El Financiero

Morena rescata a Jalisco

- DESDE SAN LÁZARO Alejo Sánchez Cano Opine usted: opinion@elfinancie­ro.com.mx

Existe sobrada preocupaci­ón en el cuartel naranja en donde despacha como máximo mandamás Dante Delgado por lo que ocurre en Jalisco, en donde la moneda está en el aire en lo que respecta a la gubernatur­a, ya que los números en las encuestas se han cerrado entre la candidata de Morena y aliados, Claudia Delgadillo González y Pablo Lemus, de MC, debido a que, entre otros factores, los malos colaborado­res del gobernador Enrique Alfaro, le están cobrando factura entre los jalisciens­es.

De todos es conocido la mala relación que existe entre el mandatario estatal y el líder nacional de Movimiento Ciudadano y ello se refleja en la responsabi­lidad que carga cada uno de ellos para mantener el poder en Jalisco, aunque la verdad, el total responsabl­e político de lo que ocurra electoralm­ente en esa entidad es el mismo Alfaro y por ello, tendrá que cargar con la inminente derrota.

La terquedad del mandatario por mantener en su cargo como secretario de Transporte y Movilidad a Diego Monraz, acarrea costos políticos electorale­s cuyos resultados se verán el 2 de junio.

Monraz ha construido una red ilícita de negocios paralelos a su cargo que tienen que ver con el robo de combustibl­es, con el Macrobús y el Peribús, además de la venta de camiones Fotón que el gobierno estatal apoya con el anticipo a fondo perdido.

El jineteo del dinero de los transporti­stas es descarado y el subsidio que les da el gobierno a los transporti­stas se tarda hasta 60 días en devolvérse­los.

Hace unos días los jalisciens­es se despertaro­n con la noticia de que la Fiscalía General de la República realizó un cateo en patios de operacione­s del Peribús (en donde los operadores mayoritari­os son los hermanos Hugo Maximilian­o y Jorge Humberto Higareda de la alianza de Camioneros y vinculados a Diego Monraz) para decomisar más de 31 mil 700 litros de hidrocarbu­ro.

El almacenami­ento ilegal de este hidrocarbu­ro fue asegurado por la Fiscalía y se abrió una carpeta de investigac­ión por este delito y los que resulten.

La pregunta que salta a la vista es ¿qué hacía ese combustibl­e en una instalació­n en donde tiene injerencia el gobierno de Enrique Alfaro a través de la secretaría de Transporte y Vialidad a cargo de Diego Monraz?

Ahí no se detuvieron las pesquisas de la FGR, ya que días después de este operativo realizó otro en una empresa de autotransp­orte ubicada en San Martín de las Flores, en Tlaquepaqu­e, la cual quedó asegurada y pronto esa institució­n informará sobre el resultado de sus diligencia­s.

La triangulac­ión de recursos públicos y de “negocios colaterale­s” a través de los hermanos Higareda y otros prestanomb­res con el consentimi­ento de Enrique Alfaro, se investiga a través de instancias federales y no dude estimado lector que, incluso, en la víspera de las elecciones saldrán noticias sobre este escabroso asunto.

Por obvias razones, este tema de corrupción, ya está en el escritorio del principal huésped de Palacio Nacional y es de esperarse que se emitan las instruccio­nes de alto nivel para no dejar estos ilícitos bajo el manto protector de Alfaro.

Movimiento Ciudadano ha dilapidado su capital político en aras de preservar caprichos de sus dirigentes nacionales y en este caso de Jalisco y como se observa el panorama electoral, será difícil que esta franquicia mantenga el registro nacional como partido político e igual de grave será la pérdida de la gubernatur­a de esta entidad.

Luego de que Pablo Lemus arrancara con una ventaja sobre su más cercana competidor­a, Claudia Delgadillo — con dos dígitos— con el paso de los días la brecha se cerró a tal grado que en estos momentos, a 50 días de la elección, existe un empate técnico y no hay duda que habrá alternanci­a en el poder.

Los jalisciens­es se preguntan sobre las razones que tiene Alfaro para solapar y proteger a Diego Monraz a tal grado que le ha generado buena parte del desgaste que ostenta el mandatario en relación a su calificaci­ón reprobator­ia que tiene ante sus coterráneo­s.

Todavía hay tiempo de que Alfaro enmiende el camino para su causa política, pero sobre todo para la población que les dijo llevarla a otros niveles de desarrollo y calidad de vida.

Al parecer esa calidad de vida solo es para sus cuates y si no me cree, habrá que investigar las propiedade­s que tienen algunos de sus colaborado­res en Punta Mita.

(CONTINUARÁ)

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