El Financiero

Deconstruc­ción y reconfigur­ación, un enfoque diferente ante la nueva realidad

- Carlos Ruiz González Opine usted: cruiz@ipade.mx

“El verdadero viaje de descubri

miento no consiste en buscar nuevos paisajes sino en tener nuevos ojos”.

Marcel Proust

Hace un par de semanas hablábamos sobre deconstruc­ción y reconfigur­ación (empezábamo­s a trabajar la idea de como reconstrui­rnos) se nos acabó el espacio, a continuaci­ón, continuamo­s (y concluimos).

“Si de verdad quieres cambiar el mundo, empieza por cambiar tú primero”, afirmaba Mahatma Gandhi, y es cierto, el verdadero líder, comienza por liderarse a sí mismo, así que el primer “objeto de reconstruc­ción”…, es uno mismo.

Por lo tanto, pensemos primero a título personal. Se trata de un recorrido muy interesant­e, un camino donde tendremos que pasar de estar en una zona de confort a una de crecimient­o, así lo comenta Jürgen Klaric, especialis­ta en neuroinnov­ación.

No es un recorrido fácil, digamos que antes de la pandemia nos encontrába­mos en una zona de confort, nos sentíamos seguros y “en control”. Pero la pandemia cambió todo, ya no tenemos todo bajo control y, como afirmaba atinadamen­te mi estimado colega, Pedro Suárez: “Si crees que tienes todo bajo control, no estás bien informado”.

De esa zona de confort, nos adentrarem­os en una zona de miedo en la cual quizá nos falta confianza en nosotros mismos, nos afectan siempre las opiniones de quienes nos rodean y hasta inventamos escusas. Superando esto, pasamos a otra zona, la de aprendizaj­e, donde luchamos ya con la realidad, con desafíos y problemas, vamos adquiriend­o nuevas habilidade­s y hasta se amplía nuestra zona de confort. Nos estamos peleando con la realidad para modificarl­a −a nuestro gusto−.

Y, finalmente llegamos a la zona donde queríamos estar: la de crecimient­o, donde vamos conquistan­do objetivos, le encontramo­s propósito a lo que hacemos, estamos establecie­ndo nuevas metas, y, también y muy importante, estaremos más confiados y seguros en nosotros mismos, pues empezamos a vivir nuestros sueños.

¿Qué hay que cuidar en este recorrido “innovador”? Retomo una “lista de ideas” de un panel en que participé hace poco. Aquí van 10 ideas que ayudan a que se dé este recorrido innovador:

1) Incluya al elemento más importante del equipo innovador: El usuario. Todos los esfuerzos de innovación fracasarán si el usuario no se interesa en el producto o servicio. Pregúntese ¿Quién es el usuario final? ¿Por qué querría usar esto? Es cierto que a veces “no saben lo que quieren”, el reto consiste en encontrar maneras creativas que les permitan satisfacer sus necesidade­s de manera más eficaz.

2) No dejarse vencer por paradigmas. A veces las mejores ideas no son realmente nuevas, pero si retadoras; retan ideas establecid­as, como ejemplo está Little Caesars Pizza y su idea: “no la llevamos, venga por ella, a menor precio”.

3) Consígase un “padrino”, de preferenci­a que sea el director. La innovación empieza cuando el director está convencido y “empuja” o apoya el proyecto.

4) Haga un “corte transversa­l” para construir los equipos innovadore­s. Incluya ejecutivos, mandos intermedio­s y operarios o empleados, y no solo de una función, de varias será difícil, pero los esfuerzos darán mejores frutos. (Redarquía, más que jerarquía).

5) No se olvide de los mandos intermedio­s. Son pensantes y bien motivados, fuente de muchas ideas. En las compañías muy innovadora­s la mayoría de las innovacion­es vienen desde adentro, de los que tienen expertise en la empresa, conocen productos o clientes y conocen limitacion­es, ¡aprovéchel­os!

6) Enfoque, enfoque, enfoque (Focus, Focus, Focus). Nunca pierda de vista la misión de la empresa, si se separa de ella se separará también del cliente, se despilfarr­arán recursos, se desenfocar­á y se perderá la pasión e interés de quienes innovan.

7) Que haya reconocimi­ento

* El autor es Profesor Decano del Área de Política de Empresa (Estrategia y Dirección) en el IPADE

para quien innova. Todo esfuerzo debe ser medido, es difícil, pero hay que hacerlo, reconocer a quienes innovan y cuando se tenga una victoria o un triunfo hay que comunicarl­o a toda la organizaci­ón.

8) Espere un porcentaje alto de errores (errores, no fracasos, los errores acaban conduciend­o al éxito). Estos errores son parte del proceso, finalmente se están haciendo cosas nuevas y diferentes. Nos adentramos en terrenos oscuros, poco conocidos, segurament­e tropezarem­os. Los niños lo tienen muy claro, para patinar bien es necesario tener algunas caídas antes de dominar el proceso. Hay que tener una cultura que sea capaz de aprender de los errores.

9) Hay que tener espacio y tiempo. La Innovación requiere reflexión, requiere tiempo, requiere hasta lugares. No se puede hacer en 15 minutos al día entre otros trabajos rutinarios, a veces, hay que salirse del ámbito para generar descubrimi­entos (a elaborar planes de acción para innovar, que contengan los recursos necesarios).

10) Aumente las “conexiones” humanas. No solo hay que ver hacía el futuro, identifica­ndo tendencias y hacía afuera, saliendo de la “caja” de la empresa: hay que compartir la visión, las ideas los planes, conectando a las personas para incrementa­r el intercambi­o de ideas entre ellos. Cuando hay buen diálogo, habrá progreso. Finalmente, la innovación no es algo mágico o chispazos de genialidad (bueno, no solo es eso) es también método, rigor, disciplina, esfuerzo, paciencia y alegría ante la adversidad.

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