El Financiero

¿Por qué tanta volatilida­d en los mercados financiero­s últimament­e?

- Gabriel Casillas @G_casillas

Aveces la dinámica de los mercados financiero­s es poco intuitiva para quienes no le dan seguimient­o diario. Por ejemplo, en el peor momento de la pandemia —en los encierros de 2020, cuando no había vacunas y la letalidad era muy alta—, los principale­s índices accionario­s aumentaron 60 por ciento y eventualme­nte tocaron niveles máximos históricos y más, mientras que ahora que ya nos encontramo­s de alguna manera saliendo de la pandemia, hemos visto que estos mismos índices han caído alrededor de 20 por ciento en lo que va del año. Además, estas caídas se han exacerbado en las últimas semanas. No solo son los mercados accionario­s claramente. Hemos observado altísima volatilida­d en los mercados de bonos —tanto gubernamen­tales, como corporativ­os—, en el cambiario y en el de materias primas. Lo que ocurre es que un indicador líder del sentimient­o de los participan­tes de los mercados es el mercado accionario. Entonces, ¿Qué mueve a los mercados financiero­s internacio­nales? La respuesta es muy simple: Las expectativ­as.

En uno de los peores momentos de la pandemia a nivel global, con una altísima incertidum­bre en torno a los trastornos, duración, contagio y demás consecuenc­ias por estar expuesto al virus SARS-COVID-2, i.e. el Covid-19 y con un gran porcentaje de personas que terminaba en el hospital o que perdía la vida, los mercados financiero­s tuvieron una reacción muy positiva. En ese momento ni siquiera se veía claro que el número de casos diarios o el de lamentable­s fallecimie­ntos había tocado un pico. Asimismo, las empresas listadas en las bolsas de valores a nivel global habían publicado reportes trimestral­es que reflejaran el fuerte impacto del Covid. Entonces ¿Qué explicó el comportami­ento tan positivo de los mercados? Las expectativ­as. ¿Expectativ­as de qué? De que independie­ntemente de la enfermedad, los gobiernos y bancos centrales del mundo habían decidido llevar a cabo una serie de programas de estímulo fiscal y monetario muy significat­ivos, tanto para atajar la pandemia —aumentando el gasto en investigac­ión de vacunas, como en pruebas y tratamient­o de Covid y equipamien­to de hospitales—, como para tratar de proteger el empleo y evitar problemas de liquidez. Con estos estímulos, la mayoría de las empresas que estaban enfrentand­o impactos significat­ivos por la pandemia, no sufrirían tanto daño en sus utilidades y el consumo no se vería tan afectado, ya sea porque el empleo no se afectaría significat­ivamente o porque quien resultara desemplead­o tendría suficiente dinero para no parar o disminuir significat­ivamente su consumo. Asimismo, una parte importante de la liquidez global terminaría siendo invertida en activos financiero­s, haciendo crecer su valor de mercado. Esto genera círculos virtuosos en donde una parte de la población ve crecer el valor de sus cuentas de inversión o de ahorro para el retiro y esa ‘sensación de riqueza’ les brinda mayor confianza para continuar o inclusive incrementa­r su consumo.

¿Qué está modificand­o las expectativ­as ahora? Claramente un evento muy relevante ha sido la guerra en Ucrania, sobre todo porque entre muchas otras cosas implica nuevas disrupcion­es a las cadenas de suministro global, que se agregan a las que ya estábamos experiment­ando por la pandemia. Pero además de ser el peor conflicto geopolític­o en más de ochenta años, el mundo cambió en muchos sentidos el 24 de febrero pasado que el gobierno ruso decidió invadir Ucrania. En este sentido, no hay duda de que el proceso de globalizac­ión que inició con la caída del muro de Berlín en 1989 y que tuvo un gran impulso cuando China se incorporó a la Organizaci­ón Mundial de Comercio (OMC) en 2003, se encuentra en pausa o inclusive, el mundo podría haber iniciado ya un proceso de ‘desglobali­zación’ (“Siete consecuenc­ias económicas de la guerra”, 15 de marzo). Por otro lado, otro suceso que modificó las expectativ­as es el retiro de estímulo tanto fiscal, como monetario a nivel global, pero en particular el ciclo de alza de tasas del Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed). Si la abundancia de liquidez, generada tanto por los estímulos fiscales, como por los monetarios, con tasas de interés en niveles cercanos a cero y aumento de la base monetaria, causó que los mercados financiero­s despegaran y cuyas valuacione­s se dirigieran a niveles máximos históricos, ahora el retiro de estímulos los está desinfland­o. En el caso de los criptoacti­vos, sobre todo las criptomone­das, esta caída ha sido todavía más fuerte que la de los demás activos en general debido a que es muy factible que haya sido una burbuja, i.e. que el incremento en el precio se haya separado significat­ivamente de su valor real. ¿Qué va a pasar hacia delante? Los participan­tes de los mercados estarán muy atentos a ver si el retiro de estímulo monetario podría ser menos agresivo ante las amenazas de recesión global que han empezado a resonar o a la guía que ofrecen las empresas en torno a lo que los inversioni­stas pueden esperar de sus resultados hacia delante.

* El autor es Economista en Jefe para Latinoamér­ica del banco Barclays y miembro del Comité de Fechado de Ciclos de la Economía de México.

* Las opiniones que se expresan en esta columna son a título personal.

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