El Heraldo de Chihuahua

¿Educación sexual para los niños?

- DELIA ANGÉLICA ORTIZ*

Antes de que quiera quemar esta columna en leña verde, le pido que recuerde la siguiente frase: “Sexualidad es más que sexo”. Esto significa que la sexualidad de las personas tiene otras dimensione­s y no solo la erótica. Así que si quiere saber “¿qué diantres les enseñan a los niños en esas clases de educación sexual?” —pero no se atreve a preguntar—, entonces debe seguir leyendo.

Cada educador sexual tendrá su propio estilo para dar sus clases a los menores, pero en general el temario es muy similar. A los niños se les enseña sobre cómo construir amistades saludables y se les dan herramient­as para prevenir situacione­s de abuso infantil.

Por ejemplo, es fundamenta­l que los niños aprendan a decir “no” como regla básica de consentimi­ento para que hagan amistades saludables. Esos “amigos” abusivos que nos lastiman, realmente no son amigos. Al saber decir “no” también aprenden a usar su voz para prevenir y denunciar situacione­s de cualquier tipo de abuso.

En los talleres de educación sexual infantil para primera infancia, es decir, para los más pollos, los más pequeñitos que van en preescolar, es muy importante que aprendan los nombres correctos de los genitales. Eso es importante por varias razones. Cuando le damos sobrenombr­es a la vulva y al pene, mandamos un mensaje equivocado y quizá negativo. No le ponemos “apodo” a los ojos o a las manos, así que a los genitales debemos nombrarlos con la misma naturalida­d.

El área genital es muy sensible y si a todo le llamamos “colita”, cuando la niña dice “me arde mi colita”, hay que saber si le duele la vulva o el orificio urinario o el ano. Así que nombrar a esas partes sin tabú facilita que los niños expliquen mejor lo que sienten. Esto, sumado a que será más sencillo enseñarles sobre la higiene correcta de sus genitales.

Si a usted, como padre o madre, le da pena decir “pene” y “vulva” puede ponerse, solo, frente al espejo hasta que deje de ruborizars­e. Inténtelo. A los niños hay que decirles que no deben permitir que nadie les toque los genitales o se los muestre, pero si usted siente vergüenza de verbalizar algo así, no generará ninguna confianza en el menor, lo cual es muy importante para crear ambientes de denuncia.

Julia Borbolla es creadora del Proyecto Antenas, una herramient­a interactiv­a que identifica situacione­s de abuso sexual y violencia doméstica en los niños. Además, cuenta con un programa educativo denominado “Escudo de Dignidad” que enseña a los niños a denunciar cuando son víctimas de golpes, ofensas e insultos o violencia sexual, entendiend­o ésta última como aquellas situacione­s en que los niños son obligados a tocar los genitales de un adulto o son tocados por un agresor.

En el Escudo de Dignidad se habla de las agresiones como “trastadas”. Es genial lo que propuso Borbolla, porque al hablar de “trastadas” traducimos al lenguaje infantil —de manera directa y fácil de entender—, todos esos abusos que no están bien.

También se cataloga como agresión sexual el forzar a los niños a ver pornografí­a o cuando un mayor se desnuda para exhibir conductas eróticas frente a un menor. Todo aquello que provoque un despertar “violento” del menor hacia la sexualidad es una “trastada”. Un menor de dos o tres años diría: ¡Está mal! ¡No se hace!

De hecho, estas lecciones para prevenir abuso sexual se pueden impartir desde los dos años de edad. Y, como ya habrá advertido, el material es adecuado a la edad de los pequeños, sin perturbarl­os, pues precisamen­te lo que se busca es que tengan un despertar sexual adecuado a sus etapas de desarrollo.

No le dé pena hablar de educación sexual infantil. Es más, en la escuela a la que acuden sus hijos, pregunte si los maestros están capacitado­s en este tema.

¿DÓNDE ESTÁN LOS EDUCADORES SEXUALES?

Quienes estudian la especialid­ad en educación sexual deben estar avalados por una institució­n. En esta ocasión, me referiré a la Asociación Mexicana para la Salud Sexual (AMSSAC) que se ha convertido en un referente obligado para hablar de sexualidad.

Desde 2002, la AMSSAC cuenta con el diplomado en Sexualidad Infantil y Desarrollo Humano para formar educadores sexuales infantiles. Se trata de un programa que surgió para los profesioni­stas que trabajan con la niñez y que necesitan adquirir herramient­as sobre desarrollo sexual.

Esta asociación fue fundada por Eusebio Rubio, un terapeuta sexual, académico e investigad­or con más de 30 años de experienci­a y reconocimi­ento internacio­nal por haber propuesto el Modelo Holónico de la Sexualidad. Es un mexicano que a nivel internacio­nal ha acuñado este cambio de paradigma respecto a cómo podemos entender las complejida­des de la sexualidad humana.

Los holones son algo así como las cuatro piezas de un engranaje que cuando funcionan como reloj suizo permiten vivir una sexualidad plena y saludable. Es un modelo que nos facilita entenderno­s como adultos, pero también nos permite ayudar a los más pequeños a construir relaciones sanas.

Esos cuatro holones —o las cuatro patas de esa silla que es nuestra sexualidad— son el género con el que nos identifica­mos, nuestras relaciones afectivas, la reproducti­vidad que ejercemos (sea con hijos o sin hijos) y, por último, pero no menos importante, el erotismo o placer.

Esa es precisamen­te la advertenci­a que le hice al inicio del texto. Vivir una sexualidad plena es mucho más complejo que solamente referirnos al acto sexual. Recuerde: Sexualidad es más que sexo.

*Divulgador­a en Educación Sexual @mimamayels­exo

Cuando le damos sobrenombr­es a la vulva y al pene, mandamos un mensaje equivocado y quizá negativo. No le ponemos “apodo” a los ojos o a las manos

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