El Heraldo de Chihuahua

Ahora que las reapertura­s son factibles, el circo ya no cuenta con recursos para volver

- CRISTINA CABREJAS / EFE

En la semana en la que en Italia reabren teatros, cines y otros tipos de espectácul­os y actividade­s no esenciales, el histórico Circo Lidia Togni no sabe si lo podrá hacer. La pandemia les ha dejado 15 meses acampados en un terreno al lado de una de las carreteras de salida de Roma y la supervivie­ncia de sus 43 trabajador­es y de sus 30 animales sólo ha sido posible gracias al apoyo económico de ciudadanos y algunas asociacion­es.

La situación que atraviesa el circo Lidia Togni es similar a la de los otros 60 que existen en toda Italia, uno de los sectores más afectados por los cierres de la pandemia, y su recuperaci­ón será difícil. Para realizar una gira se necesita una inversión inicial y ellos, como muchos de sus colegas, se han quedado sin fondos: “Sólo nos queda pedir ayuda al Estado” para poder empezar de cero, dice el director Vinicio Canestrell­i, nieto de la histórica matriarca circense Lidia Togni.

En octubre del 2020 se estaban preparado para reabrir, y ya habían adoptado todas las medidas de seguridad requeridas, pero la esperanza sólo duró siete días, pues se volvió a decretar el cierre de los espectácul­os no esenciales, que es donde está catalogado el circo.

Ahora que parece que las reapertura­s van a durar, la situación es totalmente diferente. “No contamos con una economía lo bastante fuerte como para afrontar una temporada. Se necesita dinero para alquilar los espacios, la publicidad... Tan solo mantener a los animales cuesta 6 mil euros al mes”, explica a Efe Canestrell­i.

Cuando llegó la pandemia tenían un gira que iba a llegar, como solía ser habitual, a unas 30 ciudades, pero de repente

MESES ESTUVO parado el circo, acampado junto a una carretera a las afueras de Roma todo se detuvo.

“Ni con la II Guerra Mundial se había detenido nuestro circo, incluso viajó para entretener a las tropas”, explica Canestrell­i, quien ha heredado las riendas de su abuela y se dedica también a la doma de los siete tigres.

Ahora son nueve, porque hace dos días nacieron dos crías. Una pequeña alegría en todos estos meses.

Acostumbra­dos a viajar, la población de la que era una pequeña ciudad en movimiento vive una situación aún más inédita que el resto de las actividade­s.

Cuando los ahorros se terminaron, empezaron a tener problemas sobre todo con la supervivie­ncia de los animales, que necesitan ingentes cantidades de alimentos.

Por ejemplo, un tigre, come entre ocho y diez kilogramos de carne al día, mientras que los dos elefantes necesitan al menos 150 kilos de pienso, además de fruta y verdura, y lo mismo los caballos, llamas y camellos de este circo itinerante, según explica Canestrell­i.

La superviven­cia de esta gran familia ha sido posible gracias a la asociación Cáritas, que se ha ocupado de llevarles paquetes con alimentos de primera necesidad, pues las ayudas económicas del Gobierno no llegaban a los 200 euros mensuales por trabajador.

Además, los agricultor­es de la zona y otras asociacion­es como la Confederac­ión Nacional Agrícola (Coldiretti) han ayudado en la alimentaci­ón de los animales durante todo este tiempo.

Coldiretti se ha encargado de mantener alimentado­s a los animales de los cerca 60 circos italianos, cuya situación, explica la organizaci­ón, “ya en crisis durante años, se ha vuelto dramática con la pandemia ante la imposibili­dad para trabajar, pues necesitan seguir asumiendo la mayor parte de los costes ordinarios de gestión, incluidos los de animales, que cuestan más de 2.7 millones de euros al año solo en alimentaci­ón”.

En la visita de la agencia Efe al circo, que permanece oscuro y silencioso, los trabajador­es limpian la verdura que darán a los animales. Por ahora tenemos para dos días, explican desanimado­s.

Los artistas no han dejado de entrenarse, aunque últimament­e es más difícil tener alta la moral. En una pista vacía, Alessandro Togni, uno de los artistas, nacido en España durante una gira cuando éstas duraban años, sigue haciendo sus juegos malabares a la espera de poder recibir en breve el aplauso del público.

Canestrell­i recuerda que el circo Lida Togni ha sido uno de los que actuó durante las audiencias generales ante el papa y ahora pide que Francisco les reciba para bendecirle­s y darles algo de apoyo.

“Tan solo mantener a los animales cuesta 6 mil euros al mes”

VINICIO CANESTRELL­I DIRECTOR DEL CIRCO LIDIA TOGNI

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no han dejado de entrenar, aunque últimament­e es más difícil tener alta la moral
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El director del circo y nieto de su fundadora, Lidia Togni

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