Gabriela Salido
La ciudad vive una dinámica de constantes cambios, patrones de conducta en la forma que desarrollamos nuestra vida misma que se va adecuando a las nuevas circunstancias.
En los últimos meses el servicio de comida a domicilio ha crecido exponencialmente derivado de las condiciones impuestas por la pandemia. En este momento en el que la reactivación económica es fundamental para la recuperación de nuestras ciudades, es de celebrar que en el servicio de recolección y entrega de mercancías, muchas personas encuentren un ingreso económico en momentos en el que la perdida de empleos se agrava.
Sin embargo, las imágenes en las que las personas repartidoras se aglutinan en las entradas de plazas comerciales y restaurantes obstruyendo la movilidad peatonal y vial, presentando un potencial peligro para ellas, peatones y automovilistas.
Necesitamos una estrategia para que puedan ir o permanecer tranquilamente esperando por sus pedidos sin la preocupación de estar invadiendo los lugares de los vecinos y que sus herramientas de trabajo resulten dañados por los vehículos que transitan o se estacionan por la zona, garantizando de esta forma el derecho a la movilidad previsto en la Constitución local.
Por lo que es momento de que las alcaldías en coordinación con centros comerciales y restaurantes, delimiten lugares especiales para el estacionamiento momentáneo, ascenso y descenso accesible de las personas repartidoras.
Una ciudad que se adapta a los cambios e incorpora nuevas dinámicas para reducir el caos que puede provocar, es una Ciudad con orden.