Un timo, la elección en seis estados
Vivimos en un país de hipócritas y cínicos en donde los actores políticos se hacen de la vista gorda en torno a las elecciones que se han dado en las entidades federativas desde el año pasado, o si no, estimado lector, cómo se pueden catalogar los comicios que están tan plagados de irregularidades que no soportan el escrutinio estricto bajo la lupa del Estado de derecho.
El dinero y la participación del crimen organizado; los recursos públicos, tanto de billete en efectivo como la participación descarada de funcionarios de la 4T, incluyendo el propio presidente; la guerra sucia, la violación sistemática a los ordenamientos electorales, el menoscabo a la democracia en aras de instaurar una dictadura en el país, el ataque sistemático con todo la fuerza del Estado al INE y al TEPJF, además de la venta de lealtades y conciencias en donde la traición es la moneda de cambio; son solo algunas de las agravantes que deberían obligar, desde ahora, para anularlas y con ello evitar la burla a los electores.
En Tamaulipas, Durango, Quintana Roo, Hidalgo, Oaxaca y Aguascalientes, prevalece el predominio de los criminales, incluso en extensas regiones de esos territorios bajo su égida que impide que los ciudadanos ejerzan su derecho al voto, ya por el impedimento físico a hacerlo, ya por la cooptación y la represión.
La compra de votos es una práctica constante que ha encontrado su expresión más grotesca y evidente con el grupo en el poder, que sin empacho alguno, lo hacen ya por medio de intepósitas personas o por los mensajeros del terror. Desde luego, esto no solo lo hacen Morena y los testaferros del gobierno, sino también lo realiza el PRI, tal como se evidenció en los audios que salieron a la luz sobre los epítetos pronunciados y confesiones de mea culpa del líder nacional del PRI, Alejandro Moreno. Vaya escenario que enfrenta la oposición, por un lado, los embiste la fuerza del gobierno de la 4T para mellarlos y por otro, sus propios dirigentes como Alito, erosionan el proyecto de la coalición Va por México.
El pronóstico de lo que ocurrirá el próximo 5 de junio en esos estados, no es difícil hacerlo, Morena y sus compinches ganarán en cinco entidades, menos Aguascalientes y esto no necesariamente corresponde al deseo de los ciudadanos de esas entidades, sino a la serie de factores que hemos enumerado. El arrebatado paso de Morena y de sus candidatos con sus alianzas comprometedoras con el crimen organizado, han puesto en jaque a la población de las entidades en donde gobiernan.
Veamos qué ha sucedido en esos estados que Morena y aliados ganaron en los comicios del 2021, pues las cosas están peor que antes; observemos a Michoacán, Campeche, Guerrero, Sinaloa, Sonora, Colima, SLP y Zacatecas, que presentan índices delictivos al alza, inéditos, que han obligado a miles de moradores a dejar sus tierras. De poca cosa sirven las denuncias públicas y ante los tribunales que han hecho PAN, PRI y PRD para denunciar las ilegalidades cometidas por el bloque oficialista, si al final de cuentas, tanto el INE como el Tribunal Electoral federal serán omisos ante las graves irregularidades.
Si se aplicara la ley, por ejemplo, las corcholatas del presidente ya serían merecedoras de la cárcel por los delitos electorales en que han incurrido al abandonar sus tareas sustantivas para apoyar a los candidatos de Morena.
El Partido de la Revolución Democrática, por ejemplo, denuncia que Morena ha violado reiteradamente las leyes electorales, sus funcionarias y funcionarios han realizado campañas y utilizado recursos públicos para favorecer a sus candidatas y candidatos en las elecciones del próximo 5 de junio. Verónica Juárez Piña, delegada perredista en Tamaulipas, ha afirmado que “rechazamos contundentemente que funcionarias y funcionarios de Morena trafiquen con el hambre de las y los mexicanos, compren el voto o amenacen a la población”. La verdad es una farsa lo que ocurrirá el próximo domingo en las elecciones para renovar 6 gubernaturas, ya que los dados están cargados y por ello, de ninguna manera representa una expresión democrática de la voluntad de los votantes; al contrario, resulta toda una simulación para instaurar el régimen dictatorial en todo el país.