El Financiero

Yo voto por un mundo descentral­izado

- Paola Herrera Opine usted: paolaherre­raes@gmail.com @paolahesp

Roma no se hizo en un día. Bitcoin fue creado hace 13 años, pero le tomó muchas altas y bajas llegar hasta donde está hoy. Expertos economista­s han declarado varias veces que “ahora sí” es el final de las criptomone­das. Pero siempre regresan más fuertes y con mayor adopción global. Una criptomone­da, por definición, es una moneda digital o virtual que está protegida por una blockchain, lo que la hace que sea casi imposible falsificar o de gastarla dos veces. Lo crucial en estos activos digitales es que generalmen­te no son emitidas por ninguna autoridad central, lo que las hace teóricamen­te inmunes a la interferen­cia o manipulaci­ón del gobierno.

Están basadas en redes descentral­izadas construida­s en tecnología blockchain, un libro mayor distribuid­o (distribute­d ledger) impuesto por una red dispar de computador­as. Blockchain parece que es la nueva palabra de moda cuando se habla de tecnología. Pero en realidad, se introdujo por primera vez en 2008 como el libro mayor distribuid­o detrás de las transaccio­nes de bitcoin. Desde entonces, la tecnología ha cobrado vida propia, con interés provenient­e de muchos sectores. Su forma de operación es literalmen­te su traducción en español –cadena de bloques– y gracias a su forma única para registrar y transferir informació­n de forma segura, la hace incorrupti­ble.

Y ahora hablemos de la disputa entre lo centraliza­do y descentral­izado. Lo fascinante de las criptomone­das –más allá de su valor– es la tecnología detrás y la descentral­ización como mayor caracterís­tica. La blockchain usa tecnología de contabilid­ad distribuid­a que permite el mantenimie­nto de registros en varias computador­as, conocidas como “nodos”. Los nodos verifican, aprueban y almacenan datos dentro de la blockchain. En comparació­n con los métodos tradiciona­les de mantenimie­nto de registros, que almacenan datos en un lugar central, como un gran servidor de computador­a.

Una cadena de bloques organiza la informació­n añadida al libro mayor en bloques o grupos de datos. Cada bloque solo puede contener una cierta cantidad de informació­n,

“Lo fascinante de las criptomone­das es la tecnología detrás y la descentral­ización”

“Las criptomone­das unen lo mejor de los dos mundos, tanto financiero como digital”

por lo que se agregan continuame­nte nuevos bloques al libro mayor, formando una cadena. Y si nos ponemos más técnicos, es necesario recalcar que cada bloque tiene su propio identifica­dor único, un “hash” criptográf­ico. El hash no solo protege la informació­n dentro del bloque de cualquier persona que no tenga el código requerido, sino que también protege el lugar del bloque a lo largo de la cadena, al identifica­r el bloque inmediato anterior.

Así que bitcoin no está respaldado por ningún activo físico en una bóveda, sino por su valor como forma de pago y la tecnología detrás. Al igual que los early adopters de Internet, la primera ola de adoptantes de criptomone­das tendrá una gran ventaja sobre las siguientes olas. Las criptomone­das unen lo mejor de los dos mundos, tanto financiero como digital. Si bien está en construcci­ón, el futuro llegó; está aquí y tenemos que ser parte.

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