¿Qué funcionario o autoridad de la ‘4T’ está detrás de Rodrigo Lebois?
En este espacio le he documentado cómo Rodrigo Lebois Mateos, a través de su empresa UNIFIN, defraudó a ahorradores, instituciones financieras nacionales e internacionales, públicas y privadas, así como a inversionistas, con miles de millones de pesos a través de vehículos financieros dotados de, ojo, aparente legalidad.
CAFÉ CON PIQUETE
El desaseo financiero y operativo de UNIFIN llevó a Lebois Mateos a dirigir una maniobra con la que quiso engañar a las autoridades financieras del país, Hacienda, Nafin y Bancomext, al solicitar un crédito para reiniciar operaciones, con lo que los acreedores no sólo no verían ningún pago, sino que, en opinión de expertos financieros, dicho crédito tampoco le habría alcanzado para rehabilitar a esta empresa.
Súmele que Lebois Mateos no sólo tiene carpetas de investigación judicial en la FGR, sino también en la fiscalía de la CDMX; así pues, ya podrá usted suponer de qué clase de persona y empresa estoy hablando.
PERO LA SITUACIÓN NO ACABA AHÍ
Pues el convenio concursal con el que Lebois Mateos buscó arreglar la deteriorada situación financiera que su empresa mantenía con sus acreedores estuvo repleto de maniobras, artilugios y apariencias para lograr que el Juzgado Primero de Distrito en Materia de Concursos Mercantiles, a cargo de su jueza favorita, Olga Borja Cárdenas, lo aprobara, sin observar, una vez más, las irregularidades que en ese proceso se presentaron.
ALGO HUELE MAL EN DINAMARCA
En primer lugar, el 12 de enero pasado, UNIFIN, a través de su conciliador, Enrique Estrella Menéndez, exhibió un convenio en el que presentó a The Bank of New York Mellon como acreedor, mostrando la firma de Víctor Alejandro Landa Thierry, supuesto representante de dicho banco. Resulta que al menos en un caso el poder presentado no fue otorgado por The Bank of New York Mellon, por lo que Landa Thierry no tenía acreditadas facultades para suscribir por cuenta del acreedor el convenio concursal. Tan fue así, que de manera arbitraria y fuera de los plazos se subsanó.
•En segundo término, la empresa de Lebois Mateos agregó, con toda maña y dolo, un porcentaje de aprobación del convenio con acreedores del supuesto 51.39%, el cual aumentó deliberadamente a 57%, exhibiendo hojas de firma y consentimiento adicionales, sin darle vista a los acreedores, cuando en realidad no habían alcanzado la mayoría necesaria en el plazo que marca la ley.
•Y, por último, dicho juzgado desestimó las objeciones de los acreedores al convenio, dentro de las cuales estaba precisamente que la representación de The Bank of New York Mellon no estaba justificada y que no podía considerársele dentro de los acreedores reconocidos que aprobaron el convenio concursal presentado por el conciliador, contraviniendo el artículo 164 de la Ley de Concursos Mercantiles. Dicha irregularidad está plenamente acreditada, ya que el 1 de febrero pasado The Bank of New York Mellon presentó un poder con el burdo objetivo de subsanar su falta de representación una vez terminada la etapa de conciliación, lo que exhibe que el convenio que los representantes firmaron en nombre de esa institución financiera carecía de facultades de representación.