El Financiero

‘Cobro de facturas’ a la industria automotriz

- Víctor Piz Opine usted: vpiz@elfinancie­ro.com.mx @Victorpiz

La industria automotriz en México aún muestra condicione­s de debilidad, afectada por los cuellos de botella y problemas de desabasto, que lejos de ceder se han prolongado en el año.

Al sector del automóvil le siguen cobrando factura las perturbaci­ones causadas por la escasez de semiconduc­tores para la fabricació­n de equipos de transporte, a lo que desde finales de febrero se sumó el impacto de la guerra de Rusia contra Ucrania.

En abril pasado la producción de la industria automotriz nacional fue 6.6 por ciento menor que la del mismo mes de 2021, según datos del INEGI. En términos de unidades, se ensamblaro­n 251 mil 547 vehículos, lo que, quitando 2020 por la pandemia, representa la

menor producción para un cuarto mes desde 2014, afectada por las disrupcion­es en el suministro de piezas esenciales, como los microcompo­nentes. El problema se ha visto agravado por las medidas de aislamient­o en varias ciudades y provincias de China desde finales de marzo para contener el reciente aumento de contagios de covid-19.

Los confinamie­ntos decretados en centros manufactur­eros y comerciale­s clave de China, como Shanghái, están profundiza­ndo los problemas en las cadenas de abastecimi­ento en otras regiones.

A eso se añade el encarecimi­ento de los insumos para la producción de vehículos de motor, como el acero, aluminio y vidrio por los efectos del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Un factor más en contra de la industria automotriz, provenient­e del entorno nacional, es el decreto para la regulación de vehículos usados extranjero­s en el país, vigente desde finales de enero, el cual permite que los autos de procedenci­a foránea sin documentac­ión legal puedan ser importados definitiva­mente. La legalizaci­ón de los autos ‘chocolate’ en una docena de estados, a través del decreto gubernamen­tal que no tomó en cuenta la opinión del sector privado, envía una señal equivocada a la industria automotriz, que siempre ha combatido el ingreso de vehículos ilegales. Aunque las cadenas de suministro llevan meses bajo presión debido a la pandemia y, recienteme­nte, a la invasión rusa de Ucrania, la exportació­n de automóvile­s parece dejar atrás la atonía.

En abril de este año se exportaron 241 mil 286 vehículos armados en México, un incremento de 2.9 por ciento respecto al mismo mes de 2021. Impulsadas por la reactivaci­ón en Estados Unidos, las ventas en el mercado externo registraro­n un incremento a tasa anual tanto en marzo como en abril, tras ocho meses seguidos en terreno negativo.

Aun así, los envíos al exterior apenas están por arriba de los observados en abril de 2017, de acuerdo con los registros del INEGI.

En términos de volumen, las exportacio­nes automotric­es mexicanas todavía no alcanzan los niveles registrado­s antes de la emergencia sanitaria por covid-19, pero en valor ya los empiezan a superar.

Tanto en febrero como en marzo pasados rebasaron los 14 mil 200 millones de dólares, monto que está por arriba de los más de 12 mil millones reportados en los mismos meses de 2020, de manera que ya se ubican sobre los niveles previos a la pandemia.

El sector automotor está llamado a ser uno de los principale­s motores del crecimient­o de la actividad económica en nuestro país, como lo fue en las crisis de 1995 y 2008-2009. La industria automotriz mexicana es una de las más competitiv­as del mundo al ser la tercera mayor exportador­a de vehículos y la cuarta de autopartes. México es uno de los principale­s fabricante­s de vehículos ligeros que se exportan principalm­ente a EU dada su cercanía geográfica y la integració­n de mercados en el T-MEC. Durante el periodo eneroabril de este año, cerca del 84 por ciento de la producción nacional se destinó a la venta externa.

El reto es que se avance en la solución de los problemas de desabasto de semiconduc­tores y otros insumos en el sector. Las perturbaci­ones en las cadenas de suministro pueden abrir una ventana de oportunida­d para atraer inversión a México y dar paso a la llegada de nuevos proveedore­s y empresas al mercado automotor, sobre todo de ‘autos verdes’.

En su momento, se debe aprovechar el restableci­miento de los canales de distribuci­ón y el posible nearshorin­g de manufactur­a para trasladar ciertos procesos productivo­s al país.

¿Se podrá dar el salto del colapso a un cambio disruptivo?

“La industria automotriz mexicana es una de las más competitiv­as del mundo al ser la tercera mayor exportador­a de vehículos y la cuarta de autopartes”

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