Sheinbaum o la estrategia de la sumisión
Oye, Claudia, yo no sé quién diseñó tu precampaña, pero quien lo haya hecho cometió un error. La sumisión no vende. Mimetizarte con tu jefe político no es buena idea. Repetir literalmente lo que él dice da la idea de que no tienes nada qué decir. La estrategia de sumisión abyecta que has abrazado genera rechazo.
Si Andrés Manuel utiliza frases de la Biblia y sermonea desde su púlpito matutino sobre el Bien y el Mal, si llama a su partido Morena y lo registra el 12 de diciembre, ¿qué haces tú? ¿Quién fue el “genio” que te aconsejó vestir una falda con la imagen de la Virgen de Guadalupe? ¿Quién te dijo que acudir a Iztapalapa y mostrarte sonriente era buena idea? ¿Conoces el significado de la Pasión? Si Andrés usa y abusa de los símbolos religiosos, tú también te apuntas en la lista, lo cual es riesgoso: el servilismo no genera adhesiones.
Casi con toda seguridad tu precampaña destacará tu condición de mujer. “México está listo para tener una presidenta”, te dijeron tus asesores que repitieras. Pero los granaderos que afirmaste que ya habían desaparecido han gaseado mujeres en el Zócalo. Acabaste con las guarderías infantiles y con los refugios de mujeres maltratadas y ahora vas a clausurar el programa de escuelas de tiempo completo. ¿Sabes cuánto han afectado a las mujeres esas medidas que adoptaste sólo porque no pudiste decirle no a Andrés Manuel? ¿No te das cuenta de que la carta feminista y la sumisión al presidente son contradictorias? La mujer contemporánea es independiente. Tú te has plegado a los caprichos de Andrés Manuel de forma vergonzosa. ¿Recuerdas que luego del desplome de la Línea 12 te hizo a un lado y anunció que sería él quien diera los mensajes? ¿No te informó tu equipo qué humillante resultó eso? “Quítate de ahí, yo me encargo”, te dijo y eso hiciste. La estrategia de ser vista como una mujer sumisa al macho no es una buena estrategia frente a las mujeres.
La verdad, Claudia, es que desde que estás al mando la Ciudad de México es más insegura, está más sucia y más contaminada. Nos estás haciendo respirar veneno porque eres incapaz de decirle a Andrés Manuel que no siga utilizando combustóleo en Tula. Cuando fuiste delegada en Tlalpan te plegaste a los poderosos constructores y emitiste licencias con alegría. Tú sabes bien que esa irresponsabilidad costó vidas en el Rebsamen. Recuerdo que cuando asumiste el cargo de Jefa de Gobierno anunciaste con firmeza que no permitirías que se construyera un piso más en la torre de Mítika (Churubusco y Universidad). Finalmente se construyeron 60 pisos adicionales. Ante el poder te pliegas, frente a los débiles utilizas la macana (circula el video de los granaderos persiguiendo a las artesanas indígenas).
Claudia, tienes que hacerte responsable de tus actos, de tus omisiones, de tus errores. No siempre vas a tener quién asuma la responsabilidad de lo que haces o dejas de hacer. Frente a las irregularidades en la construcción de los segundos pisos, escondiste los papeles. Frente al desplome de la Línea 12 intentas escurrir el bulto sin darte cuenta de que entre más trates de esconder el informe de los peritos más creerá la gente que fuiste tú la responsable y no Marcelo, corresponsable de este “accidente”. Una líder responsable asume sus equivocaciones. 26 muertos, 70 heridos y ni un solo culpable, ¿y qué hiciste con la directora del Metro? La premiaste con otro puesto. ¿Sororidad? No, complicidad.
Eres, Claudia, una científica en medio de un gobierno que desdeña como ningún otro la ciencia y emprende furiosas campañas para encarcelar científicos. Te jactas de ser científica y sin embargo consentiste que se usara a la población desprevenida para experimentar con la ivermectina. Gracias a eso somos el hazmerreir de la comunidad científica del mundo. ¿Alguien está en la cárcel por eso? ¿Alguien pisó la cárcel por los muertos de la Línea 12? ¿De qué sirve ser Doctora en Ingeniería Ambiental si tu estrategia para hacerte del poder presidencial consiste en bajar la cabeza y a todo decir “sí, Señor”?
Hey, Claudia, despierta. Andrés Manuel ya destapó también a Adán Augusto. Marcelo se sigue doblando y así avanza. Ayer logró que un dictador le colgara una medalla al cuello de Andrés Manuel. Perdiste en las elecciones del año pasado los votos de la mitad de la Ciudad de México. ¿Qué clase de presidenta serías? Te negaste a recibir a los alcaldes de oposición, eso te pinta de cuerpo entero: una gobernante intolerante. No has dejado de hostigar a las alcaldías en donde ganó la oposición (el aumento del precio del agua, el último caso): una gobernante autoritaria. ¿Qué tipo de gobierno tendrías, uno supeditado del todo a Andrés Manuel? ¿Los fines de semana peregrinarías a su rancho para recibir instrucciones?
Te has mimetizado con Andrés Manuel para defenderte de tus enemigos. Veo el rumbo que traza tu estrategia y me parece que no va nada bien. Pero tus estrategas deben saber más que yo. ¿Qué vale mi opinión frente al diario espectáculo de tu sumisión?