Promete AMLO ayuda; reclaman empresarios
No hay Fonden, pero sí hay dinero, aseguró ayer el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, líderes empresariales reclamaron la falta de información y claridad en apoyos.
“Tenemos un recurso garantizado (...) cuando el pueblo de México necesita apoyo se puede utilizar todo el presupuesto público, no hay límites”, dijo AMLO.
Aseguró que ayudarán a empresas dedicadas al turismo. “Si no tienen seguro, vamos a buscar la forma de que puedan recuperarse lo más pronto posible”, prometió.
De inmediato ofreció un puente aéreo para hacer llegar comida, pero hasta anoche no estaba resuelto. Informó que la titular de Bienestar, Ariadna Montiel, con mil servidores, haría un censo de damnificados para dar apoyos.
Lanzó un llamado a la población para mantener el orden y evitar el saqueo, pero al menos ayer no tuvo eco.
“Es triste lo que está pasando, no sólo en Acapulco, también en Chilpancingo está pasando. No tenemos la información necesaria. Por falta de información a tiempo estamos viviendo esta desgracia”, lamentó por su parte Esperanza Ortega, presidenta de Canacintra.
María Luisa Olvera, socia de la empresa transportista Auto Express Costa Sur, dijo a REFORMA que representantes del sector que operan en Guerrero y Oaxaca han tenido complicaciones para el abasto de mercancías ante el cierre de carreteras.
“El diesel nos preocupa. Mientras que el desabasto de mercancías de abarrotes se podría estar dando en unos días para la Costa Chica de Guerrero y de Oaxaca porque al no haber paso no se les puede surtir la mercancía a los hoteles”, destacó.
Amanda Guadalupe Olvera, directora de la empresa Transportes Lekan, dijo que han tomado la decisión de no enviar camiones por temas de seguridad.
ACAPULCO.- A dos días del impacto del huracán “Otis”, en el puerto priva el desorden por la falta de agua, luz y telefonía; crecen los saqueos en prácticamente todos los comercios de la costera y la incertidumbre por el desabasto de insumos entre pobladores y turistas varados.
Con el sol a plomo y una temperatura que llegó a 35 grados, miles de acapulqueños deambulaban por las calles, otros desesperados buscaban víveres, muchos se sumaban a saqueos y otros tantos querían huir, pero quedaron atrapados en un enjambre de autos que no circulaban ante caminos cerrados por destrozos y deslaves.
Era evidente que las autoridades de todos los niveles estaban rebasadas. Muchos saqueos ocurrieron mientras soldados barrían o escombraban destrozos.
Apenas ayer se anunció el envío de mil 300 guardias nacionales y 10 mil efectivos militares para atender la contingencia.
La Costera Miguel Alemán mantenía los estragos de la furia de “Otis”: marquesinas derrumbadas, colchones que volaron desde los condominios, pedazos de madera y vidrio por todos lados.
Juan Manuel Vargas, abogado de 66 años, chilango y visitante asiduo de Acapulco, aseguró que a pesar de que ahuyentó a unos jóvenes que pretendían robarle partes de su auto, no se percató que le sustrajeron gasolina.
“La Marina vino nada más a una tienda; se surtieron y se fueron. Dejaron la
calle bloqueada como ves. No es posible eso”, reprochó.
Sobre la costera no hubo una tienda de conveniencia que no fuera saqueada, tampoco se salvaron grandes almacenes, agencias de autos y
una empresa de paquetería de donde no sólo sustrajeron los envíos, sino también la gasolina de las camionetas repartidoras y las baterías. A un costado del Parque Papagayo, sobre la Avenida