Deconstrucción y reconfiguración, un enfoque diferente ante la nueva realidad
“El verdadero viaje de descubri
miento no consiste en buscar nuevos paisajes sino en tener nuevos ojos”.
Marcel Proust
Hace un par de semanas hablábamos sobre deconstrucción y reconfiguración (empezábamos a trabajar la idea de como reconstruirnos) se nos acabó el espacio, a continuación, continuamos (y concluimos).
“Si de verdad quieres cambiar el mundo, empieza por cambiar tú primero”, afirmaba Mahatma Gandhi, y es cierto, el verdadero líder, comienza por liderarse a sí mismo, así que el primer “objeto de reconstrucción”…, es uno mismo.
Por lo tanto, pensemos primero a título personal. Se trata de un recorrido muy interesante, un camino donde tendremos que pasar de estar en una zona de confort a una de crecimiento, así lo comenta Jürgen Klaric, especialista en neuroinnovación.
No es un recorrido fácil, digamos que antes de la pandemia nos encontrábamos en una zona de confort, nos sentíamos seguros y “en control”. Pero la pandemia cambió todo, ya no tenemos todo bajo control y, como afirmaba atinadamente mi estimado colega, Pedro Suárez: “Si crees que tienes todo bajo control, no estás bien informado”.
De esa zona de confort, nos adentraremos en una zona de miedo en la cual quizá nos falta confianza en nosotros mismos, nos afectan siempre las opiniones de quienes nos rodean y hasta inventamos escusas. Superando esto, pasamos a otra zona, la de aprendizaje, donde luchamos ya con la realidad, con desafíos y problemas, vamos adquiriendo nuevas habilidades y hasta se amplía nuestra zona de confort. Nos estamos peleando con la realidad para modificarla −a nuestro gusto−.
Y, finalmente llegamos a la zona donde queríamos estar: la de crecimiento, donde vamos conquistando objetivos, le encontramos propósito a lo que hacemos, estamos estableciendo nuevas metas, y, también y muy importante, estaremos más confiados y seguros en nosotros mismos, pues empezamos a vivir nuestros sueños.
¿Qué hay que cuidar en este recorrido “innovador”? Retomo una “lista de ideas” de un panel en que participé hace poco. Aquí van 10 ideas que ayudan a que se dé este recorrido innovador:
1) Incluya al elemento más importante del equipo innovador: El usuario. Todos los esfuerzos de innovación fracasarán si el usuario no se interesa en el producto o servicio. Pregúntese ¿Quién es el usuario final? ¿Por qué querría usar esto? Es cierto que a veces “no saben lo que quieren”, el reto consiste en encontrar maneras creativas que les permitan satisfacer sus necesidades de manera más eficaz.
2) No dejarse vencer por paradigmas. A veces las mejores ideas no son realmente nuevas, pero si retadoras; retan ideas establecidas, como ejemplo está Little Caesars Pizza y su idea: “no la llevamos, venga por ella, a menor precio”.
3) Consígase un “padrino”, de preferencia que sea el director. La innovación empieza cuando el director está convencido y “empuja” o apoya el proyecto.
4) Haga un “corte transversal” para construir los equipos innovadores. Incluya ejecutivos, mandos intermedios y operarios o empleados, y no solo de una función, de varias será difícil, pero los esfuerzos darán mejores frutos. (Redarquía, más que jerarquía).
5) No se olvide de los mandos intermedios. Son pensantes y bien motivados, fuente de muchas ideas. En las compañías muy innovadoras la mayoría de las innovaciones vienen desde adentro, de los que tienen expertise en la empresa, conocen productos o clientes y conocen limitaciones, ¡aprovéchelos!
6) Enfoque, enfoque, enfoque (Focus, Focus, Focus). Nunca pierda de vista la misión de la empresa, si se separa de ella se separará también del cliente, se despilfarrarán recursos, se desenfocará y se perderá la pasión e interés de quienes innovan.
7) Que haya reconocimiento
* El autor es Profesor Decano del Área de Política de Empresa (Estrategia y Dirección) en el IPADE
para quien innova. Todo esfuerzo debe ser medido, es difícil, pero hay que hacerlo, reconocer a quienes innovan y cuando se tenga una victoria o un triunfo hay que comunicarlo a toda la organización.
8) Espere un porcentaje alto de errores (errores, no fracasos, los errores acaban conduciendo al éxito). Estos errores son parte del proceso, finalmente se están haciendo cosas nuevas y diferentes. Nos adentramos en terrenos oscuros, poco conocidos, seguramente tropezaremos. Los niños lo tienen muy claro, para patinar bien es necesario tener algunas caídas antes de dominar el proceso. Hay que tener una cultura que sea capaz de aprender de los errores.
9) Hay que tener espacio y tiempo. La Innovación requiere reflexión, requiere tiempo, requiere hasta lugares. No se puede hacer en 15 minutos al día entre otros trabajos rutinarios, a veces, hay que salirse del ámbito para generar descubrimientos (a elaborar planes de acción para innovar, que contengan los recursos necesarios).
10) Aumente las “conexiones” humanas. No solo hay que ver hacía el futuro, identificando tendencias y hacía afuera, saliendo de la “caja” de la empresa: hay que compartir la visión, las ideas los planes, conectando a las personas para incrementar el intercambio de ideas entre ellos. Cuando hay buen diálogo, habrá progreso. Finalmente, la innovación no es algo mágico o chispazos de genialidad (bueno, no solo es eso) es también método, rigor, disciplina, esfuerzo, paciencia y alegría ante la adversidad.