Prende el crimen alerta en Puebla
Preocupa disputa entre el CJNG, Zetas, Sinaloas y células locales
El crimen organizado ya convirtió a Puebla en un foco rojo de inseguridad.
El trasiego de huachicol, los asesinatos, enfrentamientos, persecuciones a balazos, feminicidios, narcomenudeo, además del robo con violencia de vehículos, a negocios, transporte de carga o motocicletas, son el pan de cada día en esa entidad gobernada por el morenista Sergio Salomón Céspedes.
Apenas el martes, en la comunidad de San Mateo Tlaixpan, en Tecamachalco, una persecución de vehículos y disparos de armas de fuego dejó una persona muerta y una más herida. Ese mismo día, los cadáveres de dos mujeres fueron localizados en un canal de ese municipio, a 70 kilómetros de la capital.
El 4 de noviembre, cinco hombres fueron asesinados en la junta auxiliar de Santa María Xonacatepec, hecho que fue ligado por las autoridades a la disputa entre dos grupos por el robo de gas LP, rubro en el que el estado ocupa el segundo lugar a nivel nacional, después de Veracruz.
“Hoy la responsabilidad en un primer contacto será de los municipios, y nosotros seguiremos haciendo inteligencia, contrarrestando y generando un segundo frente, buscando el apoyo de las autoridades federales”, dijo el martes ante medios Céspedes sobre esa masacre.
En los últimos dos años (2022 y 2023) esa entidad promedia al mes 75 asesinatos, 15 por ciento más que los registrados en 2021, con un promedio mensual de 65 víctimas de homicidio doloso, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública (SESNSP).
De enero a octubre de este año, Puebla ya suma 741 homicidios dolosos, es decir, 2.4 asesinatos diarios. Sólo del 1 al 7 de noviembre ya se acumularon 19 homicidios intencionales, es decir, 2.7 cada 24 horas, establecen las cifras oficiales del Informe de Seguridad.
Los feminicidios aumentaron en 41 por ciento, al pasar de 17 a 24 casos entre enero y octubre de 2022, y el mismo periodo de 2023, mientras que el robo a vehículos con violencia registró un incremento de 25 por ciento, al pasar de mil 723 a 2 mil 159 en el mismo periodo.
El delito que más se disparó en Puebla en el mismo periodo fue el robo a motocicletas con violencia, rubro que pasó de 596 denuncias a mil 803 casos, lo que representa un aumento del 202.5 por ciento.
Los poblanos también son castigados en el transporte público, donde se reportaron 265 denuncias por robo con violencia entre enero y octubre, 66 por ciento más que en el mismo periodo de 2022, con 159 carpetas de investigación.
Los transportistas además registraron una alza de robos con violencia en un 55 por ciento, al pasar de mil 267 a mil 963 denuncias, mientras que el robo a negocio con violencia pasó de mil 961 a 3 mil 306, esto es, un incremento del 68.5 por ciento.
En tanto, los huachicoleros continúan con la ordeña de combustible a Pemex, un delito que ya había registrado una disminución derivado de los operativos militares.
Aún con la presencia de las Fuerzas Armadas, la empresa reportó un aumento en el hallazgo de tomas clandestinas de hidrocarburo del 45 por ciento entre enero y junio, al pasar de 482 a 695 piquetes.
Las tomas clandestinas para sustraer gas LP aumentaron en un 35 por ciento al reportarse 469 puntos de ordeña entre enero y junio, en contraste con los 347 piquetes hallados en el mismo periodo del año pasado.
En Puebla, refieren reportes ministeriales y militares, operan el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), Zetas Sangre Nueva, Los Bukanas y Los Sinaloas, quienes junto con una treintena de células locales se disputan el control de las ganancias por el narcomenudeo, cobros de piso a antros y comercios, el Triángulo Rojo del huachicol, además del robo a transporte y vehículos.