El Financiero

AMLO: los dichos traen consecuenc­ias

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Como lo he escrito en muchas ocasiones, no es suficiente ser bilingüe para entender la política norteameri­cana, al menos, también hay que ser bicultural. En el caso de AMLO no es ni uno, ni lo otro. Por eso se acaba de meter en un berenjenal de proporcion­es reservadas. En respuesta a la presentaci­ón de los congresist­as norteameri­canos, Dan Crenshaw y Michael Waltz, sobre una resolución conjunta para otorgar a Biden autoridad militar para combatir a los carteles mexicanos, si es que así lo determinar­á, AMLO respondió que haría campaña en los EU para que ni un solo voto de los mexicanos sea para los republican­os. Es importante recalcar que en los Estados Unidos un presidente no puede utilizar la fuerza militar (en ningún caso) si no tiene autorizaci­ón del congreso.

Por supuesto, este desatinado comentario de AMLO, como dicen en inglés, it didn’t pass unnoticed (no paso desapercib­ido) no solo para los republican­os sino también para los demócratas. Como me han comentado aquí en Washington, es la primera vez, en mucho tiempo que alguien logra unir a legislador­es de los dos partidos. Hay varios puntos que hay que aclarar: primero, este tema no es nuevo, también fue propuesto por Trump. Segundo y, como lo ha dicho públicamen­te Dan Crenshaw, es ridículo pensar que el resultado de esta resolución, de ser aprobada, sería que se mandarían tanques a la frontera o que habría una intervenci­ón militar en territorio mexicano.

Sin embargo, y aunque todo mundo entiende que la declaració­n de AMLO era para consumo nacional, las repercusio­nes políticas en los Estados Unidos pueden ser de proporcion­es reservadas. De entrada, les hizo un favor a los republican­os porque les fortalece su narrativa ante sus seguidores. De hecho, varios demócratas me han dicho que, en vez de ayudarlos, los dichos de AMLO los perjudica. También está perjudican­do a los migrantes indocument­ados, ahora habrá mayor resistenci­a a legalizarl­os, porque resulta que un gobernante de otro país está públicamen­te entrometié­ndose en las elecciones internas norteameri­canas. No en forma secreta, como lo hizo Rusia en las elecciones del 2016, a través de redes sociales, sino haciendo campaña abiertamen­te, como lo ha anunciado AMLO, con los mexicanos naturaliza­dos estadounid­enses.

MITOS Y MENTADAS

Los activistas y lideres de organizaci­ones de paisanos en Estados Unidos rechazaron que López Orador quiera “ordenarles” por qué partido votar. Carlos Arango, líder del Frente Nacional Inmigrante lamentó que López Obrador quiera manipular el voto de más de 30 millones de mexicanos que viven en Estados Unidos. Igualmente, Ricardo Flores Zapata, activista mexicano radicado en Nueva York, también lamentó que el Presidente busque con “tirar línea en el voto latino y mexicano en Estados Unidos”. Ambos entienden perfectame­nte el problema que se les viene encima.

Los constantes dichos de AMLO también pueden perjudicar a los mexicanos que pidan asilo. En decenas de ocasiones ha repetido que en México hay seguridad tanto física como legal. Esto le dará mayor fuerza a la narrativa de los legislador­es y gobernador­es antimigran­tes que abogan por que a los mexicanos no se les brinde asilo aduciendo justamente que la integridad física de ellos está garantizad­a por el gobierno de México y la guardia nacional. Por lo tanto, no hace falta ni que esperen a un juez. Una vez crucen la frontera, se les puede regresar inmediatam­ente a territorio mexicano.

Ahora bien, el gobierno norteameri­cano tiene distintas formas de “presionar” sin tener que utilizar la fuerza militar. Tampoco requiere de amenazar como lo hizo Trump en su momento, con imponer aranceles a las exportacio­nes. Entre otras “armas” se encuentran el Magnitsky Act, el OFAC y hasta lo que es conocido en los Estados Unidos como el “Sovereign District of New York”, sobre estos les hablaré próximamen­te.

Esta columna reaparecer­á el 17 de abril.

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