El Financiero

Crece el proteccion­ismo

- Jorge Molina Larrondo Consultor en Políticas Públicas y Comercio Exterior Opine usted: molinalarr­ondo@gmail.com

Hace unos días, Víctor Piz me preguntaba por qué considero que crece el proteccion­ismo. Le respondí que el modelo de la Organizaci­ón Mundial del Comercio (OMC) muestra un crecimient­o esperado del comercio internacio­nal para el 2023 de 0.5%, a comparació­n del 1.8% al inicio del año, del 9% en el 2021 o del 3% en el 2022. Además, las estadístic­as de la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (OECD), del grupo de los 20 (G-20) –a los que pertenece México– y de la Conferenci­a para el Comercio Internacio­nal de las Naciones Unidas (UNCTAD) muestran una caída en las exportacio­nes de mercancías del 3.3% y del 5.5% en las importacio­nes el año pasado.

Pero el factor más importante ha sido la falta de una política comercial del gobierno de Joe Biden que enmendara las medidas proteccion­istas que implementó Trump. Biden ha tratado de justificar la guerra comercial con China, la permanenci­a de los aranceles a diversos productos, la falta de apoyo a la OMC y las timoratas negociacio­nes con la región Asia-pacifico como elementos de una política en favor de los derechos de los trabajador­es, agricultor­es y productore­s de su país. Sin embargo, tanto el sector privado estadounid­ense como varios grupos de legislador­es le han reclamado esta orientació­n, la falta de ambición al no iniciar negociacio­nes que abran nuevos mercados a sus productos y, apenas el mes pasado, la falta de congruenci­a ante la OMC.

Y el resultado de las elecciones sólo podría empeorar la situación. Trump ya anunció que de ganar nuevamente la presidenci­a aplicará un aumento del 10% a todos los aranceles y 60% a los productos chinos, además que la revisión del T-MEC ocurrirá en julio del 2026, cuando los republican­os controlará­n al menos una de las dos cámaras del Congreso. Y hasta la fecha, ningún miembro del equipo de Biden ha hecho algún comentario que indique que, de ganar en noviembre, su política comercial sería diferente.

Por todo ello, era tan importante que la Conferenci­a Ministeria­l de la OMC arrojara resultados concretos, en particular sobre las reformas al mecanismo de solución de controvers­ias. No sólo hay unos 30 casos iniciados en la OMC que están atorados, pero además hay otro tanto que se está buscando resolver por otros medios. Y ante la falta de un tribunal internacio­nal cuyas decisiones sean obligatori­as, los países exportador­es quedan a merced de la correcta aplicación de las leyes nacionales sobre comercio internacio­nal de las economías más fuertes, varias de las cuales ya muestran sesgos nacionalis­tas, como Estados Unidos, China, Italia, India y Rusia.

Además, el proteccion­ismo tiende a concentrar el comercio entre países con ideologías políticas similares, no necesariam­ente con mercados que represente­n las mejores oportunida­des. Como Canadá –al igual que México– exporta más del 82% de sus productos a Estados Unidos, ha buscado mantener la legitimida­d de la OMC con el apoyo de otros países, a través de la creación del Grupo de Ottawa y de otros medios, para contar con un marco internacio­nal de solución de controvers­ias, pues la posibilida­d de que Trump regrese a la presidenci­a de Estados Unidos permitiría que continuara­n los ataques a la industria canadiense y al primer ministro Trudeau.

En este entorno es que preocupa el alejamient­o de México de los foros internacio­nales y de los roces cada vez más frecuentes con nuestro principal socio comercial. La participac­ión de México en la Conferenci­a Ministeria­l de Abu Dhabi fue una de las más discretas desde la creación de la OMC en 1995, sin haber propuesto alguna iniciativa, liderear alguno de los comités de trabajo o actuar como facilitado­r en las negociacio­nes. Hay que considerar que el acuerdo entre los ministros fue que este año debe haber un nuevo mecanismo de solución de controvers­ias, lo que requerirá de atención a las negociacio­nes.

Por su parte, está demostrado que en una guerra comercial no hay ganador. Hay medios alternativ­os más eficientes que la aplicación de aranceles, donde el sector privado es clave. Por ejemplo, está el Comité de Comercio del Acero de América del Norte, creado en 2003 por México, Estados Unidos y Canadá, junto con la industria del acero de la región, para fortalecer el crecimient­o de un sector cada día más integrado a nivel regional. Lo que solicitan desde inicios del 2023 el USTR y los legislador­es que apoyan al sector acerero de ese país, es una explicació­n del incremento del 73% en las exportacio­nes mexicanas en el 2022. ¿Se puede entregar sin pelearse?

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