Tapatía de corazón
Para Ivonne y Adolfo.
Con el pasar de los años siento a mi madre más presente, en especial por sus ancestros tapatíos: muchos de ellos célebres, escritores, políticos e historiadores. Esta vez que fui a la FIL me sentí más tapatía que nunca; aprecié la ciudad de Guadalajara como nunca antes: sus árboles, el trazo de sus calles y avenidas, la ausencia de basura, sus fuentes funcionando hasta más allá de las doce de la noche, sus colonias residenciales y la modernas, Tlaquepaque con sus vitrinas llenas de artesanías, los enormes restaurantes muy bien decorados, con sus menús muy sofisticados, me encantó la más reciente colección de ponchos de Benito Santos (me compré dos, baratísimos) pero, por encima de todo, todo, todo, fui feliz en la FIL, tan llena de gente, de jóvenes, de niños y de familias, de escritores, de intelectuales, de editores, encontrarme con una gran sonrisa al ingeniero Cuauhtémoc
Cárdenas; a Jorge Volpi, caminando por entre los stands; la felicidad de Beatriz Rivas por el éxito de su más reciente novela; la mirada inteligente de Margo Glantz; la ironía del mejor caricaturista de México, Paco Calderón; la compañía cómplice de Enrique; la perenne solidaridad de Consuelo Sáizar; la cordialidad y profesionalismo de Marisol Schulz (directora de la FIL); la genialidad de Magali T. Ortega dueña de millones de chismes chistosísimos de escritores y escritoras; las presentaciones de libros, de jóvenes autoras, la gentileza de la bióloga y escritora Mónica Lavín; la amabilidad de mi primo Vicente, quien nos llevaba y nos traía siempre de muy buen talante; el campo de golf como de película de los cincuenta del Country Club, y por supuesto también toda la solidaridad del staff de mis editores que me cuidaron como si fuera la niña de sus ojos y por último no puedo dejar de mencionar, algo que le daba un tinte especial a la FIL, la presencia de la
Jamás había visto y disfrutado tanto la bellísima ciudad de Guadalajara. Me siento muy orgullosa de llevar sangre tapatía.
Unión Europea, para quien estaba dedicada la feria, con su variedad de autores y autoras, mesas redondas. En total Enrique y yo pasamos siete días en Guadalajara que se pasaron como si se hubiera tratado de un fin de semana.
Es conocido que los tapatíos son espléndidos conversadores, informados, cultos y muy simpáticos. Miguel Ángel Landeros Volquarts, quien me platicó que a su vez su abuelo le había contado que en los años cuarenta colgaba del techo del lobby del hotel Reforma una avioneta de marca Cessna, anécdota que desconocía completamente, también me contó con lujo de detalle acerca de la novela de su suegra, Cristina Dip Moreno, titulada “Un velo sin rasgar” y que su máxima ilusión es verla publicada. Lo que me originó más satisfacción es la visita que hice al DIF de Guadalajara y Zapopan, su directora, Maye Villa, se ha involucrado y comprometido en diversos grupos de voluntarios desde hace ocho años. Al otro día de nuestra entrevista, www.franciscomartinmoreno.com se iba a Acapulco con su equipo para llevar una cantidad impresionante de víveres y medicinas. Me gustó tanto la organización que preside Maye con 1400 personas frente al DIF y con el apoyo de la Cruz Roja Mexicana, que le ofrecí entregarle todo lo que se recaude de las ventas de la novela “La amante de Río Nilo”. He allí una agrupación honesta y con experiencia en este tipo de desgracias naturales. Además de todas sus actividades altruistas, Maye, madre de cuatro niños, ahora acompaña a todos lados a su marido, candidato a la gubernatura de Jalisco por Movimiento Ciudadano. De Pablo Lemus ya había escuchado hablar, como alcalde de Guadalajara, en las sobremesas de los desayunos. A él se le debe la recuperación del centro histórico de Guadalajara. Fue el primer alcalde reelecto de Zapopan en 2018. A pesar de que tiene 54 años, se ve mucho más joven, dicen que siempre está sonriente y que es un lector voraz, especialmente de Kafka. En las conversaciones que escuché sobre este político, algunas veces eran medio críticas, pero la mayoría lo describían con mucho entusiasmo. “Es nuestro próximo gobernador”, me decían los y las tapatías más optimistas. En algo han de tener razón, jamás había visto y disfrutado tanto la bellísima ciudad de Guadalajara. A pesar de sus problemas con el crimen organizado, sociales y políticos, me siento muy orgullosa de llevar sangre tapatía. ¿Verdad, doña Lola?