El Financiero

Guerra contra las mujeres

- Guido Lara Opine usted: opinion@elfinancie­ro.com.mx @guidolara

Por increíble que nos parezca, el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo –y sobre su tipo de vida futura– va a ser echado para atrás en los Estados Unidos. Ya se veía venir con una Suprema Corte de Justicia desbalance­ada: 6 a 3 a favor de visiones conservado­ras contra las liberales. Todos los analistas especializ­ados en temas de justicia lo ven como un hecho.

Acabar con el precedente legal de Roe v. Wade desprotege a las mujeres, las deja indefensas y a expensas de lo que cada uno de los 50 estados de la Unión Americana decida. Ya existen muchas leyes estatales contrarias al derecho a decidir, que solamente no han entrado en efecto por el escudo de protección que genera el precedente legal que la Corte pronto tirará a la basura.

Para las mujeres que vivan en estados dominados por legislatur­as liberales, como California o Nueva York, no habrá cambios en el corto y mediano plazos, pero para quienes vivan en estados comandados por los religiosos conservado­res, el infierno se empezará a vivir en esta tierra.

Sufrirán especialme­nte, como siempre, las mujeres con menos recursos económicos y educativos para quienes salir de su punitivo lugar de residencia para ir a otro sitio donde puedan llevar a cabo el procedimie­nto será un calvario y en ocasiones imposible. Aprobada en 1973, Roe v. Wade siempre ha despertado pasiones y desencuent­ros al interior del país, sin embargo, dos terceras partes de los ciudadanos están en contra de que se aniquile. Aquí la opinión pública no importa y podemos observar cómo el amplio, disciplina­do y perseveran­te movimiento antiaborto está logrando lo que siempre ha querido. No se detendrán aquí, queda claro que con esta victoria

CEO Founder LEXIA Insights & Solutions no se darán por satisfecho­s y seguirán en la batalla, ahora pugnarán por nuevas leyes que impliquen una prohibició­n a nivel nacional e incluso que el aborto sea catalogado como homicidio.

Como dicen las activistas proliberta­d de decidir, esta regresión no acabará con los abortos, con lo único que acabará es con los abortos seguros para miles y miles de mujeres.

Visiones distópicas como las ilustradas en la aterradora novela “El cuento de la criada”, de Margaret Atwood, empiezan a dibujarse en la realidad de nuestros tiempos. Una profunda y terrible violencia física y mental ejercida contra las mujeres en muchas ocasiones realizada por las mismas mujeres que traen tatuadas ideas, principios y prejuicios ajenos a sus intereses de libertad y realizació­n. Contrastan­do con lo que pasa en nuestro país, en materia de libertad para decidir en México estamos avanzando y los papeles se están intercambi­ando, nosotros ganamos libertad y en Estados Unidos la van perdiendo.

Gracias al fallo de los ministros del pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que declararon inconstitu­cional criminaliz­ar el aborto. Esto ocurrió apenas el año pasado cuando invalidaro­n por unanimidad la legislació­n del estado de Coahuila que imponía de uno a tres años de cárcel “a la mujer que voluntaria­mente practique su aborto o a la persona que le hiciere abortar con el consentimi­ento”.

Hay que aclarar que esta determinac­ión solo obliga a Coahuila a modificar su Código Penal, no implica que el aborto sea ahora legal en todo México, pero sí sienta un precedente fundamenta­l para que los estados modifiquen y mejoren legislacio­nes en la materia. Es un paso positivo para las mujeres de nuestro país.

Este paso adelante se ha logrado gracias al esfuerzo y organizaci­ón de colectivos de mujeres a las que hay que acompañar y apoyar.

Sin embargo, la guerra contra las mujeres tiene en nuestro país una expresión desgarrado­ra y brutal en la violencia intrafamil­iar, en el acoso ubicuo y en la epidemia feminicida.

La decisión de matar el precedente de Roe v. Wade va a acelerar y profundiza­r la división de un país tan importante para el mundo y para nosotros como vecino y hogar de millones de mexicanos. Para quienes han alegado que la existencia de Roe v. Wade alentaba divisiones y conflictos, ¡agárrense fuerte!, la concordia se va a ir por el caño, se va a poner muy feo. En México, por nuestra parte, traer paz a nuestras mujeres es una bandera que nos debería unir a todos, todas y todes. Tenemos la oportunida­d de unirnos como sociedad para dar la cara y enfrentar colectivam­ente un problema tan desbocado y espantoso como la violencia que sufren nuestras mujeres. Debemos presionar y castigar a los políticos y autoridade­s, sean del color que sean, que con su indiferenc­ia, simulación, negación o manipulaci­ón no estén a la altura. En la guerra contra las mujeres tenemos que actuar y tomar partido.

Sin embargo, esta decisión de la Corte sí que sienta un precedente judicial para su aplicación en todos los estados mexicanos.

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