Pide Carstens dejar trabajar a los bancos centrales
Evitar que se arraigue la inflación tiene que ser el principal objetivo institucional
Agustín Carstens, gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS), pidió que se deje a los bancos centrales hacer su trabajo en este momento, aunque ello implique mayores costos financieros para la economía en general y para los gobiernos en lo particular.
En una conversación virtual con un grupo de periodistas de diversos países, a la que asistió El Financiero como único medio mexicano, el banquero señaló que los gobiernos se acostumbraron a que por varios años se haya presentado acceso cómodo a los mercados financieros debido a la abundante liquidez y ahora las condiciones están cambiando. “Estamos enfrentando una inflación global y una situación monetaria de carácter global, entonces el nivel de las tasas de interés no va a ser exclusivo de un solo país. Si los bancos centrales en coordinación con los gobiernos no logran abatir la inflación el resultado final sobre las tasas de interés sería todavía mucho peor”, señaló Carstens y agregó que es importante que los bancos centrales continúen con su trabajo. Al hacer el diagnóstico de la situación actual, Carstens señaló que estamos en el tránsito de una situación de inflación baja y relativamente estable a otra en la que la inflación puede ser alta e inestable, por lo que urgió a los banqueros centrales a seguir con ajustes que permitan generar señales de que no se va a permitir que se arraigue esa circunstancia.
“Sí se le va a doblar el espinazo a la inflación, pero eso requiere de señales claras y contundentes de los bancos centrales”, indicó.
TRANSFERENCIAS PUNTUALES
Al banquero le fue cuestionada su opinión respecto a las políticas de subsidios, como el que se aplica en México a las gasolinas, como un instrumento para contener la inflación.
El Banco de Pagos Internacionales tiene como política no pronunciarse respecto a medidas específicas de los países, así que sin referirse en particular al caso de México, señaló que en su opinión son más eficientes las transferencias puntuales de recursos a los sectores sociales más necesitados en lugar de aplicar subsidios generalizados. “Los subsidios generalizados a las gasolinas benefician a muchas familias que no los necesitan. Además, traen otras consecuencias, ya que incentivan la generación de carbono, lo que también produce efectos ambientales”, indicó. Desde Basilea, la sede del BIS, Carstens indicó que el proceso de ajuste que se está realizando no necesariamente debe conducir a una recesión mundial pues las transferencias de recursos que se otorgaron fundamentalmente en los países desarrollados han permitido que las familias aún cuenten con ahorros y las instituciones financieras se encuentran en mejores condiciones que las que tenían en 2008.
Sin embargo, reiteró que no puede descartarse la posibilidad de un aterrizaje más violento.