Preside misa dominical el arzobispo

El arzobispo Constancio Miranda Weckmann mencionó en su homilía durante el tercer domingo de Pascua, que el evangelio invita a detenerse en el modo de la presencia de Jesús resucitado en su comunidad, presencia que constituye una verdadera novedad y que viene a ser característica de la fe cristiana.

"Jesús invitó a sus discípulos a que miraran sus llagas para que pudieran comprobar que era él mismo, estuvo colgado en la cruz, que ahora podían verse las marcas dejadas por los clavos. Ahora, desde luego les pidió algo de comer, para demostrarles que no era un fantasma como ellos creían, ahora ya pueden estar seguros. Jesús, el que estuvo muerto, está vivo, ha resucitado y la tristeza se convierte en alegría, después el Señor les hizo ver que todo lo que había sucedido no era un fracaso, sino el cumplimiento del plan de Dios", manifestó monseñor Miranda.

Desde la Catedral Metropolitana, el arzobispo mencionó que después de esta explicación, todo se hizo para los apóstoles más claro, para ellos era motivo de lágrimas lo que pasaba anteriormente, y ahora realmente es causa de alegría.

"El plan de Dios no terminó con la resurrección, el Señor no deja que los discípulos se queden gozando ociosamente de la nueva presencia. Los envío a llevar la noticia de que la vida es más fuerte que la muerte, y los manda a predicar a todas las naciones para el perdón de los pecados, en este evangelio se cuenta que cuando Jesús se hace presente, los apóstoles sienten un cierto temor.