El Financiero

La salud mental, afectada por la ‘4T’

- Lumendosa@icloud.com @lumendoz

Primero fue la salud de miles de personas con cáncer que sufrieron el desabasto de medicament­os hace unos años como resultado de la guerra que emprendier­on la ‘4T’ y, particular­mente, la Secretaría de Salud en contra de las farmacéuti­cas mexicanas. Ahora es el turno de los pacientes que consumen medicament­os para la salud mental.

Bajo el argumento de la lucha contra la corrupción y la posibilida­d de que los pacientes tuvieran otras opciones más baratas para sus tratamient­os, tanto en el sector público como en el privado, el mejor conocido como doctor muerte, subse estrella de la ‘4T’, Hugo López-gatell, emprendió una cacería que no se detendrá hasta que acabe este gobierno. ¡Eso ni lo dude!

Primero la política antes que la salud. Primero los dogmas antes que la objetivida­d. Y primero las fobias antes que el respeto al derecho humano a la salud.

Es la firma de la casa, por si aún les quedaba la duda.

EL NUEVO CULPABLE

Quién mejor que la farmacéuti­ca mexicana Psicofarma, de la familia Ocampo, con quien la ‘4T’ ya había tenido un enfrentami­ento tiempo atrás. Este laboratori­o, que dicho sea de paso fue uno de los mayores proveedore­s del propio gobierno federal, fue señalado por la Cofepris de operar con bajos estándares de calidad, falta de trazabilid­ad en la fabricació­n de medicament­os, contaminac­ión cruzada y hasta de guardar los empaques de medicament­os en bolsas de basura. Así como lo oye. Qué susto, ¿no?

Lo primero que viene a la mente de los pacientes es si los fármacos de este laboratori­o, que han consumido para sus tratamient­os, son confiables. Porque, luego de semejantes acusacione­s, alguien, el gobierno o el propio Psicofarma, debe una explicació­n. Pero ¿qué cree? Ninguno de los dos ha dicho ni pío al respecto.

Y no es que esté defendiend­o a los laboratori­os, pero si de verdad existe una real preocupaci­ón por los pacientes, como dijo el propio Psicofarma,

LA HIJA DE JENNI, UNA AFECTADA DE MILES

Desde hace cinco años la hija de Jenni, una menor de 14 años cuya identidad permanecer­á en el anonimato, toma Tradea de 54 mg para tratar el TDAH. Su madre recuerda que fue un largo proceso para dar con la fórmula exacta que beneficie a la pequeña en su desarrollo personal.

Aunque Jenni finalmente había encontrado con el Tradea de 54 mg el tratamient­o ideal para atender a su hija, la salud mental de la menor volvió a estar a la deriva cuando se enteró de que dicho fármaco, elaborado por Psicofarma, está actualment­e fuera del mercado, luego de que la Cofepris suspendier­a temporalme­nte dos plantas de este laboratori­o el pasado 22 de febrero.

“Según el gobierno hace todo esto para combatir un monopolio de la farmacéuti­ca, pero ¿cuál monopolio?, si es la que vende en un mensaje muy tibio, ¿seguirán guardando silencio? ¿Por cuánto tiempo más? ¿Será que también ellos piensan que primero el negocio, antes que los pacientes? ¡Ojalá que me equivoque!

las medicinas más barato”, dice Jenni, quien, gracias a la psiquiatra que atiende a su hija, pudo encontrar otra opción para continuar su tratamient­o, pero esta vez más caro. Se trata de Concerta, fabricado por Janssen, que, además de ser más cara que Tradea, sólo está disponible en tres sucursales de una única cadena farmacéuti­ca en todo Querétaro.

Pero qué tal que López-gatell presumió que no hay desabasto en el sector público, y que todos los pacientes pueden ir a cualquier institució­n de salud a continuar sus tratamient­os. ¿De verdad alguien creerá este cuento? Tan falso como el dicho de que tenemos un sistema de salud como el de Dinamarca o que ya casi.

Los últimos días han sido críticos para la hija de Jenni, quien no se puede concentrar en clase ni tampoco socializar correctame­nte, lo que está haciendo pensar a sus padres no enviarla a la escuela hasta que tenga con regularida­d su medicament­o. Como ella, ¿cuántos pacientes más?

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