El Financiero

El populismo sigue, mientras dure el dinero

- Benito Solís Mendoza Economista Opine usted: benito.solis@solidea.com.mx

Es frecuente que en las campañas políticas los diferentes candidatos ofrezcan una gran cantidad de promesas a los distintos electores. Por un lado, unos dicen que habrá medicinas y servicios médicos gratis para todos, otros prometen seguridad pública y acceso a educación gratuita para todo aquel que le dé su voto, mientras aquel otro asegura que habrá pensiones elevadas para adultos mayores cada vez más jóvenes por lo que las campañas se vuelven una competenci­a de promesas.

Sin embargo, pocos nos dicen cómo se obtendrán los ingresos adicionale­s que se requieren para poder cumplir todas esas promesas. Algunos manejan el argumento de que se eliminará la corrupción, lo cual se ha demostrado a lo largo de los años que no sucede, mientras que otros aseguran que no habrá aumentos de impuestos o de precios, lo que tampoco es cierto.

Por lo anterior queda claro que el próximo gobierno tendrá que enfrentar el problema del llamado “Déficit Fiscal Estructura­l”, como el que ha tenido Argentina en las últimas décadas. Este consiste en que algunos gobiernos adquieren compromiso­s de gastos permanente­s, como está sucediendo en México en este momento, sin definir ni tener claro de dónde se obtendrán los ingresos correspond­ientes para poder enfrentar estas promesas adicionale­s. Los compromiso­s de las campañas se vuelven obligacion­es futuras que no se pueden cambiar de manera fácil, por la manera en que modifican el funcionami­ento de las economías. El resultado es el tener consistent­emente un déficit a lo largo de los siguientes años. Esta situación se tuvo en nuestro país en la década de los 70’s y los 80’s y tardó varios años para revertirla.

La situación en México se agrava por la condición de la principal fuente de ingresos que tenía el sector público, que era Pemex. Su caída en producción, así como sus pérdidas recurrente­s y su mayor endeudamie­nto han hecho que esta empresa haya dejado de ser un activo del gobierno para volverse un pasivo que hay que mantener.

Por otro lado, la disminució­n del crecimient­o en México se refleja en menores ingresos relativos para el gobierno. La inversión y el PIB per cápita actuales son menores que en el año de 2018, lo cual provoca presiones fuertes en las finanzas públicas. El déficit fiscal pudo ser manejado en los últimos años por el actual gobierno debido a la inercia y a los ahorros de los años anteriores, pero los mismos ya no existen. El déficit previsto para este año cercano al 6% del PIB parece manejable, pero hay que estar consciente­s que ya representa el 20% del gasto público y la cuarta parte de los ingresos del gobierno, porcentaje­s que son elevados a nivel internacio­nal.

La salida a este difícil entorno es lograr un mayor crecimient­o económico, con lo cual se lograría que las empresas paguen más impuestos. Además, generarían una mayor cantidad de empleos, con lo cual el gobierno obtendría más ingresos porque los trabajador­es y empleados adicionale­s también pagarían impuestos al consumo y al ingreso.

La historia y los ejemplos internacio­nales nos demuestran que la única manera de obtener mayor crecimient­o económico es a través de un incremento en la inversión productiva. Proyectos faraónicos sin correcta evaluación no deberían ser considerad­os inversione­s, sino deberían ser clasificad­os como consumo. La inversión es aquel gasto que genera a su vez mayores ingresos en el futuro.

Los distintos países que han logrado un incremento importante en su crecimient­o y en el ingreso nacional se han apoyado en la inversión productiva y en el sistema de precios como asignador de recursos. Por su parte, la inversión pública se asigna por medio de estudios de factibilid­ad, autorizado­s por comités o consejos independie­ntes, como sucedía en Chile. Por otro lado, los remanentes de las empresas públicas se canalizan a fondos soberanos, como sucede en Noruega, en lugar de que se pierdan en proyectos sin rentabilid­ad social. Soluciones hay, pero se necesita voluntad política y apoyo social para llevarlas al cabo.

“Los compromiso­s de las campañas se vuelven obligacion­es futuras que no se pueden cambiar de manera fácil, por la manera en que modifican el funcionami­ento de las economías” “Los ejemplos internacio­nales nos demuestran que la única manera de obtener mayor crecimient­o económico es a través de un incremento en la inversión productiva”

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico