LO MEJOR DE DOS MUNDOS
REGRESA CON EL ESTILO VISUAL DE LAS PORTÁTILES, PERO CON TODO EL PROGRESO Y CALIDAD DE SU ENTREGA ANTERIOR
Cuando Monster Hunter (MH) saltó por una generación a consolas con World, la franquicia tuvo uno de los crecimientos más importantes de su larga historia, dejó el nicho y tomó el trono como el juego mejor vendido en la historia de Capcom.
Ahora que regresa al terreno portátil con Rise para la Nintendo Switch, mucho del aprendizaje de la entrada anterior se mantiene y se expande, para que más jugadores le entren de lleno a la cacería y tal vez el fenómeno japonés de la década pasada se pueda repetir a un nivel superior.
Algo que los veteranos notarán de inmediato es que la simplicidad de World se ha expandido aún más; la villa Kamura, en la que te prepararás para cada batalla, cubre todas las necesidades, pero con menos puntos de interacción y un acomodo muy eficiente.
El sistema de comida es más sencillo, las armaduras y armas se pueden conseguir sin desperdiciar mucho material, el sistema de siembra pasó a ser expedición de palicos.
Lo que se mantiene es lo adictivo del gameplay, cada combate es único, con tremendos monstruos nuevos como el Magnamalo y viejos conocidos con sets de movimientos actualizados. Además la adición de los wirebugs te harán impulsarte y moverte como si de spiderman se tratara, haciendo que replantees tus tácticas con cada arma, pues todas interactúan de diferente manera; también habrá acompañantes caninos a los que podrás montar para atravesar con rapidez todos los terrenos de los mapas.
Algo que no se puede reprochar es lo rápido que este nuevo juego te pone a hacer las cosas que más importan: cazar monstruos.