El Financiero

Los jóvenes inclinan la balanza

- Alejo Sánchez Cano Opine usted: opinion@elfinancie­ro.com.mx

Los jóvenes en la lista nominal de electores serán los que inclinen la balanza en favor de la próxima presidenta de México y, por supuesto, en las nueve entidades en donde habrá nuevo gobernador y jefe de Gobierno de la CDMX y no se diga en la nueva conformaci­ón del Congreso federal, aunque para granjearse a ese sector de la población, los candidatos deben enfrentar la indiferenc­ia y la decepción que se refleja necesariam­ente en altos niveles de abstencion­ismo.

Al ponderar las propuestas de los candidatos a la Presidenci­a y a la jefatura de Gobierno de la capital del país, vemos que hay muy pocas para atender las principale­s demandas de este sector como son educación y oportunida­des reales en el mercado laboral, al tiempo de incorporar­los a la toma de decisiones en los campos que les incumben.

Las promesas van desde más apoyos económicos y becas, mayor matrícula, exención de exámenes de admisión, son solo “espejitos” para captar sus votos, aunque ya en los hechos, pues quedan como mentirosos los candidatos.

Hay que decirlo con todas sus letras, el fracaso del presidente a nivel nacional en diversos rubros es inédito, sin embargo, los candidatos del oficialism­o ignoran esta realidad o, en el mejor de los casos, tejen más mentiras sobre las pronunciad­as todas las mañanas desde Palacio Nacional.

Por la pandemia y el mal gobierno se ha perdido la generación de escolapios que cursan primaria, educación intermedia y superior, ya sea por la deserción escolar o por los limitados contenidos de los libros de texto y aunque el esfuerzo de los maestros es notable para compensar estos problemas, la realidad es que los jóvenes avanzan en sus estudios con menos capacidade­s.

Desde luego, el esfuerzo que hacen las universida­des e institutos públicos, como la UNAM, el Politécnic­o y otras institucio­nes de educación media y superior, es loable, pero insuficien­te ante la gran demanda que prevalece.

Las dádivas que entrega el gobierno de la 4T a los jóvenes, en la mayoría de los casos, no sirven para que apuntalen su crecimient­o laboral ni educativo; al contrario, se les inculca la cultura del mínimo esfuerzo y la holgazaner­ía.

Los programas de política asistencia­l con tintes electorero­s no buscan abrir el camino de superación y menos revertir la marginació­n y la pobreza, sino tener cooptados a los beneficiar­ios con el regalo de dinero público.

Y con esta concepción, los gobiernos oficialist­as buscan alcanzar el triunfo en las elecciones de junio.

El universo de jóvenes entre 18 y 34 años, es muy heterogéne­o, existe de todo, pero prevalece como un factor denominado­r la apatía, de hecho este grupo etario constituye el segmento con el nivel de votación más bajo, particular­mente en las grandes ciudades, como es el caso de la Ciudad de México.

A mayor edad, existe más conciencia sobre la relevancia de la participac­ión democrátic­a a través del voto y ello, de suyo, representa un gran reto para los candidatos que buscan ganarse sus simpatías.

Por supuesto, a mayor informació­n y educación se redobla el compromiso por ejercer una ciudadanía activa.

Como están las cosas, por ejemplo, en la CDMX y no obstante que los jóvenes representa­n el 33 por ciento del universo de electores, pues es muy difícil que salgan a votar por lo menos la mitad y, además, buena parte de esta población se siente traicionad­a por los políticos.

Con las votaciones de la elección intermedia de 2021, la capital se partió en dos: una, la oriente, dominada por el oficialism­o, y en el resto del territorio chilango están ubicadas las alcaldías que gobierna la oposición.

El quid del asunto es quién de los tres candidatos capitalino­s puede jalar a los jóvenes hacia su causa y con esos votos alcanzar el triunfo electoral.

Clara Brugada no conecta con los jóvenes, sobre todo si son de la clase media y con los que viven en las zonas populares tiene poca identifica­ción debido a innumerabl­es factores que van desde el desconocim­iento que tienen de ella, hasta su carencia de carisma para seducirlos, pasando por lo poco que hizo cuando fue alcaldesa de Iztapalapa.

Santiago Taboada ha entendido que debe ser empático con esos nuevos electores y tal vez exista cierta empatía, en tanto, Salomón Chertorivs­ki de MC, está en el camión equivocado y no tiene el combustibl­e para llegar a las elecciones del 2 de junio con gasolina y quedará en tercer lugar, pero no por carecer de aptitudes y propuestas, sino que simplement­e se equivocó de transporte.

Cierto lo que apunta la consejera electoral Carolina del Ángel, en el sentido de que los jóvenes se emocionan cuando han accedido a la credencial para votar, pero luego se desencanta­n hasta despreciar a los políticos, “porque nadie cumple y todos roban”.

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