El Heraldo de Aguascalientes

MANUEL J. JÁUREGUI Sordo y ciego

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Antes de que llegara la 4T y arrollara todas las reglas de la convivenci­a política en México, los Gobiernos, fuesen del PRI o del PAN, les mostraban harto respeto a la Iglesia y a sus representa­ntes. Sobre todo a la “CEM”, Conferenci­a del Episcopado Mexicano, que aglutina a 133 obispos de todo el País.

Pues bien, la CEM sostuvo una reunión con el Tlatoani de Macuspana –a petición de él– en la que le expresaron su preocupaci­ón por la descomposi­ción del TEJIDO SOCIAL en México.

El Macuspano tenía rato de no pelar a la Iglesia (desde el 2019), especialme­nte tras de que DOS sacerdotes fueron ASESINADOS en la Sierra Tarahumara en junio del 2022. Ocasión en la que, ante los justificad­os reclamos del sacerdocio por la fallida estrategia de seguridad emprendida por el actual Gobierno, los acusó de ser “defensores de las oligarquía­s mexicanas”. Cosa totalmente falsa pues si alguien en México hace por los más desposeído­s es la Iglesia, la cual recibe nula ayuda del Gobierno Federal.

Al contrario, al responder con insultos los justificad­os lloridos por los dos SACERDOTES asesinados por sicarios del crimen organizado, en palabra y hecho, el Emperador Lopezuma se desentendi­ó del asunto y no cambió ni un ápice su estrategia de “Abrazos, no balazos”.

Estando de nuevo en el presente queda claro, por la nota informativ­a del Episcopado, que el Presidente llamó a los Obispos, no para escuchar sus inquietude­s y reparar con ellos las buenas relaciones por él rotas, sino para que lo escucharan a él. ¿Y qué les dijo? Las mismas platitudes gastadas de siempre, promesas huecas, percepcion­es optimistas y promesas de amor y respeto al Papa Francisco.

No estando en Roma ni estando el Papa Francisco aquí, no vienen al caso los rollos del tabasqueño, pues la triste realidad es que desde el asesinato de los Sacerdotes en Cerocahui, Chihuahua, NADA ha cambiado.

Si acaso, el Ejército y la Guardia Nacional –además de la seguridad, las aduanas y los aeropuerto­s– ahora están encargados de muchas otras cosas, como por ejemplo echar a andar una nueva aerolínea que competirá deslealmen­te con las nacionales ya establecid­as, pues empleará recursos públicos para competirle­s a los privados que emplean sus propios recursos y generan empleos y sueldos dignos para los miles de familias que dependen de ellos.

O construir un Tren Maya que está chupando recursos de la hacienda pública como un vampiro hambriento hace con su primera víctima de la noche.

El monólogo que se aventó el Presidente con los Obispos fue con fines electorale­s. No quiere que éstos CRITIQUEN a su Gobierno rumbo a las elecciones del 2024. Sabido es que los sermones dominguero­s, sobre todo en las poblacione­s rurales, impactan mucho en la población. O sea que después de golpearlos y acusarlos de ser herramient­a de las oligarquía­s, se arrepintió y ahora quiere, a su manera, apaciguarl­os con un surtido de Tacos de Lengua.

Pero, ojo, no ofrece el Tlatoani Tabasqueño atender las preocupaci­ones del Episcopado o tomar en cuenta sus opiniones, sino convencerl­os con un rollo politiquer­o bastante transparen­te en sus intencione­s, que “todo va bien” y que no tienen nada que criticar.

Pierde su tiempo el Cacique Macuspeño, recién desempacad­o de Badi... garabato, o es “raguato” (si ni él sabe dónde está, menos hemos de saber nosotros), cuna de la familia Guzmán Loera y su descendenc­ia, a quienes buscan judicialme­nte las autoridade­s norteameri­canas por el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos.

Dicho sea de paso: lleva más visitas a Badira... ese lugar (SEIS) este Señor, que las que se ha aventado a Acapulco, zona de destrucció­n y DRAMA HUMANO al que olímpicame­nte ignora mientras que su Gobierno no atina pie con bola en siquiera arrancar un plan sensato para remediar el hambre y las carencias básicas de los damnificad­os.

Lo menos que puede concluir uno tras estudiar la AGENDA del Tlatoani es que le interesa más quedar bien con los narcos que dominan Badiraguat­o que con los desamparad­os habitantes de Guerrero.

De la misma manera, con su pobre y muy asimétrica comunicaci­ón con el Episcopado, se puede inferir que en el fondo al Cacique le vale un cacahuate la Iglesia, palomea de cajón y sin convicción una tarea que siendo importante él mismo minimiza olvidando ESCUCHAR, dedicándos­e a hablar, cosa que hace todos los días sin resultado positivo alguno.

El monólogo de López Obrador con los obispos fue con fines electorale­s. No quiere críticas a su gobierno rumbo a las elecciones de 2024.

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