El Heraldo de Chihuahua

Alejandro Rueda M.

“La conversaci­ón más interesant­e es la que deja una impresión general agradable” Jonson -

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La calle Independen­cia de mis adolescent­es ayeres transitaba en doble sentido, territorio dominado a la perfección por quien ahora escribe, ya que era prácticame­nte de carácter obligatori­o acudir caminando (tener coche a esa edad era imposible) desde el parque Revolución hasta el centro a las papelerías y mercerías que se encontraba­n sobre esta avenida y sobre la calle Libertad de mis grasosas banderilla­s para, en un intercambi­o comercial, adquirir plastilina de varios colores, cartulinas blancas y un juego de reglas que casi siempre venía con un compás que nunca funcionaba.

En una elegante y enorme zapatería con piso de madera ubicada en esta calle Libertad, mi progenitor­a llegó a laborar por cierto tiempo, aún recuerdo ese par de elegantes zapatos, mismos que existe la posibilida­d de que a más de 40 años aún estén pendientes de liquidar. No vayan a decir nada por favor.

El chamagoso Santaclós que cada mes de diciembre se posicionab­a en medio de “la Liber” y que nos invitaba a retratarno­s con él, era único; en una ocasión que mis padres, envueltos en el ambiente navideño, me llevaron para la foto, el gordito en cuestión transpirab­a un etílico aroma que me dejó mareado por tres días y no pude pedirle mi deseada bicicleta, sufrí mucho.

Comparto contigo, querido lector, pequeños pasajes del Chihuahua de antes, ya que en ese entonces no existía la preocupaci­ón de tener que elegir a algún candidato o candidata (en esos tiempos casi todos eran hombres) para que gobernara la entidad, esos eran temas para la gente adulta y así éramos felices, bendita infancia, bendita adolescenc­ia, ¿por qué tenemos que crecer?, ¿por qué?

Tenía tiempo que no regresaba al bello Centro de la ciudad y hace unos días

Cada persona tendrá sus motivos del porqué votar o no por determinad­o(a) candidato(a) y esos motivos deben ser respetados.

acompañé a la madre y a la abuela de mis chamacos a adquirir unos panqués que hacen los curas del Templo San Francisco para apoyarse en estos tiempos de pandemia (se los recomiendo, son de naranja y están deliciosos). Mientras las esperaba bajo la sombra de un frondoso árbol, dos señores que rozaban las siete décadas platicaban de política con un conocimien­to de nivel doctorado y con su cubrebocas bien puesto; uno dijo firmemente: voy a votar por la señorita Maru, me cae bien y ha ido a mi colonia un par de veces, lo malo es que no encuentro mi credencial para votar, ya llevo varios días buscándola, a lo que el otro contestó: yo todavía no sé por quién votar, siempre son los mismos, pero lo que sí sé es que no votaré por el del partido del Peje, que ni sé cómo se llama pero nomás no me late. Estuve a punto de integrarme a tan interesant­e diálogo, pero llegaron las damas y sólo pude decirles: Hasta luego señores, ustedes deberían ser candidatos, contarían con mi voto; con una sonrisa en sus arrugados rostros levantaron su dedo pulgar y los dejé en su charla.

Cada persona tendrá sus motivos del porqué votar o no por determinad­o(a) candidato(a) y esos motivos deben ser respetados. Para las próximas elecciones de nuestro querido Chihuahua lo importante es acudir a las urnas y no estaría nada mal investigar un poco sobre quienes tendrán la osadía de pedir nuestro sufragio. Ande pues.

Secretario de la Asociación de Editoriali­stas de Chihuahua.

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