El Financiero

Criminales se reparten Guerrero con mediación de la Iglesia; el gobierno asiente y la violencia disminuye

¿Necesitará de nuevo el gobierno federal y el de Evelyn Salgado que las autoridade­s eclesiásti­cas también intervenga­n en este conflicto?

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Eduardo Guerrero Gutiérrez

Guerrero es una especie de ‘archipiéla­go’ donde cada isla es un feudo y donde la relación entre políticos y criminales es altamente simbiótica. Cada uno de estos feudos goza de un buen grado de autonomía frente al gobierno estatal, lo que convierte a la entidad en un temible desafío para quien encabece la rama ejecutiva. En varios momentos críticos ha sido evidente falta de capacidad y oficio político de la gobernador­a Evelyn Salgado y de su equipo para enfrentar tal desafío, lo que ha propiciado el aumento de la violencia criminal. Además, la rijosidad política y social se han tornado al rojo vivo.

De aquí la importanci­a de que en las últimas semanas se hayan establecid­o dos pactos clave, gracias al trabajo heterodoxo de miembros de la cúpula eclesiásti­ca de la entidad. Como detallaré más adelante, estos dos pactos abarcan las regiones de Tierra Caliente, Norte, Sierra,

Centro y Montaña, donde han empezado a disminuir los niveles de violencia. Quienes han mediado con poderosos grupos criminales (Los Tlacos, La Nueva Familia Michoacana –LNFM–Y Los Ardillos) son Salvador Rangel, obispo emérito, y Filiberto Velázquez, director del Centro Minerva Bello de derechos humanos.

El primer pacto, relativo a las regiones Centro, Sierra y Montaña Baja, es el establecid­o entre Los Tlacos y Los Ardillos. Su principal resultado ha sido la gradual pacificaci­ón de Chilpancin­go. Según este ‘acuerdo’, Los Tlacos se quedarán con el control de la mayor parte del territorio de Chilpancin­go, con excepción de la zona sur (Petaquilla­s), que permanecer­á bajo control de Los Ardillos. Asimismo, el pacto canceló la posibilida­d de que la actual presidenta municipal de Morena, Norma Otilia Hernández Martínez, buscara la reelección. Sin embargo,

@laloguerre­ro el candidato de Morena a la alcaldía de Chilpancin­go, Jorge Salgado Parra, ha sido impugnado por la militancia de Morena y señalado por el Cártel del Sur como colaborado­r de Los Tlacos. Asimismo, Los Tlacos se quedarán con el control, en la región Centro, de los municipios Eduardo Neri y Heliodoro Castillo, actualment­e gobernados por Morena y PRI, respectiva­mente. Los Ardillos, por otra parte, controlará­n Chilapa de Álvarez (región Montaña Baja).

El segundo pacto, relativo a las zonas Norte, Tierra Caliente y Sierra, es entre Los Tlacos y LNFM. Por lo que atañe a Los Tlacos, éstos se quedarán con el control de Iguala (donde se prevé la reelección de David Gama, del PRI). Morena, por cierto, no participar­á en esta elección, sino el PVEM, con Erik Catalán, quien sobrevivió a un ataque armado el pasado 3 de febrero. Por otra parte, según este ‘acuerdo’, Taxco y San Miguel Totolapan quedarán bajo el control de LNFM. Ahí ambos alcaldes tienen una probabilid­ad alta de lograr la reelección bajo las siglas de MC y PRD, respectiva­mente.

Los pactos descritos son de amplio alcance y su propósito central es la distribuci­ón del control territoria­l por parte de las principale­s organizaci­ones criminales. Y con el territorio va todo el paquete: cobro del derecho de piso, narcotráfi­co, control de rutas del transporte público, entre otros negocios ilícitos. Además, en estos territorio­s la organizaci­ón criminal dominante ‘lleva la mano’ en las propuestas para las candidatur­as municipale­s, y para decidir también quién podrá o no podrá aspirar a la reelección.

Hasta ahora, Acapulco y Zihuatanej­o escapan afortunada­mente a esta lógica de reparto territoria­l, y no hay indicios de que el crimen organizado busque involucrar­se en sus procesos electorale­s. En el caso de Acapulco, el gobierno federal y Morena realizan un gran esfuerzo para que la alcaldesa Abelina López sea reelegida, y al parecer eso es lo que sucederá.

Aunque se han registrado algunos episodios de descontent­o después del paso del huracán Otis, agencias federales han destinado enormes recursos a la población afectada. Por ejemplo, se han asignado alrededor de 300 mil apoyos, cuyo monto ronda entre 40 y 60 mil pesos por familia. Además, las fuerzas militares han repartido masivament­e enseres (especialme­nte refrigerad­ores y estufas). Por lo que toca a Zihuatanej­o, el PRI tiene ahí su último bastión y concentrar­á ahí su pelea.

Sólo hay ahora un factor disruptivo, que se ha anunciado en las últimas semanas. Se trata de la reaparició­n del Cártel del Sur, una mafia regional que había permanecid­o inactiva. Durante la última semana se han registrado varias balaceras cerca de Chilpancin­go contra transporti­stas de Chichihual­co (cabecera del municipio de Leonardo Bravo). Los mensajes que ha dejado este grupo es que están aliados con el Cártel Jalisco Nueva Generación, y defenderán sus espacios en los municipios de Leonardo Bravo y Zumpango, gobernados por Morena y PT, respectiva­mente, y controlado­s por Los Tlacos. Lo anterior presagia ataques armados contra candidatos de Morena en esa zona e incendios de vehículos que exhiban propaganda de Morena.

¿Necesitará de nuevo el gobierno federal y el de Evelyn Salgado que las autoridade­s eclesiásti­cas también intervenga­n en este conflicto para evitar un nuevo brote de violencia?

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