Asesta golpe a PJ esposa de Ortega
Vicepresidenta busca limpiar camino para tomar el mando, acusan
MANAGUA.- La Vicepresidenta y Primera Dama de Nicaragua, Rosario Murillo, tomó arbitrariamente la Suprema Corte al sacar, en la última semana, a su presidenta Alba Luz Ramos y destituir a los directores de áreas claves de ese poder del Estado, a fin de pavimentar su ascenso como sucesora de Daniel Ortega, acusó el diario Confidencial.
La intervención de Murillo en el máximo tribunal del país empezó a finales del mes pasado, con redadas y despidos a gran escala.
Bajo órdenes de la Presidencia y la Secretaría del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), un grupo de agentes desalojó a la magistrada Ramos de su oficina y la enviaron a su casa el 24 de octubre. Dos días después, hicieron lo propio con Yadira Centeno González, presidenta de la Sala Civil y de Familia.
Según el Confidencial, el “retiro abrupto” de la presidenta de la Suprema Corte fue precedido por los despidos de Berman Martínez, secretario de organización del FSLN y secretario general administrativo del máximo tribunal, y el director de Informática Martín García.
Ambos fueron trasladados a la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como El Chipote. Son indagados por actos de corrupción en las licitaciones de edificios y la compra de equipos informáticos.
En una semana, hasta el 31 de octubre, la intervención de Murillo al Poder Judicial sumaba al menos un centenar de funcionarios destituidos. La lista la encabezan allegados a la presidenta Ramos.
Fuentes del Poder Judicial citadas por el Confidencial indicaron que el edificio de la Suprema Corte ha permanecido vigilado por la Policía desde la destitución de Martínez.
“La situación ha generado un ambiente de temor e incertidumbre entre los trabajadores del máximo tribunal de justicia”, apuntó el diario local, dirigido por Carlos Chamorro, quien es perseguido por el régimen de Ortega desde hace años.
El ex funcionario judicial Yader Morazán, especialista en administración de justicia, y el ex diputado Eliseo Núñez, analista político, consideraron que la “toma” de Murillo del Poder Judicial puede calificarse como “golpe de Estado”.
“Están sustituyendo el poder de un poder del Estado. En este caso, están pasando por encima de la inmunidad de dos magistradas”, señaló Morazán en el programa Esta Semana, en YouTube.
“No es lo mismo gobernar por debajo de la mesa, que llegar y suplantar el poder”.
Por su parte, Núñez valoró que las acciones recientes de Murillo son una estrategia para eliminar la oposición que pueda haber para su ascenso como sucesora de Ortega.
“Muchas de las filtraciones que se dan y muchos de los temas que no se fallan a como ella dice son parte de la resistencia”, manifestó.
“Ella (Murillo) ahora está eliminando todos los focos de resistencia y está ocupando la fuerza para arreglar todo esto”.
Para los ex funcionarios y expertos, el impacto de la “toma” del Poder Judicial es devastador para la democracia del país centroamericano, ya que, alertan, el régimen orteguista ha desarticulado todas las estructuras que existían antes de las protestas en su contra en 2018.
Más allá del Poder Judicial, el Gobierno de Nicaragua ha cerrado más de 3 mil ONG desde que endureció las legislaciones tras el estallido social de hace cinco años, que en tres meses de bloqueos de calles y choques entre opositores y oficialistas dejaron más de 300 muertos, según la ONU.
Al menos otras 120 personas fueron despedidas u obligadas a renunciar a sus cargos en el Poder Judicial en 2022.
■ En octubre de 2022 fueron destituidas por “órdenes superiores” Katia Jaentschke Acevedo y Ruth Tapia Roa, directora de relaciones internacionales y Protocolo, respectivamente.
Antes, la dictadura orteguista ejecutó una serie de despidos y secuestros de trabajadores de la Suprema Corte, como Roberto Larios Meléndez, ex vocero y director del área de Comunicación.
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El Ejército israelí publicó imágenes de las operaciones terrestres que lleva a cabo dentro de la Franja de Gaza.