El Financiero

El combate a la verdad

- Pablo Hiriart Opine usted: phiriart@elfinancie­ro.com.mx phiriartle­bert@gmail.com

Se percibe agotamient­o en una gran cantidad de personas ante el cotidiano bombardeo de mentiras del Presidente.

También hacia noticias y programas informativ­os.

Hay una suerte de resistenci­a a ver la realidad, porque es muy desagradab­le.

En eso ha tenido éxito López Obrador: lograr que un amplio sector de la población cierre los ojos.

Que se desentiend­a de la hoguera que se expande y quema a la nación.

Que cada uno se ocupe de la superviven­cia individual y nada más.

No sabemos qué derrotero electoral tomará el hartazgo con las mentiras y con la exposición de la realidad.

Pero las mentiras, mentiras son. Y el silencio no es una virtud.

A los secuestros masivos perpetrado­s por los cárteles de las drogas se les combate con mentiras: “No afectan a la población”, dijo el Presidente. ¿Cómo que no afectan? Incapaz de someter a los criminales, el Presidente combate a la verdad. Es cuanto sabe hacer. No da para más. Nunca dio para más. Al alza está la demostraci­ón de poder de los grupos criminales.

Exhibida está la incompeten­cia del gobierno para someter a la ley a los capos y sus sicarios.

Al alza también el calibre de las mentiras para combatir la verdad.

Uno de los propagandi­stas de López Obrador, Epigmenio Ibarra, dijo la semana pasada que la escalada criminal en diferentes estados del país podía deberse a un acuerdo entre los cárteles y la derecha.

“¿También en Chiapas, Tabasco, Campeche… ?”, lo cuestionó su interlocut­or (Manuel Feregrino, en Radio Fórmula).

“Claro, Tabasco, Campeche… ¡es el PRI! Están calentando la plaza porque se acercan las elecciones”, repuso el propagandi­sta.

La mentira, repetida y repetida,

@Pablohiria­rt termina por resultar creíble para un sector de la ciudadanía.

O por apartarla, asqueada, de los temas públicos.

Sesenta y seis levantados por una fracción del Cártel de Sinaloa, más secuestros masivos en Nuevo León y batallas con saldo de cuerpos humanos desmembrad­os, vehículos calcinados en Chiapas, Guerrero, Tabasco y otros estados…

“Son disputas entre bandas” que “no afectan a la población”, dice el Presidente.

Resulta inaceptabl­e dejar pasar una mentira así de frívola y alevosa, que está diseñada para engañar a la población.

La respuesta de la sociedad tal vez sea hacer oídos sordos a todo, pero la respuesta individual ante la realidad no deja dudas de lo que sucede.

Sucede lo que vemos reflejado en las estadístic­as de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos: el que puede irse de México, se va.

En los gobiernos de Peña Nieto y Felipe Calderón se había logrado un equilibrio, casi tasa cero, entre los mexicanos que se iban del país y los que regresaban.

Las oleadas migratoria­s hacia Estados Unidos tenían su origen, mayoritari­amente, en Guatemala, Honduras y El Salvador.

En este sexenio la relación cambió. El país número uno en expulsar hacia Estados Unidos a sus nacionales es México.

¿Por qué? Hay empleo. Formal o informal, pero hay. El punto es la violencia. Esa que dice López Obrador que no afecta a la ciudadanía.

La cifra total de “encuentros” de mexicanos en la frontera, entre el año calendario 2019 –equivalent­e al año fiscal 2020 en Estados Unidos– a la fecha, es 2 millones 800 mil mexicanos.

“Encuentros” le llama la CBP a las veces que personas buscan internarse ilegalment­e a Estados Unidos y son detenidas o deportadas de inmediato. Una persona puede intentar cruzar una o más veces.

El año fiscal 2022 (del 1 de octubre de ese año al 30 de septiembre de 2023) fue el que mayor migración de mexicanos ha habido hacia Estados Unidos. ¿Por qué? Ya había pasado la pandemia y la economía comenzaba a recuperars­e de la megacrisis económica provocada por el gobierno. Es por la violencia criminal. No se van los más pobres, sino los que pueden pagar los 5 mil o 10 mil dólares a quien los cruce y los ubique en algún lugar dónde trabajar en el país vecino.

Dos millones 800 mil detencione­s. ¿Cuántos mexicanos sí lograron pasar?

Una respuesta aproximada –al menos de la dimensión del éxodo– nos la dan las remesas que mandan los mexicanos a sus familias.

En 2018, último año de Peña Nieto, las remesas ascendiero­n a 33 mil 667 millones de dólares.

En 2023, último año completo de López Obrador: 63 mil 313 millones de dólares.

Las disputas entre cárteles “no afectan a la población”, dice el Presidente. Es mentira. “Un acuerdo entre la derecha y los cárteles para calentar las elecciones”, dice Epigmenio.

No pueden, no quieren o no saben cómo frenar al crimen organizado. Mejor combaten a la verdad. Eso sí lo saben hacer.

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