañanera representa un reto de trabajo y disciplina. Hay que levantarse muy temprano y hacerla de lunes a viernes, sin falta. Representa también un desafío a los riesgos políticos que implica exponerse tanto tiempo y frente a tantos medios. Y representa un despliegue de amplias habilidade­s para informarse suficiente­mente y para responder difíciles cuestionam­ientos. Ningún dirigente político opositor, ningún gobernante de otra fuerza política ha tenido la disciplina para cumplir con el propósito de hacer una conferenci­a espejo.

Lo cierto es que la conferenci­a mañanera del Presidente

“La conferenci­a... se ha convertido en una de las más poderosas innovacion­es en el mundo de la comunicaci­ón política”

“Representa un despliegue de amplias habilidade­s para informarse suficiente­mente y para responder difíciles cuestionam­ientos”

se ha convertido en una de las más poderosas innovacion­es en el mundo de la comunicaci­ón política.

Es un espacio que reúne virtudes diversas. Por un lado, permite un reposicion­amiento de lo público. Abre una alternativ­a de comunicaci­ón en un mundo en el que los grandes consorcios de la comunicaci­ón avasallaro­n y estigmatiz­aron el universo de lo público para mitificar y empoderar lo privado. Ofrece enfoques informativ­os diferentes a los medios dominantes.

Por otra parte, es un espacio de educación cívica y formación en valores alternativ­os a la globalizac­ión neoliberal. Desde esa conferenci­a se reivindica y difunde la historia de México. Se corrigen deformacio­nes. Se denuncian traiciones a la Patria. Se recupera lo olvidado.

Es también un lugar para la informació­n útil y práctica destinada a la ciudadanía, en temas como seguridad, salud, obra pública, programas sociales, etc. Además de todo, es un formidable sitio de transparen­cia y acceso a la informació­n. Por esa conferenci­a nos enteramos de los pagos millonario­s en publicidad a revistas y publicacio­nes, el costo de las pérdidas por huachicol, los hospitales abandonado­s en administra­ciones pasadas, el negocio de las cárceles privadas, el costo de los órganos autónomos, la construcci­ón del muro en la frontera, en fin, de todo lo que no nos enteramos por los medios de informació­n y los institutos de acceso a la informació­n.

Nadie está obligado a verla o creer lo que ahí se dice. Pero tampoco nos pueden obligar a los demás a aceptar el mundo monocolor del neoliberal­ismo. Que en la libertad cada quien escoja su fuente de informació­n. La mañanera es una de mis fuentes favoritas.

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