El Financiero

Vayan contratand­o un político

- Jonathan Ruiz Opine usted: jruiz@elfinancie­ro.com.mx Facebook: @Ruiztorre @Ruiztorre Director General de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de EL FINANCIERO

¿Quieren seguir vendiendo más que China a los vecinos del norte? Vayan buscando diplomátic­os para la fábrica. Quizás aquí está el puesto de trabajo para todos los individuos que perderán una elección.

Hasta ahora las preocupaci­ones más fuertes de quienes administra­n las fábricas en México están en que no me ‘roben’ el personal que estoy capacitand­o, o que no saquen informació­n de ‘mi cliente’. Tal vez alguno de ustedes sinceramen­te esté preocupado por ese abstracto, pero gordo asunto de la “cibersegur­idad”.

Pero aún no se manifiesta, al menos en las conversaci­ones públicas con analistas e inversioni­stas, el riesgo de meterse con un país.

¿Cómo está eso? Sucede que desde hace un par de años, los directores de las compañías globales parecen añadir al problema de la “propiedad intelectua­l”, un reto quizás más grande: el de la “seguridad nacional” que ya toca asuntos de estado.

No se trata solamente de cuidar un camión en las carreteras mexicanas, lo que ya representa una complejida­d. Ahora deben vigilar más el envío de archivos o correos electrónic­os, que pueden revelar digamos, cómo diseñaron algunos tapatíos los chips de la estadounid­ense Intel.

No habría problema si viviéramos todavía en la era de la luna de miel entre Estados Unidos y China. Pero hoy esas naciones están confrontad­as justamente porque consideran las fábricas de coches, aviones y tecnología en general, un asunto de seguridad nacional que puede dar ventaja a su contrapart­e.

Ustedes ya no se acuerdan de su amor, tal vez, pero en 2001, los chinos aceptaron las reglas de norteameri­canos y europeos y entraron a la Organizaci­ón Mundial de Comercio (OMC), lo que abarató sus productos en el mundo.

Pero eso cambió cuando llegó Donald Trump a la presidenci­a de Estados Unidos e impuso nuevos obstáculos que enfrentan los importador­es de su país al pagar aranceles más altos por comprar cosas de la nación asiática.

¿La consecuenc­ia? Ya la vieron ustedes la semana pasada cuando The New York Times publicó el ascenso de México sobre China en el país vecino al norte: “El déficit comercial de Estados Unidos con China se redujo significat­ivamente el año pasado, y las importacio­nes de bienes del país cayeron un 20 por ciento a 427 mil 200 millones de dólares”.

En este contexto, las exportacio­nes mexicanas a los vecinos fueron ligerament­e superiores a las de 2022, y alcanzaron 475 mil 600 millones de dólares. Con eso, los productos hechos en el país del mezcal tuvieron lo suficiente para rebasar allá a su competenci­a asiática.

Como muchos saben, ese problema geopolític­o entre China y Estados Unidos

no fue resuelto durante la administra­ción de Joe Biden,

que mantuvo aranceles como barrera a productos de aquella nación.

Ahora Trump amenaza con incrementa­r los obstáculos a los chinos,

si llega a la presidenci­a.

El inversioni­sta y profesor de la Universida­d de Nueva York, Scott Galloway, advirtió esta semana en su podcast que esa revuelta

da muchas ventajas a México inesperada­mente

(que son visibles en el dólar barato y en el montón de fábricas que están llegando a Ciudad Juárez o a Monterrey). Y no parece que algo vaya a cambiar la tendencia.

Pero dueños y gerentes de fábricas mexicanas seguirán recibiendo estos beneficios mientras puedan sumar la palabra “friendshor­ing” a la de “nearshorin­g” que ya recibe tanta fama.

Además de estar cerca, conviene ser “cercano”, si se trata de que la fiesta continúe.

Eso pasa por conocer, entender y defender la informació­n sensible de lo que se fabrica o que se diseña aquí, como los vehículos eléctricos de Ford o ciertos semiconduc­tores de Intel.

El asunto de la creciente regionaliz­ación está al más alto nivel en la oficina de individuos como Bernard Charlès, presidente de Dassault Systèmes, una de las 20 empresas más grandes de Francia, cuyos sistemas operan en fábricas mexicanas. Son usados para producir la mayor parte de los vehículos y las partes para aviones del mundo. En el país la empresa patrocina un sistema de entrenamie­nto a través de las redes del enorme TECNM, Tecnológic­o Nacional de México.

Entender la geopolític­a y vigilar que la empresa no meta la pata por culpa de un empleado distraído, puede ser tarea de diplomátic­os nacionales. Por si alguien busca empleo en el verano…

“El déficit comercial de EU con China se redujo significat­ivamente en 2023, y las importacio­nes de bienes del país cayeron 20% a 427 mil 200 mdd”

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